lunes, 18 de mayo de 2015

¿ALGUIEN SE SIENTA CON LOS QUE HACEN LÍOS?

Ésta es una mirada distinta sobre todo lo malo que pasa no sólo en Argentina sino en el mundo. Sabemos que son tiempos difíciles, duros, que todos tenemos problemas,que no hay trabajo, esos justificativos que en parte son ciertos y en parte no pero que además no me convencen del todo, porque además las cosas malas pasan desde que el mundo es mundo. Sabemos de peleas, delincuencia, violencia, drogadicción, prostitución, alcoholismo, violencia familiar, de género (lo que no entiendo, la violencia no tiene clasificación), atentados, etc. Peor aún, hay una total pérdida de valores desde hace muchos años, más allá de los gobiernos o los medios de comunicación de turno.

Todo muy bien, o muy mal para decirlo mejor. Ahora bien, yo me pregunto y les pregunto: ¿ALGUIEN SE SIENTA A PENSAR QUÉ PASA CON ESA PERSONA QUE COMETE ACTOS MALOS? Por ejemplo, si uno mismo está mal por dentro, le hace mal a los suyos pero los suyos (sea familia o amigos, o quienquiera que sea) no lo contienen, o lo aconsejan mal, o no lo aconsejan que es peor, o lo tratan mal, ¿cómo después podemos pretender que esa persona que no recibió amor no se transforme en delincuente, drogadicto, violador, lo que sea? O no tanto como eso, pero alguien que le hace mal a quienes lo rodean. Hace falta la comprensión, ésa es la palabra justa. Por eso, sostengo yo firmemente, pasa lo que pasa en el país, en la sociedad, en el mundo, en el Boca-River del otro día que mejor ni acordarse, reflejo y fruto de una sociedad enferma de falta de respeto, amor, consideración. O las cosas que vemos en los medios, o en las redes sociales, o en la vida cotidiana. Yo mismo, que no me excluyo ni mucho menos, he sido bien educado y por eso creo que mi lenguaje trata de ser correcto, mi mensaje (o el de mi blog) trata de ser de buenos valores. Imaginen si yo no hubiera recibido el amor de mi familia o amigos, la contención (que no es una palabra vana), qué sería ahora. Claro que no justifico las malas acciones, sean de la índole que sean. Pero no por eso tenemos que CRUCIFICAR al otro, y me pasa a mí también, a favor y en contra. Repito: sentémonos un rato en medio de este mundo apurado a ver qué le está pasando al otro, por qué su comportamiento, por qué esa forma de ser y de vivir, qué o quiénes lo llevaron a tal o cual maldad. Porque aquí en la tierra podremos ser uno más bueno que el otro, pero frente a Dios somos todos iguales. Justamente, Jesús y su Madre, Nuestra Madre María, se sientan con nosotros a hacernos reflexionar en cada palabra suya, qué nos pasa, por qué vivimos como vivimos. Así Es La Vida les desea con la mayor de las humildades que empecemos a pensar en arreglar lo malo en lugar de destruirlo más. Porque ese o eso malo, si nosotros intentamos ayudarlo a corregirse, se puede volver bueno.

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