Hace mucho no escribo una de las típicas de Así Es La Vida: los pensamientos. Y con lo que veo y siento todo el tiempo me surge esta cuestión. Decía mi madre Anita: "Si uno puede agarrarse la oreja derecha con la mano derecha, ¿para qué agarrarla con la mano izquierda?". Se refería a que las cosas en la vida se pueden hacer fácilmente, sin complicarla tanto. Sin embargo, esta sociedad hace de los líos y las raras actitudes un culto. Tantas veces uno espera que los demás actúen no como uno dice, sino como debe ser, sea en el asunto que sea, no voy a hacer especificaciones. Y sin embargo, el otro hace cosas que a uno le hacen decir "¿cómo puede ser?". Y encima que no da el brazo a torcer, se enoja con uno. Parte de lo increíblemente difícil que se hacen hoy las relaciones humanas.
Porque para ellas y para tantas cosas hay que obrar con simpleza y, y, con la verdad. Porque a veces esas rarezas, esas oscuridades tienen también que ver con la mentira, con la coartada, con el esconderse. Es que de otra forma no explico las actitudes de la gente en muchas cosas. No sólo me pasa a mí, nos pasa a todos y con todos. Incluso toda esta cuestión me viene al haberr visto las locuras del gobierno (¿?) anterior, tantas cosas totalmente contrarias a la lógica, cuando todo debería ser simple, sin laberintos ni mediocridad. Pero parece que a veces nos gusta vivir en lo raro, en lo izquierdo. ¿Tan difícil es hacer las cosas como corresponde? El portarse más o menos decentemente, el pensar en el otro, el no mentir, el no engañar con coartadas, el ser más o menos derecho. No, es más fácil (y hasta peligrosamente común) portarse lo peor posible, ser egoísta, hacer locuras, no respetar, mentir, etc. Ojo, también me pasa (aunque no frecuentemente) a mí también, yo estoy igualmente inmerso en este mundo cada día más loco. Pensemos: no es tan difícil comportarnos como nos enseñaron y tener sentido común. No es de aburrido ni de represivo, es correcto y saludable. Y bueno para todos.
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