Sé que muchas de las cosas que pienso y escribo aquí van a contramano de la mayoría. Una de ellas es el bello, cálido, amoroso, dulce domingo a la mañana. Momento de fiaca, placer, beso, romance, desayuno, tele, vida en casa, vida ordenada, por qué no salida. Momento mágico que muchos aún no descubrieron, ya que están enganchadísimos en el sábado a la noche, que no niego ni ahí que es el otro momento mágico del finde, pero que no tiene por qué ser sinónimo de descontrol y locura, sino de sana diversión y hasta no más allá de las 4 de la mañana. Qué sentido tiene pasar de largo la noche, sólo da ganas de irse a dormir. Está buena la joda, pero con límite, el cual lleva a dormir a media madrugada y despertar tipo 10 o 11, hacer vida lenta, tranquila, apacible, tratar de desapegarse de la vorágine del lunes-viernes. El domingo, a contramano de muchos, es muy lindo, por algo lo creó el Señor, para disfrutarlo. No es ni por asomo un día “depre” como muchos piensan. Despertar, compañía, familia, salida, tele, reunión, amor en serio, paseo, almuerzo. Si cambiamos la cabeza y la instalamos donde corresponde, en lo que corresponde, verán que el domingo a la matina es imperdible.
Sé que muchas de las cosas que pienso y escribo aquí van a contramano de la mayoría. Una de ellas es el bello, cálido, amoroso, dulce domingo a la mañana. Momento de fiaca, placer, beso, romance, desayuno, tele, vida en casa, vida ordenada, por qué no salida. Momento mágico que muchos aún no descubrieron, ya que están enganchadísimos en el sábado a la noche, que no niego ni ahí que es el otro momento mágico del finde, pero que no tiene por qué ser sinónimo de descontrol y locura, sino de sana diversión y hasta no más allá de las 4 de la mañana. Qué sentido tiene pasar de largo la noche, sólo da ganas de irse a dormir. Está buena la joda, pero con límite, el cual lleva a dormir a media madrugada y despertar tipo 10 o 11, hacer vida lenta, tranquila, apacible, tratar de desapegarse de la vorágine del lunes-viernes. El domingo, a contramano de muchos, es muy lindo, por algo lo creó el Señor, para disfrutarlo. No es ni por asomo un día “depre” como muchos piensan. Despertar, compañía, familia, salida, tele, reunión, amor en serio, paseo, almuerzo. Si cambiamos la cabeza y la instalamos donde corresponde, en lo que corresponde, verán que el domingo a la matina es imperdible.
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