Vamos a una de esas enseñanzas que la naturaleza nos da, que tanto me gustan y despejan mi mente. Esto lo conocí mientras estudiaba en el curso de integración del Güemes de Carapachay, allá por 1985. En una lectura que hacíamos vaya a saber uno para qué tarea, contaba que el hombre puede sobrevivir sin comer, pero no sin beber. Uno, por alguna circunstancia particular, puede estar sin ingerir alimentos por unos cuantos días, y sin embargo, aunque pierda peso y se debilite, no corre riesgo su vida. Sí corre si no ingiere líquidos, ya que como sabemos buena parte de nuestro cuerpo es agua. Por eso hay que hacerle caso a los médicos, que todo el tiempo nos aconsejan, no sólo con el calor, beber mucho líquido. Aparte, el organismo se limpia de alguna forma con tanta agua y menos ocupación alimentaria. Para tener en cuenta, y de paso cuidar el agua. Podemos no comer cosas ricas, un sandwich de jamón y queso, una pizza, pero sí debemos darle al agua.
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