Hoy 2 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora el Día de los Difuntos, recordando y rezando por quienes partieron de este mundo al cielo. El hombre de cada día diría "los que murieron", pero nosotros los creyentes tenemos otra mirada. La muerte es un paso a una nueva vida, la real vida, la del cielo. Cómo será, sólo Dios lo sabe. Pero contamos con la tranquilidad de que por nuestra fe diaria caminamos hacia ese paso, y por ende, a esa vida. Alguien dijo con gran sabiduría: "Fulano vive en otro lado". Y es así, seguimos viviendo, de otra forma, con otra naturaleza, pero seguimos. Y lo más importante: nuestros seres queridos viven. Aquellos por quienes obvio lloramos, sufrimos su ausencia, extrañamos, suspiramos a veces, pensamos cómo estarán. Bueno, quedémonos tranquilos, seamos o no religiosos, que ellos están bien, Tal vez no en el cielo, pero bien. Y más: un día, cuando el Señor disponga, nosotros estaremos junto a ellos, pero esta vez para siempre. Mi enorme, gigante abrazo a lalma de quienes han perdido ese ser físico, pero que ahora es espíritu, su mejor cualidad. Abrazo y oración fraternos.
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