lunes, 16 de marzo de 2020

EL CORONAVIRUS, BUENO PARA PENSAR EN EL OTRO

Seguramente muchos me estarán insultando, cómo que el coronavirus es bueno. Claro que no, es más, es una peste de proporciones como hace años no se veía, ni siquiera la gripe A. Encima ha parado gran parte de nuestra vida y la del planeta. Pero es bueno darle una mirada positiva, porque como se dice, no hay mal que por bien no venga. Este flagelo es excelente y oportuna ocasión para que, de una vez por todas y de ahora en más, los argentinos empecemos a cambiar nuestra mediocre forma de ser. Empecemos a obedecer, a respetar a la autoridad, a no hacer lo que nos da la gana, a pensar que no vivimos solos, que hay otro al que debemos cuidar de no contagiar. A tener buenas costumbres diarias, higiene, orden, prolijidad, humildad para modificar nuestra forma. Para entender que ante una locura como ésta, no hay que volverse locos sino unirse. Y de paso, viene bien para frenar nuestros ímpetus, nuestra histeria, tener tiempo para un rato con el otro, con uno. Esos valores que tanto nos cuestan, pueden regresar gracias al maldito coronavirus.

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