Una tarde soleada nos fuimos a Villa Gesell, esa bonita localidad a 21 kilómetros de Pinamar, como hacíamos siempre cada tanto. Un lindo paisaje de mucha arboleda adornaba aquella ruta con varias subidas y bajadas en curva, pero muy buena. Una pequeña, bella, increíble postal de mis veranos 80.
Y estuvimos en la Villa, recorriendo sus angostas veredas con mil subidas y escalones, locales de videojuegos y sobre todo restaurantes, casi había uno cada diez pasos; desde ya el aroma a comida llenaba el lugar. Y anduve en una pista de autos Volkswagen tipo Escarabajo a motor; me subí al 1, que no andaba muy bien, y di unas cuantas vueltas.
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