domingo, 24 de noviembre de 2019

PARÁ UN POCO, RESPIRÁ, TOMATE UN MATE...

Hoy que es domingo a la mañana, esto viene como anillo al dedo. Esta era la excelente frase que una reconocida compañera del Colegio San Antonio decía días atrás, en una de nuestras reuniones. Ella se refería a que así le había espetado a un familiar, que en su vida diaria corría con sus cosas y no se detenía, bueno, lo que nos sucede a la gran mayoría. El vértigo en que vivimos, me incluyo plenamente, no nos deja frenar, respirar, pensar un poco. Andamos al ritmo imparable, a veces impiadoso, de nuestras cosas, sea trabajo o cuestiones triviales. Y cuando nos queremos acordar, paradójicamente, no vivimos la vida que Dios nos regaló, lo cual es perjudicial sobremanera. Es la raíz, pienso yo, de la locura en que nos hemos envuelto. Tengámoslo en cuenta. Como aconsejaba esta joven, paremos, respiremos, miremos el verde, el cielo. Y tomemos un mate, que aparte del estómago y los riñones va al alma.

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