sábado, 19 de noviembre de 2016

!QUE EL CELULAR NO NOS DOMINE!

Hace rato que vengo notando esto, pero esta noche que fui a misa en San Andrés Avelino, en Villa Adelina, me decidí a ponerlo en superficie. En su homilía en la fiesta de Cristo Rey, el Padre Juani remarcó el problema que se genera la gente por el bendito teléfono celular. Deja de lado la comunicación, el otro, lo que lo rodea, ni hablar a Dios. Con absoluto acierto, el sacerdote hacía hincapié en este otro mal fenómeno social actual, el de vivir con y por el celular, el Facebook, Twitter, Whatsapp, etc. Sin saber mucho él nombró todas las redes habidas y por haber, debe estar harto el pobre de que esos nombres extraños llenen sus oídos, hasta admitió que a él también le pasa. Pero especialmente remarcó esa increíble de que no sólo no se respeta apagar el aparato en misa, sino que alguien agarra y atiende, se va afuera y deja al Señor por vaya a saber qué llamadito.

Pregunto yo: ¿hay que ser católico o sacerdote para darse cuenta de que no nos podemos ni debemos dejar que el celular y la tecnología nos atrapen? No entiendo, más allá de que yo no uso mucho el mío, que la gente lleve prendido su teléfono, que cuando se le dice no lo apague, que salga y lo atienda. Se desconcentra, desconcentra a los demás, me tendrían que ver cómo me fastidio cuando oigo esa musiquita de llamada en medio de un momento de oración. Cómo puede ser posible, más en un cristiano, que por una hora con el Señor que te da todo no seas capaz de largar el celular, que estés pendiente de él como si fuera tu hijo. Ni hablar los que no hacen silencio, los locos de los bautismos, los padres que dejan que sus chicos chiquitos correteen por la iglesia alegremente, sabiendo que ése es un lugar más que sagrado.

Pero bueno, si en la iglesia pasa esto, imaginemos el resto de la ciudad. Hace poco yo iba por Munro y a mis espaldas, escuchaba que por mi misma vereda venía una señora caminando y al mismo tiempo hablando por celular. ¿Tan importante es que tenés que caminar en plena ciudad con él, que te saca y te podés llevar puesto a alguien? Ni hablar los inconscientes que andan con el fonito manejando. Ojo, hasta los remiseros, eh. Sólo piensen cómo se vivía antes que no teníamos todo esto, nos arreglábamos igual. Si es para una necesidad, aunque sea de Internet, bárbaro, pero si es para todas estas redes sociales… No, no dejemos que el celular nos domine. Porque nos domina la vida, y eso no es posible.








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