domingo, 2 de abril de 2017

PERLITAS CUMPLEAÑERAS

Mis cumples están llenos de momentos muy agradables. Y entre ellos, algunas anécdotas y perlas que vale la pena entrada aparte.

1981: nacido a las 7
En ese cumpleaños supe por primera vez que había nacido a las 19.30, ya que cuando se hizo la hora mi mamá me dijo: ‘’Son las 7 y media, ya ‘naciste’...’’.

1981: LA ESPECTACULAR BICI BMX
Y recibí el broche de oro de la fiesta: una espectacular bicicleta de cross BMX, un regalo grandioso. Después de la emoción, la disfruté sentado en ella en el living, mientras los chicos me paseaban por allí y yo sonreía feliz.

1985: CARAMELO AFUERA
En ese glorioso 85 se implementó que cada uno de los que cumplían años tenía que traer algo para que se lo festejaran en el aula. Para mi cumpleaños, yo llevé una bolsa de caramelos frutales que repartí entre todos. Y después de que me cantaran el feliz cumpleaños y me tiraran de las orejas, todos comenzamos a saborear los caramelos. Todos menos quien escribe: como no me gustó uno de banana, preferí ESCUPIRLO, con tan mala puntería que el caramelo CAYO FUERA DEL TACHO DE LA BASURA. Más tarde, Patricia lo recogió y comentó que alguien le había ´´errado al tacho´´. Desde ya que no dije nada. Qué grasada...

1985: GUASO LUCIANI
Estábamos escuchando (y bailando) música en el living, entre ella Breakdance de Michael Jackson, furor entonces. Daniel se puso a cantarla y al llegar al estribillo, LE CAMBIO LA LETRA Y CANTO: ‘’CHUPAME LA P...’’. Mirá vos Luciani, tan estudioso, educado...

1985: SIN CIGARRILLOS DE CHOCOLATE
Para este cumple mi mamá me había hecho una torta que asemejaba la casita de Hansel y Gretel (12 años, Hansel y Gretel...). La torta llevaba los recordados cigarrillos de chocolate en una de sus paredes, los que me encantaban. Pero no pude comer ni uno: cuando los vi, justo aparecieron Manzino y Carabajal, ME LOS SACARON Y SE LOS COMIERON ELLOS. Justito que los iba a agarrar. Me quedé recaliente...

1985: CUMPLEAÑERO EROTICO
Una más de ese gran cumpleaños. Me puse a hacer cabriolas en el medio del living. Y en un momento se me veía el borde de mi calzoncillo rojo. Agarró Dipietro, que no se perdía detalle, y acotó: ‘’Eh Diego, ¿sos de Independiente?’’ Yo no le entendí ahí, pero sí cuando Analía García me advirtió: ‘’Diego, SE TE VE EL CALZONCILLO...’’. Un papelón. Ahora, digo yo: ¿qué hacía Analía García mirando mi calzoncillo?

1988: BILLETERA CON AUSTRALES
Por primera vez en mi vida tuve mi propio dinero, al menos por un tiempo. Junto con la billetera que me regalaron en mi cumple recibí unos cuantos australes y llegué a tener 88 a fin de año.

1999: ASADO EN VIERNES SANTO
Ese 99 lo festejé al mediodía con asado, justo en ese Viernes Santo donde, por no saberlo, no cumplí con la abstinencia, el precepto de la Iglesia de no comer carne.

2002: SOBERANO RESFRÍO
En el primero del nuevo siglo, me agarró tremendo resfrío con líneas de fiebre incluida y así tuve que pasar mi cumpleaños en mi linda casa de Ituzaingó. Sentía frío, me sonaba todo el tiempo la nariz, estaba flojo, pero contento.

2008: PIZZAS SIN QUESO POR DESABASTECIMIENTO
Cómo sería la crisis del país que influyó directamente en mi cumpleaños 35, en 2008. El Gobierno de Cristina Kirchner y el campo estaba nperro y gato, éstos habían hecho paro por no estar de acuerdo con el plan económico, por lo que hubo desabastecimiento y las pizzas que comí fueron con muy poco queso, lo mismo la gaseosa de cuarta marca. Encima, había quema de pastizales del campo para que los animales pudieran comer sin plagas, lo cual contaminó el aire y ese olor fuerte penetraba en las casas y hasta podía hacer mal. Igual todo bien.

2016: CON HEIDI BUSCANDO UN CAFÉ
La noche del año pasado fue bastante gris, no hubo mucho, nos juntamos con mi amigote actual Maxi y compañía en ese mediocre bar Charly de Munro. Pero la anécdota fue con mi compañera de canto Heidi, , con quien tras la fiesta, tipo 2, me fui con ella a tomar un café. Como todo estaba cerrado en Munro, nos fuimos en remise a Olivos, a la famosa avenida Maipú, llena de bares, restaurantes, heladerías. Llena de nada, porque a esa hora, casi las 3, caminamos por la noche y no encontrábamos nada abierto, increíble en esa concurrida arteria nocturna. Al final pudimos ir a La Farola, lugar muy caro de la zona, donde ella pidió helado y gaseosa y gastamos 200 y pico de pesos.

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