La Selección jugó excelente, ganó, está en el Mundial. Hizo todo casi perfecto. Incluso en sus emotivos festejos en el vestuario. Hasta que injustamente, incorrectamente, se las tomó con la prensa y cantó esta dedicatoria:
Si es porque algunos periodistas que buscan lío les hicieron mal, se entiende. Pero si es porque los criticamos, por su juego, que bajen la soberbia y acepten que lo suyo no fue un dechado de virtudes en el camino al Mundial.
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