Y siguiendo con esto, más lamentable aún es para qué hay que pagar para el fútbol. Es para que los clubes reciban dinero de la TV y cuenten con más ingresos. Pero eso no es el asunto, sino lo que hacen y deshacen con ese dinero nuestro. Compran y bvenden jugadores, llenan bolsillos de sus dirigentes, vaya a saber qué otros negociados grises y algunos oscuros. Despilfarran nuestro dinero, como se dice vulgarmente, lo patinan. El fútbol, como escribí el año pasado, no merece un centavo. Que se las arreglen con sus ingresos de publicidad, entradas, abonos, sponsors, por qué tenemos que darles nosotros nuestra poca plata. Agradezcamos que el Estado no la pone más, una vergüenza lo de antes de subsidiarlo. Igual, ahora somos nosotros los subsidiarios. Lamentable.
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