Es nuestra compañera fiel cuando estamos bien, en la alegría. Lo es, como real madre que Dios la creó, en nuestros abismos, como me ha pasado. Y cuando los abismos tocan, es nuestra protección y consuelo. Así es María, una María diferente a las demás del universo. Por algo es la Virgen, la madre de Dios y, al mismo tiempo, la nuestra. Aunque muchos no quieran reconocerla como tal. Así es María, que en este día nos convida a festejar el Día de su Inmaculada Concepción. Pero eso, las fechas litúrgicas, son lo de menos. Es el día de la Virgen. Es el día de nuestra mamá. Qué más felicidad que estar con ella. Y ella, seguro, está con nosotros.
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