Llega otra Navidad. Y es una fecha para pasarla lo mejor posible, estemos como estemos. Porque alguna vez escribí que este es un tiempo pesado. Pero si ponemos la mentalidad en orden, todo cambia, todo se disfruta. Siempre pienso que el hecho de que es el nacimiento de Jesús, seamos o no creyentes, es un hecho para reflexionar y darle sentido a esta fecha. Pero sobre todo, el espíritu es lo que debe predominar, es el parámetro exacto de este día/noche. Entonces, es tiempo de reunirse, re unirse, olvidar tensiones, problemas, asuntos, cuestiones. Que en muchos casos son chicquitas y, sin querer, me incluyo, las agrandamos. Tal o cual cosa que tengo que ahcer, comprar, pagar, arreglar. Incluso cuestiones de orden espiritual. Distanciamientos, peleas, idas y venidas. Para lo material y para lo del alma, la Navidad es para aflojar. Porque aflojando, ese gerundio tan de moda, es como uno se siente bien y hace sentir bien a los otros. Y así, seguro. es Navidad en serio.
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