Así como me quejo, no el único, de los servicios públicos y demás accidentes del mapa del país, lo quiero hacer sobre las veredas. Voy a varias localidades dentro de la Zona Norte de Buenos Aires, una de las más ricas, y siempre encuentro veredas destruidas. De tan pero tan mal que están, con humbor diría que son más aptas para hacer alpinismo que para caminar. Subidas, bajadas, agujeros, roturas de todo tipo y tamaño, adoquines (dicen ilegales), pozos. Encima, autitos y motitos o cualquier obstáculo pegadito a la pared, como a mí, persona con discapacidad visual, me gusta. Según conozco, la responsabilidad de hacer algo con ellas es de cada vecino, pero qué vamos a pedir de cada vecino si te ponen el auto cruzado y ni se inmutan, encima te justifican que lo ponen ahí porque tienen miedo de que se lo roben, sin pensar en los demás. Es así, si la Argentina no se preocupa, en su mayor parte, por el otro.
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