El Día de los Enamorados, en su nombre popular, se llama correctamente de San Valentín. Curiosamente no es una fiesta religiosa, lo era en tiempos antiguos, cuando el cristianismo estaba prohibido por el Imperio Romano. Se dice que San Valentín, santo de Roma, casaba a soldados con mujeres en las cárceles del Imperio. Cuando el emperador de ese tiempo (268 d. c.), Claudio II, se enteró, lo mandó llamar a pedir disculpas, pero influido por otros colegas lo hizo decapitar. También se cuenta que el mártir, en sus últimos días, hizo el milagro de curar la ceguera a una joven y escribirle una carta de amor. Por el lado de la fecha, el 14 de febrero era el día en que se comenzó a celebrar en 494, hincluso dentro del intrincado calendario litúrgico de la Iglesia Católica, hasta que en 1969 el Concilio II del Vaticano lo eliminó. Sea su raíz religiosa o como es hoy puramente popular, es uno de los días más amorosos del año. Todo gracias al amor de Valentín.
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