Que el fútbol era mi pasión ya de chiquito, no es noticia. Pero el fútbol, y el deporte, me atrapaban de tal modo que los canalizaba de las formas más locas. Como relatar partidos imaginarios imitando a algún narrador. O como la que cuento hoy: hacer deporte con mis dedos.
En efecto, solía jugar fútbol y otros deportes con los dedos, usando cada uno como parte del juego. Por ejemplo, el índice y mayor eran las piernas de un jugador, y ambos encogidos con el pulgar simulaban la pelota. El pulgar también asemejaba un brazo o una mano. Eso en fútbol, porque después se me ocurrió extenderlo a tenis, vóley, atletismo y hasta en los viajes de vacaciones ciclismo, moviendo el índice y mayor como las piernas pedaleando. También andaba en auto, pero claro, eso es otro capítulo, los autitos, el rally. No sólo hacía deporte con el cuerpo, también con los dedos. Y la verdad, hacía bien al físico igual.
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