lunes, 19 de agosto de 2019

DORMIR, LA CLAVE DE TODO

Se pueden hacer varias miradas sobre el buen desscanso nocturno, o también el diurno, la siestitta. Se puede decir, sin razón, que uno está vago, que la cama le tira, que le gusta más que trabajar. La otra, la más coherente, es que uno repara sus energías, físicas, psicológicas, espirituales también. Ése es el verdadero sentido de dormir, sea a la hora que sea. Y ése es, en mi opinión, epicentro de nuestra vida. Dormir bien, repito, bien, unas seis horas parejas, es clave para cualquier cosa que hagamos y por la que atravesemos en el resto de la jornada. No quiero decir que si uno no duerme no puede vivir, se puede hacerlo con insomnio, pero esto condiciona. Mucha gente tal vez no le dé importancia. O lo mira como esa estupidez de la vagancia. Pero el descanso, más el de noche, da alas para todo, ni le hace falta nada mas para vivir una vida a pleno.

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