viernes, 9 de agosto de 2019

HISTORIAS DE INFANCIA: SÁBADOS EN LA BARRA COSTA NORTE

Un lugar grandioso, que marcó a fuego el 83 y símbolo de la antigua Costanera Norte. Casi todos esos soleados sábados al mediodía iba con mis padres a este espectacular restaurante ubicado al lado del lago artificial de Parque Norte, que tenía una gran fachada roja con el nombre en letras blancas. Allí entrábamos y nos sentábamos en las altas banquetas de la larga y curvada barra roja de cerámica, o bajábamos las escaleras y nos instalábamos al lado de la ventana que daba al lago de Parque Norte, en mesas con manteles blancos y rojos (sus colores) y con individuales con el dibujo de gente sentada a una mesa.

Y ni hablar de las mil clases de papas fritas que disfrutaba: las clásicas bastón, las ‘’pai’’, las geniales ‘’rejilla’’, las soufflé, las noissette, españolas y a la provenzal. Todo acompañado por suculentas milanesas de ternera y una buena Coca Cola. Allí también vino a almorzar con nosotros mi compañero del San Antonio Alejandro Suárez, que comió grisines con manteca de entrada y con quien la pasamos bárbaro. La Barra me dio imborrables momentos, justo en aquel dorado 83

Y ojo, eso no era todo. Salíamos de La Barra, caminábamos media cuadra por una vereda de cemento gris, pasábamos el estacionamiento al aire libre y nos tomábamos los espectaculares helados de Bahamas, otro lindísimo lugar. Y no sólo eran ricos, además eran altos cucuruchos que dejaban bien satisfecho a uno. Después me subía al auto y escuchaba la previa del fútbol de ascenso con Atlanta mientras volvía a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario