Compongo música y letra desde 1993, y en 26 años, o menos porque tuve intervalos, he hecho canciones con la temática más variada y muchas veces, inverosímil, extravagante, hasta loca. Una de ésas se dio en pleno invierno de 2012 con Es Hora de Volver a la Inocencia. Resulta que en mi casa de Carapachay me acostaba tipo 12 de la noche a dormir, y cuando me iba quedando en sueño, un inoportuno gato de la calle maullaba y maullaba, con intervalos o muy seguido. Eso, obvio, me complicó muchísimo mi descanso, dormí poco durante noches, porque el felino molestó con continuidad.
Entonces, como es lógico que un insomnio o especie parecida te hace caer el ánimo, empecé a darme fuerzas pensando, como lo hago con cada revés de mi vida, en cosas ingenuas, triviales, de esas que se pierden en la furia cotidiana en que vivimos. Cositas, la lluvia, las plantas, un mate, el sol, las nubes, el caminar. Una vida más plena, y llena de inocencia. Eso, la inocencia, hace bien cuando uno anda así. Y también pensé en qué poco tenemos los hombres de eso actualmente. Entonces me salió esta balada que aquí abajo se escucha en este video, cuya letra dice todo. Cancelo mis compromisos, dejo la vorágine, vivo la vida, siento el aire. ?Y saben algo? La canción propia me dio resultado, ya que noches después dormí mejor...
La verdad, escuchándola hoy, siete años después, me parece que tiene más vigencia que nunca. Es que la inocencia jamás hay que perderla. Sí, como la esperanza. Como la música.
Aquí el tema:
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