sábado, 17 de octubre de 2020

EL VALOR DE LO QUE QUEDA

Siempre se dice, cuando uno vive lamentando ausencias, faltas de lo que sea, que hay que ser feliz con lo que se tiene. Es totalmente aplicable a este tiempo de coronavirus, donde todos vivimos insultando al destino, al virus, al aislamiento y hasta a China. Es aplicable. Porque de una vez, tenemos que cambiar nuestro pensar, nuestra mentalidad. Por qué, me pregunto siempre, el ser humano desde su creación protesta por su debe, valora lo que no está. Es comprensible 1000 por ciento, pero no  nos vamos a quedar frente al Muro de los Lamentos. Entonces, yo aprendí, démosle valor a lo que tenemos. Démosle atención a lo que poseemos, porque eso queda, se ve, lo tenemos, es realidad. Si nos quedaron 200 pesos en lugar de 500 (ojo, es un decir) quedémonos con esos 200 y saquémosle provecho. Si no tenenmos una casa, valoremos que al menos alquilamos y estamos bajo techo. Si nos falta algún sentido o parte del cuerpo, Dios no lo permita, vivamos bien con lo que nos queda. Si perdimos uno de varios seres queridos, no dejemos de costado al que está. He sabido de casos de gente enferma terminal que ha vivido lo mejor posible su cierre. Porque a todos nos tocará el cierre. La clave es ver cómo llegamos. Si lo valoramos, con lo que queda ante nuestros ojos. 

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