Tal vez para quienes están en la costa atlántica no sea novedad, pero para uno que pasó los 40 sí. Los legendarios videojuegos,esas máquinas grandotas conbotones, continúan siendo un indisoluble de las vacaciones de verano, según me informó mi amigote Maxi que anda de gira por la bella Villa Gesell. Jugar unos "fichines", parte de los paradisíacos paseos al atardecer tras la playa, sigue siendo una de las diversiones de los veraneantes, en especial los chicos y adolescentes, pero también los grandecitos. Y casi con los mismos juegos de 30 años atrás, cuando eran toda una novedad: la Fórmula 1, el fútbol, las guerras galácticas, hasta los superochentosos flippers que tanto me gustaban. Qué grande, creí que habían pasado, con tanta ap y celu y qué sé yo qué más. Bueno, ahora sé con alegría que la leyenda de los fichines continúa.