martes, 22 de diciembre de 2020

A ESTA TIERRA VINIMOS A ERRAR

El jueves pasado conocí a Miriam, una profesional de salud que iba a atender a papá Rafael. Enterada del suceso, ella vino igual a verme y charló conmigo dándome gran contención. Y en esa charla profunda, ella muy creyente, dijo una de esas frases que quedan y se pueden grabar en una pared, adorno, remera o simplemente en el corazón. Dijo la mujer mientras me tomaba las dos manos entre las suyas: "Estamos en esta tierra, y a esta tierra vinimos a errar". Nunca más acertada definición. Porque en este mundo cada día más descarnado, poderoso para mal, competitivo para mal, a ver quién tiene la vacuna primero, estamos presionados a la perfección, a no equivocarnos un centímetro, como si carrera de Fórmula 1. Y resulta que la perfección es para los soñadores. Los que somos realistas sabemos que quizá podemos llegar a un buen nivel, pero nunca a la perfección. Porque ella es de Dios, de arriba, no de acá abajo. Entonces, que no se nos caiga la vergüenza por errar, o por cómo los demás hacen espamento de nuestros errores. Encima el mundo (no mundo) te pega en el medio de tu alma cuando errás, casi te condena, te crucifica. Errar es humano. Muy humano. Si lo recordamos, viviríamos más relajados. Bueno, viviríamos y dejaríamos vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario