viernes, 10 de enero de 2020

MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: VERANO, 24 HORAS


Siempre hemos hablado de que el verano es demasiado especial, mágico, para separarlo del resto del año, al menos eso me hace sentir. Y esa sensación no es solamente cada verano, sino que son las 24 horas de cada día de estos tres meses celestiales. No hace falta ir al Caribe, a mi Pinamar amado, a cualquier paisaje paradisíaco. El verano es paradisíaco en sí mismo. Y todo el día, las 24 horas. La pequeña lucecita del alba ya con gran calor. El desayuno a la fuerte mañana. La caminata con sombrero por una subida de arena. Un almuerzo, en la playa o en casa al aire libre mirando el verde a lo lejos. La primera tarde, la siguiente, el atardecer con viento y romance. Qué decir las maravillas de una noche luminosa de estrellas. El dormir a última hora con una dulce melodía. Hasta la lluvia, así torrencial, es tan bendita. Porque es de verano. Y si es así, es mágica. Es la magia de todo un día, una noche. Para beberla hasta la última gota.

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