martes, 12 de enero de 2016

VÍCTOR HUGO ECHADO: UNA VERGÜENZA



Video del momento en que Víctor Hugo Morales es echado de Radio Continental

Como periodista de ya 23 años de profesión, me duele enormemente lo que hace unos días le ocurrió a mi colega, el prestigioso relator y últimamente animador Víctor Hugo Morales, quien fue vergonzosamente despedido, o mejor dicho, echado como un perro de Radio Continental, medio para el que trabajó y supo ganarse una gran audiencia los últimos 30 años. Si bien yo no esstoy de acuerdo con su mirada política ni con lo que argumenta sobre el por qué de su ida, como quiera que sea me parece una pisada de trapo echar así, sin siquiera dejarlo despedirse dignamente, a un sinónimo de la comunicación y uno de los pocos con verdadera altura y calidad radial, que hoy es una especie en extinción con tanta porquería y asquerosidad que uno escucha.

Y me duele por dos motivos: primero porque ha sido un ícono del medio y un referente para quienes somos más jóvenes y abrazamos esta profesión con pasión. Cuántos años he crecido a la par de la Cadena Continental del Fútbol, de sus vibrantes relatos, del Ta Ta Ta Gol que hasta imitaba cuando relataba en el patio del San Antonio. O de su gran programa Competencia que escuchaba en mi adolescencia preperiodista. Y segundo, porque me recuerda que yo he sufrido lo mismo. También he sido echado así de un puntapié sin motivos de San Isidro Labrador FM, comprada por Multimedios América en 1998, de Radio Nacional en 1999 (donde ni siquiera me avisaron de que el programa se levantaba) y más cercano, la linda pero al mismo tiempo pésima experiencia en Amor por Africa, en Radio Arinfo, donde por pedirle ayuda a la persona que conducía tuve un entredicho que yo no provoqué y que terminó gritándome y echándome. Y eso que un día me dijo "cuando estés mal llamame". Bueno, así es la radio, así son los medios, así es el periodismo, que no paga salvo que vos te traigas la plata de un particular, así le pagás el espacio vaya a saber a qué Juan Pérez. Yo sigo haciendo esto porque no pienso tirar a la basura los años de vocación que tengo y la carrera que mis padres forjaron y pagaron. Pero realmente, da vergüenza ajena, dolor y hasta asco saber que si uno piensa distinto o no es afín a una empresa o línea editorial, lo rajan de un zurdazo, no importa si es Víctor Hugo de 30 años o un humilde Diego Yamus. Mi absoluta solidaridad con Víctor Hugo y ojalá escuche sus relatos en algún nuevo medio.

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