jueves, 10 de marzo de 2016

RECORDANDO EL 86: MI COMIENZO SECUNDARIO

Desde hoy y por unos meses, les propongo viajar 30 años en el tiempo y que vean cómo vivía yo a los 13 años. Aquí presento una serie de sucesos de mi vida de un año 86 muy especial, el del comienzo de mi adolescencia, el del cometa Halley, el del Mundial, el del rally. Hoy empiezo con el recuerdo del primer día de clase del colegio secundario, todo un momento. Como tantos otros momentos marcados a fuego en mi alma.

COMIENZO EN EL GÜEMES

Y el 10 de marzo de 1986 comencé esta nueva aventura del colegio secundario en el Instituto Martín Güemes de mi Carapachay. Ese nublado día almorcé, me saqué fotos con el bolso rojo en la puerta de casa (donde estaban todos, hasta la divina doméstica Aída) y, vestido con el nuevo blazer azul, me fui en el Renault 12 de mi hermano Fabián. Lo primero allí tras la formación fue el discurso inicial de la rectora Susana Pasel y la explicación del famoso nuevo sistema de notas; luego, en el aula, ella me preguntó si quería ir con mi antiguo compañero del San Antonio Gabriel López y 1º B o quedarme ahí, yo elegí quedarme para hacerla fácil.

Y me senté en el primer banco de la derecha contra la pared verde con Miriam González, a la que dejé salir del banco cuando necesitó. Antes pasaron lista, y esa primera hora la tuve con la Bolobolaño, la de Matemática, a quien le decía “señorita”. Cuando le consulté algo, la dura rubia respondió “no sé, piensen”. En el recreo me vi con Marcela Anet, la nieta de María Luisa que sería una grande del año, que me dijo si quería algo del kiosco; le dije que no tímidamente, parado en el tercer escalón de la escalera y tan cohibido que ella preguntó si me sentía bien. Y antes de las 6 mi mamá me vino a buscar, mientras caían algunas gotas. Fue el arranque de una nueva, muy distinta y dura experiencia a la que me costaría acostumbrarme.

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