Que yo sea periodista deportivo no implica que esté a favor de ciertas malas cosas. El boxeo es una de ellas. Y dentro de este no deporte, la pelea de anoche entre Floyd Mayweather y Connor Mc Gregor fue, es y será una absoluta farsa. Primero, dos personas a puñetazos arriba de un ring, lo cual los que gustan de esta porquería lo analizan técnicamente, por amor de Dios. Segundo y principal, la monstruosa, injustificada millonada de dinero que se mueve alrededor. Tercero, un combate que no tiene razón de ser, un tipo retirado como Mayweather contra uno que compite en artes marciales. O sea, ni siquiera boxeo, todo showcito de cuarta. Y todo bien norteamericano: Las Vegas, gente, marketing, negocio, dólares, millones, televisión. Para más, acá en Argentina los diarios le dan una importancia como si fuera las elecciones del otro día, terrible. Todo al compás de esta farsa, no me digan que esto es un espectáculo porque yo, periodista deportivo y periodista, no firmo esta pavada.