miércoles, 7 de marzo de 2018

HISTORIAS DE VERANO: LOCURAS EN LA PILETA

EMPAPANDO EL ESCRITORIO. En ese verano 86 en casa, le daba duro a la pileta, como siempre me tiraba de cabeza y mil locuras. El tema es que la pile estaba en el patio justo cerca de la ventana del escritorio. Y si no estaba cerrada yo EMPAPABA CON MIS CHAPUZONES TODO EL ESCRITORIO. Había que cerrar al toque la ventana porque si no se mojaba todo, encima que estaba la lámpara...

AL AGUA CON ROPA. Sí señores, así es, en el verano 87/88 quien escribe inventó una nueva modalidad para la pileta en mi casa. Como estaba tan aburrido del shorcito y el torso desnudo, una tarde me pegó la absoluta idiotez y ME TIRE A LA PILETA CON: MUSCULOSA, OJOTAS Y HASTA LOS ANTEOJOS. Es cierto, tenía casi 15, pero no daba para semejante acción...

Abeja. Ya vuelto de Pinamar TRAS EL INOLVIDABLE 89, una tarde tomaba sol en la pileta sentado en la silla amarilla de jardín (sí, la silla en la pileta). De repente, algo se posó sobre mi dedo gordo del pie derecho. Creyendo que era una cucaracha o algo parecido, la quise matar con los dedos. Para mi sorpresa, ERA UNA ABEJA QUE ME PICO EN EL PULGAR. Tremendo, pegué un grito de aquéllos. Después mi hermano Leo me sacó el aguijón y mamá Anita me puso amoníaco que me calmó. El pulgar me quedó gordo y por unos días hasta me costó escribir...

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