viernes, 22 de febrero de 2019

INSOLENTE CHOFER DE LA 314

Con los choferes de colectivos vengo teniendo desde tiempo inmemorial varios líos. Es que, parte de la insociedad argentina, algunos señoritos al volante no tratan nada bien a sus pasajeros. Peor aún con señoras mayores o, como mi caso, con discapacidad. Esta mañana, como cada viernes, viajé en un colectivo de la línea 314 al Instituto Bignone de Olivos, en la calle Haedo. Como en cada trayecto, voy preguntando al chofer cuánto falta para bajarme en el lugar correcto y no pasarme, como ya me ha sucedido varias veces, de largo. Muy bien, cuando le repregunté "¿cuánto falta para Haedo?", por las dudas porque van en otra cosa, el chofer me contestó insolentemente "estás preguntando a cada rato". Rápido, le contesté: "Pregunto a cada rato porque el otro día me pasé tres cuadras". En lugar de bajar el tono, el tipo (eso, tipo, no hombre) me responde: "No es mi culpa, vos tenés que llevar un acompañante". Una reverenda vergüenza, una más de esta gente que no tiene sensibilidad. Ojo, no son todos, pero sí buena parte, ya lo he escrito y lo voy a seguir. Señoras y señores de la Argentina, si queremos mejorar como país, empecemos por mejorar como sociedad. Repito, una vergüenza.

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