Hace rato, si mal no recuerdo, que no hablo de cosas de Dios. Bueno, anoche fui como todos los sábados a misa en la linda parroquia San Andrés Avelino de Villa Adelina. Y en su homilía, al reflexionar sobre las lecturas del Evangelio, el Padre Juani dijo algo de esas cosas que a uno le quedan en la mente y que le transforman su pensar.
Las lecturas de este domingo, o de este sábado, hablan de no estar tan enganchados con los bienes materiales. De eso hablaba la primera, como siempre tomada del Antiguo Testamento, de eso la segunda, que corresponde a los evangelistas (Juan, Mateo, Marcos, Lucas). Y por supuesto, el Evangelio, donde Jesús nos enseña una parábola en la que un hombre almacena gran cantidad de granos en su granero y decide descansar, sabiendo que tiene bienes para rato. Y dios le dice “insensato, esta noche vas a morir, porque has acumulado bienes de este mundo, que no sirven para el cielo”. El mensaje es claro, y después de la homilía de Juani, mucho más. Los bienes materiales, dice el sacerdote,nos ayudan a vivir, a pasar nuestro tiempo en este mundo. Pero no debemos estar aferrados a ellos, sino servirnos de ellos. Que nuestra vida no gire en torno a lo material, como que es según cuánto y qué tengamos. Ojo, a mí también me pasa, si soy tan mortal y humano como ustedes. Pero por suerte yo trato de darle importancia más a lo espiritual que a lo material, por lo cual el 60 por ciento de mis asuntos son espirituales o parecidos. Bueno, debemos proceder de esa forma, basta de consumismo, de materialismo, de último celular con qué sé yo qué nueva estupidez, de la tele de 187 pulgadas que no sirve más que para engrosar deudas. No digo que vivamos como monhjas, eso no es la fe. Pero sí que la fe nos haga ver que lo del alma alimenta más que la materia. La materia, simplemente, es para seguir viviendo.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
domingo, 31 de julio de 2016
sábado, 30 de julio de 2016
FÚTBOL OLÍMPICO: AQUELLOS LOCOS ZAMBIANOS DEL 88
Hasta 1988, Africa no significaba mucho en el mundo del fútbol, salvo alguna campanada mundialista tipo Camerún y Argelia en España 82 o Marruecos en México
86. Mucho menos en el contexto de los Juegos Olímpicos, donde sólo Egipto había cosechado dos cuartos puestos en 1928 y 1964. Pero aquella primavera de
Seúl 1988, un nuevo país sorprendió con una actuación memorable, más allá de no haber pasado los cuartos de final. Lo que Zambia, la nación del sur, del
cobre y de las cataratas Victoria, gestó en tierra surcoreana será para siempre una de las grandes historias de los Juegos.
Los Chipolopolo, “balas de cobre” en dialecto africano, debutaban en la competencia tras haber eliminado a Ghana en una definición emocionante, ganando 2-0 en su capital Lusaka y perdiendo 0-1 en la revancha en Accra, pero pasando por diferencia de gol junto a Nigeria y Túnez. Esa tarde, el inolvidable arquero Efford Chabala atajó varias pelotas imposibles, incluido un penal, y los ghaneses, que iban arriba desde los 15 minutos, no pudieron hacer otro gol y Zambia fue a Seúl 88, donde le esperaba ser partenaire del potente Italia, Irak y Guatemala, éste en reemplazo de México, suspendido por la FIFA por dos años por adulteración de edad de su Sub 20.
El gran delantero Kalusha Bwalya, hoy presidente de la Federación de su país, era la figura de ese conjunto dirigido por Samuel Ndlovu. Bwalya, entonces en el Cercle Brugge de Bélgica, estaba junto a su tocayo Johnson Bwalya, Chabala, Musonda, Nyirenda, Makinka y otros jugadores que luego se destacarían en la mayor. El debut no presagiaba gran cosa, ya que el 17 de septiembre en Taejon, Zambia igualaba con los iraquíes 2-2, remontando una desventaja inicial con goles de Nyirenda y Kalusha, pero haciendo tablas al final. Mientras tanto, los italianos arrasaban a Guatemala por 5 a 2.
Nadie en su sano juicio iba a pronosticar lo ocurrido dos días después, el 19 de septiembre en Kwangju. Con alrededor de 9800 espectadores y el inglés Keith Hackett de árbitro, Italia dominaba el encuentro hasta que a los 41 minutos, Kalusha Bwalya recibió un pase, se metió en el área y superó a Stefano Tacconi, el arquero campeón con la Juventus en 1985, para la apertura del marcador. El relator de la TV italiana no entendía nada. Menos cuando a los 11 del segundo tiempo, Bwalya ejecutó un tiro libre con la barrera armándose y marcó el segundo, hecho que generó la protesta de los azzurros. A los 19, un remate de Johnson Bwalya se desvió en el defensor Pellegrini y fue el tercero. Y sobre la hora, cuando los europeos querían irse, Kalusha hizo su triplete y el famoso, tremendo 4 a 0. La prensa no cabía en su asombro, tanto la de Italia como en Argentina, donde algunos creyeron que el resultado era al revés. Incluso, el gran Oscar Gañete Blasco, al comentar el resumen en el canal ATC de Buenos Aires, tuvo lío para pronunciar el apellido de Bwalya, lo mismo que otro grande, Julio Ricardo, tres días más tarde en la goleada ante Guatemala.
El 21 en Kwanghju, Zambia repitió el 4-0 a los centroamericanos, con dos de Makinka y otros de Kalusha Bwalya, uno de penal, y así ganó el grupo B para ir a enfrentar a la potente Alemania de Jürgen Klinsmann y Thomas Haessler en cuartos de final. Ese 25 nuevamente en Kwangju, los alemanes fueron demasiado y con tres de Klinsmann golearon 4 a 0 y terminaron la epopeya de Zambia. Pero hubo recompensa, ya que Zambia fue la mejor selección del continente y Kalusha Balón de Oro de France Football. Además, la aventura de los naranjas fue un preludio de lo que vino después: la primera medalla para Africa con Ghana en Barcelona 92, y ni hablar los oros de Nigeria en Atlanta 96 y Camerún en Sydney 2000. Igual, la historia les reservó un lugar eterno a aquellos locos de Zambia de 1988.
Reviva aquí la hazaña de Zambia ante Italia:
86. Mucho menos en el contexto de los Juegos Olímpicos, donde sólo Egipto había cosechado dos cuartos puestos en 1928 y 1964. Pero aquella primavera de
Seúl 1988, un nuevo país sorprendió con una actuación memorable, más allá de no haber pasado los cuartos de final. Lo que Zambia, la nación del sur, del
cobre y de las cataratas Victoria, gestó en tierra surcoreana será para siempre una de las grandes historias de los Juegos.
Los Chipolopolo, “balas de cobre” en dialecto africano, debutaban en la competencia tras haber eliminado a Ghana en una definición emocionante, ganando 2-0 en su capital Lusaka y perdiendo 0-1 en la revancha en Accra, pero pasando por diferencia de gol junto a Nigeria y Túnez. Esa tarde, el inolvidable arquero Efford Chabala atajó varias pelotas imposibles, incluido un penal, y los ghaneses, que iban arriba desde los 15 minutos, no pudieron hacer otro gol y Zambia fue a Seúl 88, donde le esperaba ser partenaire del potente Italia, Irak y Guatemala, éste en reemplazo de México, suspendido por la FIFA por dos años por adulteración de edad de su Sub 20.
El gran delantero Kalusha Bwalya, hoy presidente de la Federación de su país, era la figura de ese conjunto dirigido por Samuel Ndlovu. Bwalya, entonces en el Cercle Brugge de Bélgica, estaba junto a su tocayo Johnson Bwalya, Chabala, Musonda, Nyirenda, Makinka y otros jugadores que luego se destacarían en la mayor. El debut no presagiaba gran cosa, ya que el 17 de septiembre en Taejon, Zambia igualaba con los iraquíes 2-2, remontando una desventaja inicial con goles de Nyirenda y Kalusha, pero haciendo tablas al final. Mientras tanto, los italianos arrasaban a Guatemala por 5 a 2.
Nadie en su sano juicio iba a pronosticar lo ocurrido dos días después, el 19 de septiembre en Kwangju. Con alrededor de 9800 espectadores y el inglés Keith Hackett de árbitro, Italia dominaba el encuentro hasta que a los 41 minutos, Kalusha Bwalya recibió un pase, se metió en el área y superó a Stefano Tacconi, el arquero campeón con la Juventus en 1985, para la apertura del marcador. El relator de la TV italiana no entendía nada. Menos cuando a los 11 del segundo tiempo, Bwalya ejecutó un tiro libre con la barrera armándose y marcó el segundo, hecho que generó la protesta de los azzurros. A los 19, un remate de Johnson Bwalya se desvió en el defensor Pellegrini y fue el tercero. Y sobre la hora, cuando los europeos querían irse, Kalusha hizo su triplete y el famoso, tremendo 4 a 0. La prensa no cabía en su asombro, tanto la de Italia como en Argentina, donde algunos creyeron que el resultado era al revés. Incluso, el gran Oscar Gañete Blasco, al comentar el resumen en el canal ATC de Buenos Aires, tuvo lío para pronunciar el apellido de Bwalya, lo mismo que otro grande, Julio Ricardo, tres días más tarde en la goleada ante Guatemala.
El 21 en Kwanghju, Zambia repitió el 4-0 a los centroamericanos, con dos de Makinka y otros de Kalusha Bwalya, uno de penal, y así ganó el grupo B para ir a enfrentar a la potente Alemania de Jürgen Klinsmann y Thomas Haessler en cuartos de final. Ese 25 nuevamente en Kwangju, los alemanes fueron demasiado y con tres de Klinsmann golearon 4 a 0 y terminaron la epopeya de Zambia. Pero hubo recompensa, ya que Zambia fue la mejor selección del continente y Kalusha Balón de Oro de France Football. Además, la aventura de los naranjas fue un preludio de lo que vino después: la primera medalla para Africa con Ghana en Barcelona 92, y ni hablar los oros de Nigeria en Atlanta 96 y Camerún en Sydney 2000. Igual, la historia les reservó un lugar eterno a aquellos locos de Zambia de 1988.
Reviva aquí la hazaña de Zambia ante Italia:
jueves, 28 de julio de 2016
MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: JUEGOS OLÍMPICOS (PARTE 3)
Luego de que nuestra antorcha olímpica viajara de Atenas a Melbourne, ahora la llevamos con la historia a Roma 1960, primeros Juegos televisados en directo, en los inicios de la caja cuadrada. Pero el recuerdo símbolo de entonces correspondió por primera vez a un africano, el etíope Abebe Bikila, que ganó descalzo la maratón en una excepcional faena. Vilma Rudolf, una enferma de polio, ganó en carreras de pista. La ucraniana Larissa Latinina se llevó seis medallas en gimnasia artística, y apareció el imborrable boxeador Muhamad Alí, venciendo en los semipesados. Gran Bretaña participó por última vez en fútbol hasta 2012, disciplina en la que Argentina volvió pero quedó afuera en la primera ronda, con un joven llamado Carlos Bilardo, y Sudáfrica compitió por última ocasión bajo el régimen separatista del apartheid, por lo que no volvería hasta 1992. Además, en Roma 60 tuvieron lugar los primeros Juegos Paralímpicos, para las personas con discapacidad.
Para 1964 los Juegos se trasladaron por primera vez a Asia, en Tokio, Japón, que había sido seleccionada para 1940 pero no pudo por la guerra. Esta vez, una enorme inversión en infraestructura hizo unos Olímpicos majestuosos, donde Abebe Bikila y Larissa Latinina se impusieron de nuevo, Bob Hayes ganó en los 100 metros con un entonces récord de 10 segundos y Hungría consiguió su segundo oro seguido en fútbol, donde Argentina jugó otra vez pero sin éxito. Los de Tokio fueron asimismo los primeros transmitidos por TV en colores y vía satélite, como también los primeros en usar computación para cronometraje y resultados. Y el portador del último relevo de la llama olímpica fue el atleta japonés Yoshinori Sakai, llamado “el bebé de Hiroshima” por haber nacido en la fatídica jornada de la explosión de la bomba atómica sobre esa ciudad, en 1945.
El imponente estadio Azteca se construyó especialmente para los Juegos de México 68, los primeros en América latina. Y los primeros con controles antidóping. En la altura de la capital, tres atletas fueron los imborrables: el estadounidense Jim Hines que ganó los 100 metros con menos de 10 segundos, el primero en hacerlo; su compatriota Bob Beamon, récord en salto en largo con 8,90 metros contra 8,33 del segundo, y el inglés Dick Fosbury, plusmarquista en salto en alto con su técnica de espaldas. La maratón fue para el etíope Mamo Wolde, mientras Kenia se llevó su primer oro en 10 000 metros. En los 200, el ganador Tommie Smith y John Carlos, ambos norteamericanos, realizaron el “saludo del poder negro”, una señal de protesta por la reivindicación de los derechos de los negros en su país. Hablando de raza, Sudáfrica fue prohibido por primera ocasión por el apartheid, mientras Alemania Federal y Alemania Oriental compitieron separadas. Y Paraguay debutó en los Juegos.
Hablar de Munich 1972 es, lamentablemente, hablar de terrorismo. Durante el evento, palestinos asesinaron a dos atletas israelíes y tomaron de rehenes a otros 9, reclamando la liberación de presos palestinos. El rescate se frustró y los nueve israelíes fueron también muertos con una granada, que además mató a un policía y cinco terroristas. A pesar de la tragedia, tras un día de luto, la competencia siguió normalmente. Por suerte, también hubo deporte: Lasse Viren ganó los 5 y 10 000 metros, Mark Spitz se llevó nada menos que siete oros en natación y la URSS le ganó el clásico del básquetbol a Estados Unidos con un doble faltando un segundo. En fútbol, la Polonia de Deyna fue imbatible y el handball hizo su debut. Y por Argentina, Alberto Demiddi hizo un gran trabajo en remo y estuvo cerca de una medalla.
Finalizamos por hoy con Montreal 1976, lo mismo que decir los Juegos de la adolescente gimnasta rumana Nadia Comaneci, que consiguió por primera vez puntuación de 10 en barras asimétricas. El cubano Alberto Juantorena brilló en 400 y 800 metros y Alemania Oriental en el fútbol, venciendo a Polonia. El evento fue como siempre ensuciado por la política: 24 países africanos no fueron a Canadá en repudio a que la selección de rugby de Nueva Zelanda hizo una gira por Sudáfrica a pesar de la reciente masacre de Soweto. Además, las naciones reclamaban la readmisión sudafricana y como fue denegada, no participaron. Siempre la política, que seguiría molestando unos años más.
Fuente: Wikipedia
Para 1964 los Juegos se trasladaron por primera vez a Asia, en Tokio, Japón, que había sido seleccionada para 1940 pero no pudo por la guerra. Esta vez, una enorme inversión en infraestructura hizo unos Olímpicos majestuosos, donde Abebe Bikila y Larissa Latinina se impusieron de nuevo, Bob Hayes ganó en los 100 metros con un entonces récord de 10 segundos y Hungría consiguió su segundo oro seguido en fútbol, donde Argentina jugó otra vez pero sin éxito. Los de Tokio fueron asimismo los primeros transmitidos por TV en colores y vía satélite, como también los primeros en usar computación para cronometraje y resultados. Y el portador del último relevo de la llama olímpica fue el atleta japonés Yoshinori Sakai, llamado “el bebé de Hiroshima” por haber nacido en la fatídica jornada de la explosión de la bomba atómica sobre esa ciudad, en 1945.
El imponente estadio Azteca se construyó especialmente para los Juegos de México 68, los primeros en América latina. Y los primeros con controles antidóping. En la altura de la capital, tres atletas fueron los imborrables: el estadounidense Jim Hines que ganó los 100 metros con menos de 10 segundos, el primero en hacerlo; su compatriota Bob Beamon, récord en salto en largo con 8,90 metros contra 8,33 del segundo, y el inglés Dick Fosbury, plusmarquista en salto en alto con su técnica de espaldas. La maratón fue para el etíope Mamo Wolde, mientras Kenia se llevó su primer oro en 10 000 metros. En los 200, el ganador Tommie Smith y John Carlos, ambos norteamericanos, realizaron el “saludo del poder negro”, una señal de protesta por la reivindicación de los derechos de los negros en su país. Hablando de raza, Sudáfrica fue prohibido por primera ocasión por el apartheid, mientras Alemania Federal y Alemania Oriental compitieron separadas. Y Paraguay debutó en los Juegos.
Hablar de Munich 1972 es, lamentablemente, hablar de terrorismo. Durante el evento, palestinos asesinaron a dos atletas israelíes y tomaron de rehenes a otros 9, reclamando la liberación de presos palestinos. El rescate se frustró y los nueve israelíes fueron también muertos con una granada, que además mató a un policía y cinco terroristas. A pesar de la tragedia, tras un día de luto, la competencia siguió normalmente. Por suerte, también hubo deporte: Lasse Viren ganó los 5 y 10 000 metros, Mark Spitz se llevó nada menos que siete oros en natación y la URSS le ganó el clásico del básquetbol a Estados Unidos con un doble faltando un segundo. En fútbol, la Polonia de Deyna fue imbatible y el handball hizo su debut. Y por Argentina, Alberto Demiddi hizo un gran trabajo en remo y estuvo cerca de una medalla.
Finalizamos por hoy con Montreal 1976, lo mismo que decir los Juegos de la adolescente gimnasta rumana Nadia Comaneci, que consiguió por primera vez puntuación de 10 en barras asimétricas. El cubano Alberto Juantorena brilló en 400 y 800 metros y Alemania Oriental en el fútbol, venciendo a Polonia. El evento fue como siempre ensuciado por la política: 24 países africanos no fueron a Canadá en repudio a que la selección de rugby de Nueva Zelanda hizo una gira por Sudáfrica a pesar de la reciente masacre de Soweto. Además, las naciones reclamaban la readmisión sudafricana y como fue denegada, no participaron. Siempre la política, que seguiría molestando unos años más.
Fuente: Wikipedia
domingo, 24 de julio de 2016
PAPÁ RAFAEL CUMPLE 83
En Así Es La Vida es tiempo de otro aniversario, otro importantísimo. Siempre hablo y escribo sobre la mentora de este humilde blog, mamá Anita. Poco he dicho sobre papá Rafael, que en este día ha cumplido nada más que 83 añitos. Y como diría la tribuna, está de primera. Otro amor de mi vida, un hombre que, a pesar de su carácter y algunas patinadas, ha dado hasta lo que no tiene por mí, por mamá y por mis dos hermanos.
Siempre, y a pesar de su mal genio de muchas ocasiones, me ha dado y sigue dando lo mejor de él. Y especialmente, estos años en que estoy sin madre, lo estoy aprendiendo a valorar mucho más. Y también a reconocer todo lo que antes hizo por mí, que fue un gran imulsor de mi vida desde chico. Por destino y gracia de Dios lo tengo conmigo, y muy bien en todo sentido, más allá de alguna cosita de salud lógica y normal. A él, que tanto dio y da por mí, mi amor, mi abrazo y mi homenaje, y, aunque nadie es eterno, que sean unos cuanttitos más.
Siempre, y a pesar de su mal genio de muchas ocasiones, me ha dado y sigue dando lo mejor de él. Y especialmente, estos años en que estoy sin madre, lo estoy aprendiendo a valorar mucho más. Y también a reconocer todo lo que antes hizo por mí, que fue un gran imulsor de mi vida desde chico. Por destino y gracia de Dios lo tengo conmigo, y muy bien en todo sentido, más allá de alguna cosita de salud lógica y normal. A él, que tanto dio y da por mí, mi amor, mi abrazo y mi homenaje, y, aunque nadie es eterno, que sean unos cuanttitos más.
MUCHO OJO CON MERCADO LIBRE
Otra irregularidad, pero ésta no es de la sociedad, o sí. Es con este bendito tema de comprar por Internet, con el que advierto claramente tengan mucho cuidado. El tan promocionado sitio de venta online Mercado Libre.com es un sitio con el que hay que estar atento, es más, yo recomiendo no visitarlo, ya que su sistema es engañoso, casi perverso.
Cuando uno ve un artículo que le einteresa en un sitio de avisos clasificados, sea del diario o de la web, es lógico que lo primero que hace es fijarse los datos de contacto del vendedor para hablar con él y acordar, o no, la compra. Bueno, acá TE OBLIGAN A COMPRAR. En efecto, para ver los datos del vendedor sólo podés hacerlo mediante un click en el botón Comprar. ¿Por qué? Bueno, porque así es el negocio, dicen que dicen. Así acabo de tener un lío con un tal Daniel Marini, al que contacté por ver heladeras nuevas para mi casa, ya que se nos rompió la nuestra. Para saber cómo contactarlo hice botón ahí, y el tipo se enojó conmigo por mail cuando le expliqué que en realidad no quería comprar, sino que sólo estaba viendo. Lo mismo le pasó a una amiga que quería una pollera de cuero y que hizo click ahí.
Otra miseria más del mundo material, que hace lo que sea, así esté mal, para agarrar plata con desesperación. Por qué obligar a la gente a hacer lo que no tiene planeado, por qué arrastrarla a la fuerza. Qué locura. Bien de este mundo sin códigos que levanta banderas de incongruencia todo el tiempo. Bueno, ya están avisados.
Cuando uno ve un artículo que le einteresa en un sitio de avisos clasificados, sea del diario o de la web, es lógico que lo primero que hace es fijarse los datos de contacto del vendedor para hablar con él y acordar, o no, la compra. Bueno, acá TE OBLIGAN A COMPRAR. En efecto, para ver los datos del vendedor sólo podés hacerlo mediante un click en el botón Comprar. ¿Por qué? Bueno, porque así es el negocio, dicen que dicen. Así acabo de tener un lío con un tal Daniel Marini, al que contacté por ver heladeras nuevas para mi casa, ya que se nos rompió la nuestra. Para saber cómo contactarlo hice botón ahí, y el tipo se enojó conmigo por mail cuando le expliqué que en realidad no quería comprar, sino que sólo estaba viendo. Lo mismo le pasó a una amiga que quería una pollera de cuero y que hizo click ahí.
Otra miseria más del mundo material, que hace lo que sea, así esté mal, para agarrar plata con desesperación. Por qué obligar a la gente a hacer lo que no tiene planeado, por qué arrastrarla a la fuerza. Qué locura. Bien de este mundo sin códigos que levanta banderas de incongruencia todo el tiempo. Bueno, ya están avisados.
sábado, 23 de julio de 2016
AMIGOS, NO SE JUEGA CON LAS ILUSIONES
Vuelvo con planteos de amistades, moral, actitudes y otras yerbas. Y eso es porque este mundo sigue con sus promesas no cumplidas y sus malas actitudes de omisión. Si bien ya creo haberlo expuesto, no viene nada mal que hinche un poco con esto, porque parece que esa actitud de la promesa incumplida es una bandera (como muchas otras) de esta sociedad.
Muchos se atajan, hasta con cobardía, frente al tema, o te quieren pasar la pelota como que uno tiene la culpa (sí, encima, uno tiene la culpa). Y lo cierto es que uno reacciona ante estas cosas. Es muy feo, hasta irresponsable, jugar con los sentimientos de los demás, sea con trabajo, amigos, visitas, hasta con una posible pareja. Gente que se dice tu amigo te ilusiona, vaya a saber con qué fin o qué miércoles tienen en la cabecita, y luego no te cumple ni por asomo. Y peor, luego viene el rosario de excusas. Y peor, cuando uno reclama se te enojan, ellos, que son los responsables de la mala actitud. Entonces uno se enoja con esa persona, entran a discutir y pueden terminar mal. Y, también, pasa que cuando uno corta porque la situación lo irrita, el otro se victimiza y quiere venir a uno con carita de dulce, cuando en realidad luego te hace lo mismo.
Es decir, una cadena de patinadas que explica por qué la gente está tan separada, por qué cuesta vincularse. Cómo no si esa gente, que bien se puede catalogar de al menos falsa, promueve en uno una bronca que, según el carácter, puede hacerle más o menos mal. En mi caso personal, yo, autor de este humilde medio, estoy harto de toda esa cadena. Si prometés cumplí, si no no prometas nada, y si no pudiste cumplir, no vengas con excusas, decí la verdad que no me voy a ofender. No te cuesta nada decir la verdad. Pero eso de esconder, trampear, engañar, jugar con el otro, con el CORAZÓN del otro, es muy feo. Es tan feo como cualquier otra miseria que los seres humanos tenemos. Atentos con esto, porque es un estúpido código que mucha gente maneja, pero que no está bien. Tengámoslo en cuenta, porque no son las ilusiones las que conservan la amistad, sino las cuentas claras. Repito, las cuentas claras.
Muchos se atajan, hasta con cobardía, frente al tema, o te quieren pasar la pelota como que uno tiene la culpa (sí, encima, uno tiene la culpa). Y lo cierto es que uno reacciona ante estas cosas. Es muy feo, hasta irresponsable, jugar con los sentimientos de los demás, sea con trabajo, amigos, visitas, hasta con una posible pareja. Gente que se dice tu amigo te ilusiona, vaya a saber con qué fin o qué miércoles tienen en la cabecita, y luego no te cumple ni por asomo. Y peor, luego viene el rosario de excusas. Y peor, cuando uno reclama se te enojan, ellos, que son los responsables de la mala actitud. Entonces uno se enoja con esa persona, entran a discutir y pueden terminar mal. Y, también, pasa que cuando uno corta porque la situación lo irrita, el otro se victimiza y quiere venir a uno con carita de dulce, cuando en realidad luego te hace lo mismo.
Es decir, una cadena de patinadas que explica por qué la gente está tan separada, por qué cuesta vincularse. Cómo no si esa gente, que bien se puede catalogar de al menos falsa, promueve en uno una bronca que, según el carácter, puede hacerle más o menos mal. En mi caso personal, yo, autor de este humilde medio, estoy harto de toda esa cadena. Si prometés cumplí, si no no prometas nada, y si no pudiste cumplir, no vengas con excusas, decí la verdad que no me voy a ofender. No te cuesta nada decir la verdad. Pero eso de esconder, trampear, engañar, jugar con el otro, con el CORAZÓN del otro, es muy feo. Es tan feo como cualquier otra miseria que los seres humanos tenemos. Atentos con esto, porque es un estúpido código que mucha gente maneja, pero que no está bien. Tengámoslo en cuenta, porque no son las ilusiones las que conservan la amistad, sino las cuentas claras. Repito, las cuentas claras.
viernes, 22 de julio de 2016
MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: JUEGOS OLÍMPICOS (PARTE 2)
Continuamos a días de los Juegos Olímpicos de Río 2016 repasando en algunas líneas cada edición, cada historia de esta apasionante, tentadora competencia deportiva.
Tras haber contado de Atenas 1896 a Amsterdam 1928, el viaje sigue a Los Angeles, que en 1932 albergó unos Juegos devaluados, debido a una crisis económica que atravesaba Estados Unidos, lo que redujo el número de países y de atletas. No hubo fútbol por falta de interés, con el Mundial recién creado por la FIFA, y el nadador japonés de 14 años Kusuo Kitamura fue el más joven en ganar una medalla de oro. Pero los del 32 son sinónimo de gloria para Argentina, ya que Juan Carlos Zabala se impuso brillantemente en la maratón.
De allí pasamos a los superpolitizados de Berlín en 1936. Bajo el apogeo de Adolf Hitler y el nazismo, los Juegos trajeron varias polémicas. España hizo boicot, una atleta alemana fue prohibida por ser judía y el negro estadounidense Jesse Owens, estrella del atletismo al ganar los 100, 200, 4x100 y salto en largo, no fue saludado por el Führer, que quería que los blancos demostrasen su superioridad. Además, Perú venció a Austria en el fútbol, que retornó ese año, pero los austríacos protestaron por varias irregularidades, la FIFA ordenó la reiteración del encuentro y como Perú no quiso, fue descalificado y, como respuesta, retiró su delegación, acompañado por las de Argentina, Chile, Colombia, Uruguay y México. El fútbol fue para la Italia de Vittorio Pozzo. Después, la locura de la guerra postergó la belleza olímpica, que iba a tener lugar en Helsinki en 1940 y Londres 1944, pero no se hizo hasta Londres pero en 1948.
En Inglaterra, que se iba levantando de las ruinas de los bombardeos alemanes, fueron “los Juegos de la austeridad”. No hubo villa olímpica, los atletas durmieron en barracones militares de la guerra, no se construyeron instalaciones y el nuevo estadio de Wembley fue adaptado para las distintas pruebas, con una pista de atletismo de ceniza. El río Támesis fue el escenario del remo y el canotaje. Obvio que Alemania, Japón y la Unión Soviética no participaron por su rol en el conflicto. Al menos, la holandesa Fanny Blankers-Koen brilló ganando cuatro oros en atletismo, Suecia se llevó el fútbol, el arte tuvo su última competencia y por primera vez se televisaron los Juegos, por la BBC. Pero el gran recuerdo para los argentinos lo marcó el gran Delfo Cabrera, que como Zabala en el 32 se llevó la maratón en un emotivo final.
Tras otra olimpíada (período de 4 años entre cada Juego) el evento fue a Helsinki, Finlandia, en 1952. Fueron los del checo Emil Zatopek, que ganó nada menos que 5000, 10 000 metros y maratón. Por primera vez estuvieron la URSS, Israel y volvieron Alemania, en su versión federal, y Japón. El fútbol fue para el ballet húngaro de Puskas y los argentinos, de gran momento deportivo en tiempos de Juan Domingo Perón, disfrutaron el triunfo de Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en remo, que sería la última medalla de oro hasta la victoria del fútbol y el básquetbol en Atenas 2004.
Por hoy dejamos en Melbourne 1956, primera edición en el hemisferio Sur y en Oceanía, en Australia. Como siempre, la política condicionó los Juegos, con la no participación de Egipto, Líbano, Irak (guerra de Suez), España, Polonia, Suiza (revolución húngara) y China, en protesta por la presencia de Taiwan. La URSS se llevó la mayor cantidad de medallas y el fútbol australiano fue deporte de demostración.
Fuente: Wikipedia
Tras haber contado de Atenas 1896 a Amsterdam 1928, el viaje sigue a Los Angeles, que en 1932 albergó unos Juegos devaluados, debido a una crisis económica que atravesaba Estados Unidos, lo que redujo el número de países y de atletas. No hubo fútbol por falta de interés, con el Mundial recién creado por la FIFA, y el nadador japonés de 14 años Kusuo Kitamura fue el más joven en ganar una medalla de oro. Pero los del 32 son sinónimo de gloria para Argentina, ya que Juan Carlos Zabala se impuso brillantemente en la maratón.
De allí pasamos a los superpolitizados de Berlín en 1936. Bajo el apogeo de Adolf Hitler y el nazismo, los Juegos trajeron varias polémicas. España hizo boicot, una atleta alemana fue prohibida por ser judía y el negro estadounidense Jesse Owens, estrella del atletismo al ganar los 100, 200, 4x100 y salto en largo, no fue saludado por el Führer, que quería que los blancos demostrasen su superioridad. Además, Perú venció a Austria en el fútbol, que retornó ese año, pero los austríacos protestaron por varias irregularidades, la FIFA ordenó la reiteración del encuentro y como Perú no quiso, fue descalificado y, como respuesta, retiró su delegación, acompañado por las de Argentina, Chile, Colombia, Uruguay y México. El fútbol fue para la Italia de Vittorio Pozzo. Después, la locura de la guerra postergó la belleza olímpica, que iba a tener lugar en Helsinki en 1940 y Londres 1944, pero no se hizo hasta Londres pero en 1948.
En Inglaterra, que se iba levantando de las ruinas de los bombardeos alemanes, fueron “los Juegos de la austeridad”. No hubo villa olímpica, los atletas durmieron en barracones militares de la guerra, no se construyeron instalaciones y el nuevo estadio de Wembley fue adaptado para las distintas pruebas, con una pista de atletismo de ceniza. El río Támesis fue el escenario del remo y el canotaje. Obvio que Alemania, Japón y la Unión Soviética no participaron por su rol en el conflicto. Al menos, la holandesa Fanny Blankers-Koen brilló ganando cuatro oros en atletismo, Suecia se llevó el fútbol, el arte tuvo su última competencia y por primera vez se televisaron los Juegos, por la BBC. Pero el gran recuerdo para los argentinos lo marcó el gran Delfo Cabrera, que como Zabala en el 32 se llevó la maratón en un emotivo final.
Tras otra olimpíada (período de 4 años entre cada Juego) el evento fue a Helsinki, Finlandia, en 1952. Fueron los del checo Emil Zatopek, que ganó nada menos que 5000, 10 000 metros y maratón. Por primera vez estuvieron la URSS, Israel y volvieron Alemania, en su versión federal, y Japón. El fútbol fue para el ballet húngaro de Puskas y los argentinos, de gran momento deportivo en tiempos de Juan Domingo Perón, disfrutaron el triunfo de Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en remo, que sería la última medalla de oro hasta la victoria del fútbol y el básquetbol en Atenas 2004.
Por hoy dejamos en Melbourne 1956, primera edición en el hemisferio Sur y en Oceanía, en Australia. Como siempre, la política condicionó los Juegos, con la no participación de Egipto, Líbano, Irak (guerra de Suez), España, Polonia, Suiza (revolución húngara) y China, en protesta por la presencia de Taiwan. La URSS se llevó la mayor cantidad de medallas y el fútbol australiano fue deporte de demostración.
Fuente: Wikipedia
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