Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
jueves, 11 de agosto de 2016
DIARIO OLÍMPICO: BRASIL A CUARTOS
Sí, tal cual. Aparte de aguantar las cargadas de los brasileños por el empate con Honduras y la eliminación de Argentina, tenemos que aguantar que Brasil, que no había hecho goles, ahora mandó 4-0 a Dinamarca y pasó a cuartos de final de los varones, donde enfrentará a Colombia y Teo Gutiérrez. Los otros duelos serán Nigeria-Dinamarca, Corea del Sur-Honduras y Portugal-Alemania. México perdió con los surcoreanos y se fue, mientras Alemania le endosó 10- 0 al simpático crédito de Así Es La Vida, el divino Fiji. Un poco de fútbol para alegrar un día muy malo para nuestro país, porque aparte sufrieron traspiés las Leonas, las Panteras del vóley, el hándbol y beach vóley femenino, Peralta en boxeo, los Pumas y la vela, donde sólo el veterano Lange anda cerca. Mañana hay hóckey de ambos sexos, vóley y básquet de hombres y Del Potro, que hoy no jugó por la incesante lluvia carioca, va por otra victoria. A ver si borramos lo de hoy.
miércoles, 10 de agosto de 2016
DIARIO OLÍMPPICO: MÁS MUJERES DERROTADAS
Para sumar decepciones,tres grupos de mujeres perdieron en sus respectivos deportes. Aparte de las Leonas en el día, hace un rato cayeron el vóley 3-0 con Corea del Sur, el hándbol lejos con Francia y las chicas del vóley playa con las checas. No son tampoco de lo más importante de la delegación nacional, están tomando experiencia. Tampoco todas estas derrotas significan que seamos un desastre, como era antaño. El único deporte que da vergüenza es el fútbol, quién quiere verlo tras semejante eliminación con Honduras. Bueno, me voy a ver al genio Phelps, a ver si cierro bien la noche.
DIARIO OLÍMPICO: TE ESTÁN MATANDO, FÚTBOL ARGENTINO
No pudo ser más humillante la derrota, por más que el tablero haya marcado empate, que fue la eliminación del Sub 23 argentino de los Juegos Olímpicos. Ante un país inferior como Honduras, que además no mostró una gran potencia, errando un penal, regalando dos, igualando en el segundo minuto de descuento, siendo superado en pasajes por un equipo que defendió más de lo que atacó. Con cuatro puntos sobre nueve, con un asustado 2-1 a Argelia, con una derrota sin atenuantes ante Portugal. Y con el agravante de ser la primera caída en la fase inicial desde… 1964, en Tokio.
Pasan los jugadores, pasan los técnicos, todo pasa, diría don Julio. Lo que no pasa, lamentablemente, es la pésima imagen, en caída libre, del fútbol argentino. Casi no se compite en el fútbol masculino por una AFA que estuvo en otra, que miró de costado el asunto, como mira de costado todo lo que no sea dinero, poder, desorganización. Una AFA que no es capaz hace años de un proyecto para la Selección, para (más grave aún) sus bases, sus juveniles, que ni tenían técnico para ir al campeonato de L´Alcudia, en España. Que no tenían para ir a defender en Río 2016 el título brillantemente obtenido en el verano de 2015 en Uruguay, que los llevó al gran evento deportivo. Que no tenían, peor, equipo, futbolistas, estructura. Aclaramos que es el mismo país que en los 2000 ganó dos medallas de oro, el mismo que hace 30 años fue campeón mundial en México, ese recuerdo del que desgraciadamente seguimos viviendo.
Muy bien, tras los líos por la no cesión de jugadores, las bajas de otros, la renuncia correcta de Gerardo Martino, que no quiso ser más cómplice de estos disparates, se juntaron 18 almas, algunas consagradas, que no formaron nunca un conjunto, que tuvieron grandes problemas para generar juego, para marcar, al menos para poner peligro. Se cayó bien con Portugal, se ganó mal ante un tal Argelia. Y se arrodilló ante otro tal Honduras, por más que el once centroamericano posea cierta calidad, nunca superior a toda la que cuenta Argentina. El entrenador de emergencia, el nobilísimo Vasco Olarticoechea, intentó ser el capitán de un barco que ni estaba en condiciones de zarpar, pero que tuvo que hacerlo para no ser sancionado. Si hasta los dirigentes de la AUF esbozaron que Uruguay, tercero en el Juventud de América, estaba listo para reemplazarlo.
Las causas de semejante humillación pueden buscarse en dos puntos: el interno y el del propio equipo. En lo interno, ya sabemos de sobra qué se puede esperar de un ente rector, que de rector no tiene ni la puerta. Qué se puede esperar si aún no se conoce qué bendito día empezará el nivel local. Apenas se sabe cómo se jugará, constante ridículo de la casa madre, siempre y cuando no se cambie a último momento, como todo en nuestro fútbol. Ya quedó dicho lo de los juveniles, que quién sabe cómo encararán la previa a los Sudamericanos Sub 20 y 17 de pocos meses. Pero, también, es justo exponerlo, el flojo trabajo de una selección llena de talento, de figuras, de jugadores expertos, es responsable. Calleri, gran goleador en Boca y Sao Paulo, hizo poco, sólo un gol nada vistoso contra Argelia y hoy erró un tiro imposible, solo en el área. Correa, de quien no se niega su habilidad, no fue capaz de acertar un tiro penal cuando el partido y la situación más lo pedían. Simeone, vendido a Italia, pesó muy poco en los minutos que estuvo. Lo Celso, por más genio que sea, no se mostró a su altura. Pavón alternó ratos de su brillo boquense con otros de desaparición. Espinoza nunca termina de afirmarse. Graves problemas en el fondo, que salió mal, regaló pelotas, dejó espacios bien aprovechados por rivales de poco peso que así le marcaron cuatro goles. Sólo la voluntad de Ascacíbar, este chico de Estudiantes con futuro de Mundial, y las atajadas fabulosas de Gerónimo Rulli, más allá de su error con Portugal, pueden rescatarse como para el futuro. Porque, al menos, este equipo debería servir para el futuro, para nutrir a la mayor, bastante desnutrida por cierto. ¿Pensará la AFA en ello? Porque un Sub 23 sirve para algo más que para ganarle a Honduras en los últimos minutos para seguir con chances de medalla.
Así las cosas, era obvio el final. Por más que duela, por más que nadie quiere el mal de la Selección, así sucedió. Entre el caos insoportablemente clásico de lo dirigencial, que ya harta, y el flojo nivel de los propios actores, que parece una enfermedad contagiosa de los mayores, Argentina vuelve a tomarse la cara de la vergüenza por un resultado que, aunque estuviera cantado, no deja de ser deshonroso. Es cierto, no íbamos a pretender que después de perder un Mundial y dos Copas América, este remendado, milagroso Sub 23 llegara a una medalla, defendiera los logros de Tévez en 2004 o de Messi y su elenco en 2008. Mucho menos, tirarle el fardo de mantener el prestigio, el poco que queda, del balompié albiceleste. Ese que cada día se sigue muriendo, o mejor dicho, lo siguen matando, noqueando. Como sea, como es, volvemos a padecer, a sufrir una eliminación. Una derrota, y por goleada. Aunque el tablero hoy haya marcado empate.
DIARIO OLÍMPICO: TAMBIÉN PERDIÓ EL BOXEO (PUF!)
Otra decepción acaba de sumarse a hasta ahora el peor día de la vida argentina en Río 2016. Yamil Peralta fue derrotado por el cubano Félix Savón en los cuartos de 91 kilos, despidiéndose como los otros boxeadores nacionales. Lo mejor hoy lo da la vela, con el veterano Santiago Lange tercero, mientras Julio ALsogaray va sexto y los demás, aunque lejos, siguen a la expectativa. A ver si nuestras mujeres nos dan alegría. Y si no, miremos al loco lindo de Michael Phelps, que ése sí es un capo de capos.
DIARIO OLÍMPICO: TAMBIÉN CAYÓ EL RUGBY (PUF!)
Más que diario, ya es un Muro de los Lamentos olímpico. A la caída de las Leonas y a la humillación del fútbol, afuera de arranque por su 1-1 con Honduras (Honduras), acaba de sumarse la eliminación en cuartos de final del rugby 7 de Argentina. Los Pumas perdieron sólo 5-0 con Gran Bretaña, que por más tradición que tenga en rugby, no es un habitué del seven, sin embargo los Pumas no lograron marcar y en tiempo extra, un try británico les dio el triunfo. Si sirve mal de muchos consuelo nuestro, también los All Blacks, Nueva Zelanda, tuvieron que bajarse contra Fiji, que ahora va contra Japón (sí, Japón). Ahora hay algo de boxeo, vóley, hándbol y vóley playa, a ver si terminamos el día de miércoles con algo positivo.
DIARIO OLÍMPICO: LAS LEONAS PERDIERON DE NUEVO
Desastre hasta ahora la jornada argentina en Río 2016. Sobre todo por lo ya comentado del fútbol, tremendo papelón. Y encima a la misma hora, me enteré por Internet de una nueva caída de las Leonas del hóckey, ahora 3-2 ante Gran Bretaña, que les complica la clasificación. Suerte que los chicos del seven arrasaron con Brasil 31 a 0 y a la tarde van por Gran Bretaña en los cuartos de final, a ver si vengan esta derrota increíble de las de Gabriel Minadeo. Del Potro sigue esperando que la lluvia se vaya a acostar, y la vela compite por un buen resultado en la bahía de Guanabara. Ah: brasileños, no nos carguen por el fútbol, no sea cosa que ustedes pierdan con Dinamarca y queden afuera.
DIARIO OLÍMPICO: EL FÚTBOL AFUERA, UNA VERGÜENZA MÁS
Se puede escribir de muchas cuestiones, organizativas, el famoso encordio previo, la casi no presencia, que hubiera acarreado una sanción del Comité Olímpico. Se puede también echar la culpa a la falta tremenda de definición en los tres partidos. O al penal errado en el segundo tiempo. En realidad, el fútbol argentino acaba de agregar otra vergüenza más a su insoportable colección, ya que el Sub 23, un milagro de Dios, no pudo pasar la primera ronda al empatar 1-1 con Honduras (sí, con Honduras) y por diferencia de un gol, se va de estos Juegos de Río 2016.
Y esta nueva humillación no es casualidad, sino causalidad. De muchas variables que rodean a nuestro empobrecido balompié. Pero también de aquellas que surgen de adentro de un equipo. Cómo entender que, con Angel Correa, Calleri, Gio Simeone, Espinoza, Pavón se le gane con susto a Argelia y no se pueda vencer a Honduras, con quien casi se pierde. Cómo explicar a quienes no saben tanto del tema que Correa, un gran jugador, desvíe un penal, un tiro desde 11 metros. Cómo justificar los errores defensivos, de creación, hasta los del arquero, aunque Rulli con sus sacadas redondeó un buen torneo. Cómo entender, por más que duela, que Argentina se arrodilló ante un tal Honduras.
El desarrollo del encuentro fue lógico: la albiceleste yendo como loco por el primer gol, dejando huecos del medio hacia atrás que los Catrachos estuvieron varias veces por aprovechar. Como que Ellis, su mejor delantero, no alcanzó a conectar y luego Pereira desvió solo de cabeza. La Selección reaccionó, y aunque sin mucha claridad, mereció el tanto de apertura. Calleri, Giannetti y Vega no lograron empujar ante sendos tiros libres, Correa exigió a Luis López y en la mejor, el ex nueve de Boca y futuro del West Ham inglés erró solo en el punto del penal un pase atrás.
Pero cuando los hondureños ganaban la pelota y salían rápido, llegaban con pasmosa facilidad. Así Lozano, otro de sus buenos valores, cabeceó al lado del palo y Rulli sacó un mano a mano a Ellis y otro a Lozano. Argentina caminaba por la cornisa, y en el descuento del primer tiempo, el arquero pareció hacerle penal a Ellis que el español Mateu Lahoz cobró. Pero el de la Real Sociedad se redimió y le atajó el tiro a Bryan Acosta.
Fue el primer capítulo de una novela dramática, inesperada. El Sub 23 salió con todo al reinicio y Pavón, de buen complemento, lo perdió por poco. Y la presión, aunque desordenada, dio sus frutos a los 9, cuando Calleri fue empujado por Pereira. Pero Angel Correa fue incapaz de enviar la pelota adentro del arco, arrojándola al costado del poste.
Otra vez a remar, cada vez con más nervios, inseguridad, locura. Lo tuvo Soto lejos, lo tuvo Calleri que no pudo eludir a López. Pero como en todo el partido, el desorden fue para Honduras, que con avances profundos llegó con peligro. Y en una de esas llegadas, fue Giannetti que le cometió penal a Ellis, esta vez sin dudas. Y esta vez, Lozano definió para un gol histórico para los centroamericanos.
Ni Simeone ni Espinoza desde el banco torcieron lo irreversilbe. Un mal desempeño general, por más chances y falta de puntería que se haya tenido, castigaron a este pobre conjunto argentino. Y cada avance rival era medio gol por la total liviandad defensiva. Lozano dos veces y Ellis en el palo desperdiciaron un 2-0 de estruendo. Al fin, un tiro libre de Mauricio Martínez en el 90 más 2 le dio una ilusión casi de risa a un equipo que ya no tenía con qué ganar, salvo esos golpes del fútbol que siempre suceden.
Pero los milagros no se dan siempre. Esta participación ya lo había sido, muestra de un fútbol nacional que sigue dando que hablar, pero por su vergüenza a todo nivel, no por ganar y ganar como antaño. No se puede superar a Honduras, por más interesante que éste sea. No se puede llegar a los cuatro mejores de los Juegos Olímpicos. Claro, si no se pudo obtener un Mundial y dos Copas América, esto es mucho pretender. Cuando aún no digerimos la derrota de la Copa Centenario, por qué no aún de Brasil 2014, volvemos a padecer otra humillación. Los brasileños, insoportables y exacerbados nacionalistas, agradecidos y burlándose en el final con su “e-li-minados” que atronó en el Mané Garrincha, aunque no deberían reír mucho ya que ellos también están al borde del papelón. En cuanto a Argentina, el fútbol otra vez dio vergüenza. Mucha vergüenza. Y, lo peor, a los ojos del mundo.
Y esta nueva humillación no es casualidad, sino causalidad. De muchas variables que rodean a nuestro empobrecido balompié. Pero también de aquellas que surgen de adentro de un equipo. Cómo entender que, con Angel Correa, Calleri, Gio Simeone, Espinoza, Pavón se le gane con susto a Argelia y no se pueda vencer a Honduras, con quien casi se pierde. Cómo explicar a quienes no saben tanto del tema que Correa, un gran jugador, desvíe un penal, un tiro desde 11 metros. Cómo justificar los errores defensivos, de creación, hasta los del arquero, aunque Rulli con sus sacadas redondeó un buen torneo. Cómo entender, por más que duela, que Argentina se arrodilló ante un tal Honduras.
El desarrollo del encuentro fue lógico: la albiceleste yendo como loco por el primer gol, dejando huecos del medio hacia atrás que los Catrachos estuvieron varias veces por aprovechar. Como que Ellis, su mejor delantero, no alcanzó a conectar y luego Pereira desvió solo de cabeza. La Selección reaccionó, y aunque sin mucha claridad, mereció el tanto de apertura. Calleri, Giannetti y Vega no lograron empujar ante sendos tiros libres, Correa exigió a Luis López y en la mejor, el ex nueve de Boca y futuro del West Ham inglés erró solo en el punto del penal un pase atrás.
Pero cuando los hondureños ganaban la pelota y salían rápido, llegaban con pasmosa facilidad. Así Lozano, otro de sus buenos valores, cabeceó al lado del palo y Rulli sacó un mano a mano a Ellis y otro a Lozano. Argentina caminaba por la cornisa, y en el descuento del primer tiempo, el arquero pareció hacerle penal a Ellis que el español Mateu Lahoz cobró. Pero el de la Real Sociedad se redimió y le atajó el tiro a Bryan Acosta.
Fue el primer capítulo de una novela dramática, inesperada. El Sub 23 salió con todo al reinicio y Pavón, de buen complemento, lo perdió por poco. Y la presión, aunque desordenada, dio sus frutos a los 9, cuando Calleri fue empujado por Pereira. Pero Angel Correa fue incapaz de enviar la pelota adentro del arco, arrojándola al costado del poste.
Otra vez a remar, cada vez con más nervios, inseguridad, locura. Lo tuvo Soto lejos, lo tuvo Calleri que no pudo eludir a López. Pero como en todo el partido, el desorden fue para Honduras, que con avances profundos llegó con peligro. Y en una de esas llegadas, fue Giannetti que le cometió penal a Ellis, esta vez sin dudas. Y esta vez, Lozano definió para un gol histórico para los centroamericanos.
Ni Simeone ni Espinoza desde el banco torcieron lo irreversilbe. Un mal desempeño general, por más chances y falta de puntería que se haya tenido, castigaron a este pobre conjunto argentino. Y cada avance rival era medio gol por la total liviandad defensiva. Lozano dos veces y Ellis en el palo desperdiciaron un 2-0 de estruendo. Al fin, un tiro libre de Mauricio Martínez en el 90 más 2 le dio una ilusión casi de risa a un equipo que ya no tenía con qué ganar, salvo esos golpes del fútbol que siempre suceden.
Pero los milagros no se dan siempre. Esta participación ya lo había sido, muestra de un fútbol nacional que sigue dando que hablar, pero por su vergüenza a todo nivel, no por ganar y ganar como antaño. No se puede superar a Honduras, por más interesante que éste sea. No se puede llegar a los cuatro mejores de los Juegos Olímpicos. Claro, si no se pudo obtener un Mundial y dos Copas América, esto es mucho pretender. Cuando aún no digerimos la derrota de la Copa Centenario, por qué no aún de Brasil 2014, volvemos a padecer otra humillación. Los brasileños, insoportables y exacerbados nacionalistas, agradecidos y burlándose en el final con su “e-li-minados” que atronó en el Mané Garrincha, aunque no deberían reír mucho ya que ellos también están al borde del papelón. En cuanto a Argentina, el fútbol otra vez dio vergüenza. Mucha vergüenza. Y, lo peor, a los ojos del mundo.
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