Que yo sea periodista deportivo no implica que esté a favor de ciertas malas cosas. El boxeo es una de ellas. Y dentro de este no deporte, la pelea de anoche entre Floyd Mayweather y Connor Mc Gregor fue, es y será una absoluta farsa. Primero, dos personas a puñetazos arriba de un ring, lo cual los que gustan de esta porquería lo analizan técnicamente, por amor de Dios. Segundo y principal, la monstruosa, injustificada millonada de dinero que se mueve alrededor. Tercero, un combate que no tiene razón de ser, un tipo retirado como Mayweather contra uno que compite en artes marciales. O sea, ni siquiera boxeo, todo showcito de cuarta. Y todo bien norteamericano: Las Vegas, gente, marketing, negocio, dólares, millones, televisión. Para más, acá en Argentina los diarios le dan una importancia como si fuera las elecciones del otro día, terrible. Todo al compás de esta farsa, no me digan que esto es un espectáculo porque yo, periodista deportivo y periodista, no firmo esta pavada.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
domingo, 27 de agosto de 2017
viernes, 25 de agosto de 2017
LAS BOTELLITAS DE COCA COLA DEL 85
Video de la promo de las Coquitas
Un espectacular y simpático recuerdo del invierno de 1985. En televisión pasaban una promoción en la que, juntando 10 chapitas (sí, chapitas) de gaseosa uno conseguía una botella en miniatura de Coca Cola, y si seguía juntando se llevaba otras cinco y el cajoncito. Y bueno, le hice comprar a mi familia la nada despreciable cifra de 70 gaseosas. Y valió la pena: con las 70 chapitas, presentadas de 10 en 10, cada semana me las llevaba. Así terminé teniendo el cajón con las 6 botellas, que además decían Coca Cola en otros idiomas; tuve tres de China, una de Israel, otra de Estados Unidos y una de Islandia. Un regalo que desde ahí adornó mi escritorio. Fantástico.
miércoles, 23 de agosto de 2017
¿TE ACORDÁS? VUELVE EL FÚTBOL POR RADIO
Es visible que con la delicada situación económica que impera en Argentina, no muchos se aventurarían a pagar tanto dinero para ver los partidos de nuestro amado fútbol, lo que sucederá con el comienzo de la Superliga 2017. Quién podrá erogar, a partir de octubre, además de lo que ya cuesta la TV por cable, el servicio adicional de 300 pesos por mes. Con lo que es muy probable que mucha gente vuelva a la vieja y nunca pasada de tiempo radio en la oreja.
En aquellos años del dorado “football”, los 30, los 40, aún no existía la TV, no había decodificadores, ni Internet, ni celulares, ni aplicaciones, ni nada. Es más, la multitud, como pasó en el Mundial de Uruguay 1930, se juntaba en las puertas de las redacciones de los diarios para saber resultados. Luego vinieron los tableros inventados por la revista Alumni. Más tarde, y aunque la TV hizo su irrupción, la radio portátil, la Spica y otras queridas, fueron elemento inseparable del deporte rey y del hincha. Y se agregó rápido a la cultura cotidiana. El mate, la familia, el domingo, el partido por radio. O la portátil pegada ala oreja. O ir a la cancha con ella. Más acá en el tiempo, un radiograbador, un equipo de música y la llegada de la ultratecnología. Pero nada eclipsó por completo a la radio, a la que parece, deberemos volver a recurrir. Peligro de gol, número de córner, el tablero del fin de semana, esas frases no estarán. Tampoco las glorias al micrófono: Muñoz, Arangio, Parnisari, De Renzis. Pero ella, la radio, seguramente volverá a ser protagonista. Porque en realidad, nunca se fue del fútbol.
En aquellos años del dorado “football”, los 30, los 40, aún no existía la TV, no había decodificadores, ni Internet, ni celulares, ni aplicaciones, ni nada. Es más, la multitud, como pasó en el Mundial de Uruguay 1930, se juntaba en las puertas de las redacciones de los diarios para saber resultados. Luego vinieron los tableros inventados por la revista Alumni. Más tarde, y aunque la TV hizo su irrupción, la radio portátil, la Spica y otras queridas, fueron elemento inseparable del deporte rey y del hincha. Y se agregó rápido a la cultura cotidiana. El mate, la familia, el domingo, el partido por radio. O la portátil pegada ala oreja. O ir a la cancha con ella. Más acá en el tiempo, un radiograbador, un equipo de música y la llegada de la ultratecnología. Pero nada eclipsó por completo a la radio, a la que parece, deberemos volver a recurrir. Peligro de gol, número de córner, el tablero del fin de semana, esas frases no estarán. Tampoco las glorias al micrófono: Muñoz, Arangio, Parnisari, De Renzis. Pero ella, la radio, seguramente volverá a ser protagonista. Porque en realidad, nunca se fue del fútbol.
NO DEJEMOS NUNCA DE VIVIR
Que el país está mal no es ninguna novedad, así es desde hace décadas. Que la inseguridad, la economía ajustadísima que nos acogota, que parte de la sociedad está complicada, tampoco. Entonces, ¿qué ocurre? La gente deja de vivir. No salgo por la economía, no voy a tal lado ni compro tal cosa que me gusta porque hay que guardar dinero, no me puedo dar un gusto a mí o a los míos. En suma, dejo de vivir libre, feliz, para vivir como las circunstancias me obligan, directamente casi ni vivir.
Eso es lo que debemos evitar. NO quiero decir, por supuesto, que haya que empeñar nuestra pobre economía hogareña. Pero tampoco podemos aferrarnos a las épocas negativas. Dentro de lo mal que se está y que ciertos politiqueros, no políticos, se empeñan en negarnos, busquemos siempre la alegría, el salir (tan importante, no importa adónde, pero salir), el disfrute. Una cena en un restaurante cada tanto no te lleva a la bancarrota. Sí perdés plata, pero te diste el gusto, no sólo el material, el momento, la vida, el compartir, el basta de rutina. Pensémoslo. Como compuse una vez un tema mío, no nos olvidemos de vivir. Que para eso, justamente, vivimos.
Eso es lo que debemos evitar. NO quiero decir, por supuesto, que haya que empeñar nuestra pobre economía hogareña. Pero tampoco podemos aferrarnos a las épocas negativas. Dentro de lo mal que se está y que ciertos politiqueros, no políticos, se empeñan en negarnos, busquemos siempre la alegría, el salir (tan importante, no importa adónde, pero salir), el disfrute. Una cena en un restaurante cada tanto no te lleva a la bancarrota. Sí perdés plata, pero te diste el gusto, no sólo el material, el momento, la vida, el compartir, el basta de rutina. Pensémoslo. Como compuse una vez un tema mío, no nos olvidemos de vivir. Que para eso, justamente, vivimos.
martes, 15 de agosto de 2017
LA VIRGEN, LA MADRE DE TODOS
Sé que no todos son creyentes como yo, mucho menos marianos, es decir, devotos de la Virgen María. Pero la Madre del Cielo, su amor, sus virtudes, excede lo estrictamente religioso. Ella ama a todos sus hijos, que somos nosotros, los seres humanos, hombres y mujeres, niños y grandes, adultos y ancianos. Incluso, es la Madre de quienes la insultan, no le creen o ridiculizan. Y qué decir entonces de lo que sentimos los cristianos en este día, 15 de agosto, Día de la Asunción a los Cielos, donde la Iglesia recuerda que María no murió como Jesús, sino que en vida fue al cielo en cuerpo y alma. Más allá de tecnicismos religiosos, la Virgen, la Madre, es la más importante. Aunque no todos la sientan como los cristianos.
lunes, 14 de agosto de 2017
ELECCIONES: LO IMPORTANTE FUE EL CATTERING...
Relajemos un poco, gente amada. La verdad, lo importante de estas PASO que ya dije no sirven fue el cattering. Entre los desayunos de María Eugenia Vidal, Rodríguez Larreta, el massista Tombolini o los sandwichitos de miga del oficialismo, más lo que siempre hay en otros búnkers de campaña, la verdad me dio hambre esta elección legislativa. Además, me causó extrañeza ver en la TV la palabra "sanguchito", que hasta lo que yo sé no está castellanizada. Bueno, al menos, espero que ahora nuestros divinos y dulces políticos no se pongan a comer medialunas en el Congreso, sino a laburar por gente como yo y como ustedes.
POLÍTICOS, PIENSEN EN LA GENTE, NO EN OCTUBRE
Y cómo no hacer un llamado también a los protagonistas de todo este rollo, los políticos. Simple y conciso, queridos candidatos, piensen en qué necesita el hombre común de cada día, no en con quién aliarse en octubre para sacar mejores números. Porque, como ustedes vieron hoy, los argentinos no somos más tontos.
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