Otra vez la política mal entendida se entrometió en el hermoso fútbol del Mundial. Como Italia 34 y Mussolini, como Hitler con la Alemania del 38, como Stalin con la Unión Soviética en el 54, como la guerra El Salvador-Honduras del 70. Una maldita repetición de la locura se dio para 1973, cuando Chile y la URSS se jugaban una repesca para clasificarse para el torneo de Alemania Federal del año siguiente.
Antes de los oscuros sucesos en el país trasandino, debía tener lugar la llave, que ya venía con problemas. El presidente de la UEFA, el suizo Gustav Wiederkehr, había cuestionado que Sudamérica contara con cuatro plazas en un Mundial Europeo, por lo que pidió a la FIFA que reviera los cupos. Se sentaron a negociar con la CONMEBOL y, como no se pusieron de acuerdo, los sudamericanos aceptaron la repesca entre un ganador de grupo del Viejo Mundo y el de la zona 3. Los soviéticos eliminaron a Francia e Irlanda y se clasificaron para el repechaje, donde enfrentarían a Chile, que también llegó con aventuras luego de derrotar a Perú en tercer partido, debido a igualdad en puntos y goles en los anteriores.
El encuentro de ida se jugaría en Moscú el 26 de septiembre de 1973. Dos semanas antes, el 11 de septiembre, una revolución dirigida por el general chileno Augusto Pinochet derrocaba al gobierno democrático de Salvador Allende. El régimen detuvo miles de personas y los encerró en el estadio Nacional de Santiago, escenario de la revancha, donde fueron torturados o asesinados. La URSS rompió relaciones y no reconoció el régimen, y el partido de ida estuvo a punto de no jugarse.
La selección chilena viajó a Moscú, donde ninguna autoridad de su país los recibió; incluso, sus figuras Carlos Caszely y Elías Figueroa fueron retenidos por agentes de migraciones por supuestas irregularidades en sus pasaportes. Los futbolistas iban a ese partido con la condición de que no hicieran mención política, porque sus familias estaban bajo vigilancia militar. En tanto, las autoridades soviéticas no dejaron entrar periodistas ni cámaras. Finalmente, en el Zentralstadion de la capital, ante 60.000 personas y con un ambiente muy tenso, ambos disputaron la ida e igualaron sin goles.
Con semejante panorama en el país del desquite, lo más lógico era cambiar de sede, lo que la URSS solicitó a la FIFA, pero tanto ésta como Chile se negaron. La instaurada dictadura quería dar una imagen de normalidad y ratificó al estadio Nacional como escenario. La entidad madre inspeccionó el Nacional, donde los presos fueron ocultados o trasladados al desierto de Atacama, por lo que obviamente no vio nada raro, además la inspección fue muy ligera, y así determinó que no había problemas para jugar. Ante tamaña complicidad, la selección soviética, acertadamente, resolvió no viajar y le envió una carta a la FIFA que decía: “Por consideraciones morales, los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos”. Por lo tanto, la entidad, tan alegre como descaradamente, le dio el partido ganado a Chile 2-0 y la clasificación a Alemania 74.
El país aún tuvo la desfachatez de exigir una indemnización de 300.000 dólares a los soviéticos. Por su parte, la FIFA dispuso, nuevamente en gran descaro, que el encuentro se jugara sin el rival. La farsa aconteció el 21 de noviembre, ante 15.000 personas. Los chilenos entraron a la cancha, sacaron del medio, se pasaron la pelota y al llegar al área, el capitán Francisco “Chamaco” Valdés envió al arco libre el balón para marcar el gol simbólico del pase mundialista. Había concluido un nuevo capítulo de la vergüenza hecha fútbol. Lo lamentable es que la locura de la muerte y la represión se prolongarría varios años más.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
viernes, 20 de abril de 2018
RAREZAS DEL MUNDIAL 74
Líos políticos
El Mundial seguía afectado por la política y sus líos. Aparte de la llave Chile-URSS (ver aparte), antes de Alemania 74 se temían posibles atentados terroristas, con el macabro recuerdo del asesinato de atletas israelíes por palestinos en los Juegos Olímpicos de Munich 72. Una organización terrorista mandó cartas amenazantes a las redacciones de diarios alemanes. Enseguida se desplegó un vasto operativo de seguridad y el Mundial no fue más molestado por esos episodios.
Alemania vs Alemania
Fue uno de los grandes momentos de la Copa 74, justo en suelo germano. Alemania Oriental se había clasificado pero amenazó con no presentarse por el régimen dictatorial en Chile. AL final fue, y el sorteo lo colocó junto a su entonces vecina Federal, divididas por la Segunda Guerra Mundial y el muro de Berlín desde 1949. El encuentro entre ambas fue el 22 de junio en Hamburgo, con arbitraje del uruguayo Ramón Barreto, y para más morbo, Alemania Oriental fue qien ganó 1-0, con gol de Sparwasser a los 77 minutos. Paradójicamente, la derrota le vino bien a Alemania Federal, que al quedar segundo evitó a Holanda en la siguiente ronda.
Primera roja
En México 70 se inauguró el método de tarjetas amarilla y roja, pero nadie fue expulsado entonces. La primera roja le tocó al delantero chileno Carlos Caszely, a los 67 minutos en el partido debut con los locales.
El zaireño loco ante Yugoslavia
Zaire fue una de las notas de color en el 74. Campeón africano en Egipto, se metió en el torneo por primera vez, en plena época de la dictadura de Mobutu Sese Seko, que al parecer había prometido premios por objetivo a los jugadores. El debut fue un digno 0-2 con Escocia, pero el dinero no llegó y los futbolistas actuaron bajo protesta contra la potente Yugoslavia. A los 18 minutos iban 0-3, y a los 20, hubo un tiro libre de riesgo para los europeos. Apenas el árbitro colombiano Omar Delgado dio la orden, el zaguero Ilunga Mwepu salió de la barrera y pateó la pelota a cualquier parte. Por muchos años se pensó que lo hizo por ignorancia, pero el mismo Mwepu aclaró que era en protesta por la deuda.
Brasil sufre ante Zaire
En ese Grupo 2, Brasil, ya sin Pelé y compañía, salvo unos pocos del 70, anduvo flojo y empató con Yugoslavia y Escocia sin goles, por lo que en el último encuentro debía vencer a Zaire. Se suponía fácil y goleada, pero no fue así y promediando el segundo tiempo, los de Mario Zagallo ganaban sólo 2-0, por lo que estaban igualados con los escoceses en puntos, diferencia de gol y goles a favor, con lo que irían a desempate. Por suerte para el atribulado scratch, Valdomiro marcó a los 79 minutos el 3-0 que los puso en la siguiente ronda.
Pasado por agua
Tal vez haya sido el Mundial más pasado por agua de la historia. En pleno verano europeo, en Alemania llovió varios días y muchos encuentros debieron jugarse bajo el agua, con la cancha en malas condiciones o casi inundada. Antes de Alemania Federal-Yugoslavia una máquina debió extraer agua acumulada del césped, y casi toda la ronda final, incluyendo Argentina-Holanda, tuvo lluvia y barro.
Primer dóping
En 1974 se conoció el primer caso de dóping positivo. Fue del haitiano Ernest Jean Joseph,tras el primer partido de su país ante Italia.
Los líos de Argentina
La Selección cumplió una de sus más pobres tareas mundialistas, a pesar de pasar la primera ronda. Ya venía con novela, como era en esos tiempos, con cambio de técnico, donde Vladislao Cap había reemplazado a Enrique Omar Sívori, que lo clasificó al torneo, y la gira previa incluyó una derrota por goleada con Holanda, preludio de lo que sería el desastre en Alemania. En el debut con Polonia, un error del arquero Daniel Carnevali originó el primer gol a los 6 minutos, y otro de Roberto Perfumo, dos minutos después, el segundo. El equipo descontó por Heredia, pero enseguida otro mal saque de Carnevali dio el tercero. Contra Italia iban ganando cuando Perfumo marcó un autogol y el 1-1 final. Debió esperar que los polacos derrotaran a los azzurros y vencer a Haití por más de dos goles, y cuando así se dio, sucumbió en la ronda final con Holanda 0-4, Brasil 1-2 y empató 1-1 con Alemania Oriental. Mal juego, mucha desorganización, un once lejos de la altura para un Mundial.
El Mundial seguía afectado por la política y sus líos. Aparte de la llave Chile-URSS (ver aparte), antes de Alemania 74 se temían posibles atentados terroristas, con el macabro recuerdo del asesinato de atletas israelíes por palestinos en los Juegos Olímpicos de Munich 72. Una organización terrorista mandó cartas amenazantes a las redacciones de diarios alemanes. Enseguida se desplegó un vasto operativo de seguridad y el Mundial no fue más molestado por esos episodios.
Alemania vs Alemania
Fue uno de los grandes momentos de la Copa 74, justo en suelo germano. Alemania Oriental se había clasificado pero amenazó con no presentarse por el régimen dictatorial en Chile. AL final fue, y el sorteo lo colocó junto a su entonces vecina Federal, divididas por la Segunda Guerra Mundial y el muro de Berlín desde 1949. El encuentro entre ambas fue el 22 de junio en Hamburgo, con arbitraje del uruguayo Ramón Barreto, y para más morbo, Alemania Oriental fue qien ganó 1-0, con gol de Sparwasser a los 77 minutos. Paradójicamente, la derrota le vino bien a Alemania Federal, que al quedar segundo evitó a Holanda en la siguiente ronda.
Primera roja
En México 70 se inauguró el método de tarjetas amarilla y roja, pero nadie fue expulsado entonces. La primera roja le tocó al delantero chileno Carlos Caszely, a los 67 minutos en el partido debut con los locales.
El zaireño loco ante Yugoslavia
Zaire fue una de las notas de color en el 74. Campeón africano en Egipto, se metió en el torneo por primera vez, en plena época de la dictadura de Mobutu Sese Seko, que al parecer había prometido premios por objetivo a los jugadores. El debut fue un digno 0-2 con Escocia, pero el dinero no llegó y los futbolistas actuaron bajo protesta contra la potente Yugoslavia. A los 18 minutos iban 0-3, y a los 20, hubo un tiro libre de riesgo para los europeos. Apenas el árbitro colombiano Omar Delgado dio la orden, el zaguero Ilunga Mwepu salió de la barrera y pateó la pelota a cualquier parte. Por muchos años se pensó que lo hizo por ignorancia, pero el mismo Mwepu aclaró que era en protesta por la deuda.
Brasil sufre ante Zaire
En ese Grupo 2, Brasil, ya sin Pelé y compañía, salvo unos pocos del 70, anduvo flojo y empató con Yugoslavia y Escocia sin goles, por lo que en el último encuentro debía vencer a Zaire. Se suponía fácil y goleada, pero no fue así y promediando el segundo tiempo, los de Mario Zagallo ganaban sólo 2-0, por lo que estaban igualados con los escoceses en puntos, diferencia de gol y goles a favor, con lo que irían a desempate. Por suerte para el atribulado scratch, Valdomiro marcó a los 79 minutos el 3-0 que los puso en la siguiente ronda.
Pasado por agua
Tal vez haya sido el Mundial más pasado por agua de la historia. En pleno verano europeo, en Alemania llovió varios días y muchos encuentros debieron jugarse bajo el agua, con la cancha en malas condiciones o casi inundada. Antes de Alemania Federal-Yugoslavia una máquina debió extraer agua acumulada del césped, y casi toda la ronda final, incluyendo Argentina-Holanda, tuvo lluvia y barro.
Primer dóping
En 1974 se conoció el primer caso de dóping positivo. Fue del haitiano Ernest Jean Joseph,tras el primer partido de su país ante Italia.
Los líos de Argentina
La Selección cumplió una de sus más pobres tareas mundialistas, a pesar de pasar la primera ronda. Ya venía con novela, como era en esos tiempos, con cambio de técnico, donde Vladislao Cap había reemplazado a Enrique Omar Sívori, que lo clasificó al torneo, y la gira previa incluyó una derrota por goleada con Holanda, preludio de lo que sería el desastre en Alemania. En el debut con Polonia, un error del arquero Daniel Carnevali originó el primer gol a los 6 minutos, y otro de Roberto Perfumo, dos minutos después, el segundo. El equipo descontó por Heredia, pero enseguida otro mal saque de Carnevali dio el tercero. Contra Italia iban ganando cuando Perfumo marcó un autogol y el 1-1 final. Debió esperar que los polacos derrotaran a los azzurros y vencer a Haití por más de dos goles, y cuando así se dio, sucumbió en la ronda final con Holanda 0-4, Brasil 1-2 y empató 1-1 con Alemania Oriental. Mal juego, mucha desorganización, un once lejos de la altura para un Mundial.
HISTORIA MUNDIAL: ALEMANIA 74
En México en 1970, Brasil se había llevado para siempre la Copa Jules Rimet, por lo que una nueva Copa debía nacer. Fue todo un símbolo para 1974, porque no sólo hubo una nueva pieza, sino un nuevo panorama donde los europeos dominaron claramente, un nuevo fútbol y hasta un nuevo presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange. La cita era en Alemania, aquella potencia de la guerra luego renacida de las ruinas, tanto que en 1966 la FIFA la premió con la sede. Y allí, el nuevo fútbol se desplegó en todo su esplendor, con equipos inolvidables y un final tan imprevisto como imborrable, con el local campeón por segunda vez sobre la Holanda total.
El Mundial se consolidaba en su era moderna, en organización, difusión, número de participantes y estrenos. Las eliminatorias cada vez más ordenadas, con zonas más definidas por continente, mostraron sus perlas: Polonia se atrevió a marginar a Inglaterra en Wembley, Yugoslavia a España en desempate y la Unión Soviética a Francia, aunque los soviéticos luego caerían en la novedosa repesca con Chile (ver aparte). Por Sudamérica, además de los trasandinos y el Brasil post-Pelé, iban Argentina y sus líos internos (nuevo Dt cerca del comienzo) y Uruguay con Fernando Morena a la cabeza. En tanto, México sufrió una humillación histórica al dser goleado por Trinidad y Tobago y fue Haití quien tomó su lugar, debutando junto a Zaire, primero de Africa Negra, y Australia.
Si faltaba poco para que fuera el Mundial de las novedades, se hizo el sistema de grupos para los cuartos de final, donde los ocho clasificados de la primera fase se juntarían en dos de cuatro y el ganador iría a la final y el segundo al tercer puesto, con lo que el que avanzaba de la primera fase terminaba jugando siete partidos. Desde el inicio fue evidente el bajón sudamericano en detrimento de la potencia europea. Brasil pasó con dos 0-0 y un gol a Zaire faltando 11 minutos, Argentina debió esperar derrota ajena, Uruguay se fue vapuleado por Suecia y Chile no pudo pasar el muro de Berlín, donde las Alemanias, increíble paradoja del destino, se encontraron y siguieron de la mano a la segunda ronda. También, desde ese momento, se veían quiénes iban a brillar: Johan Cruyff y demás holandeses jugaban fútbol total para arrasar rivales, Beckenbauer, Breitner y Gerd Müller impulsaban a Alemania Federal y Grzegorz Lato a Polonia.
El predominio del Viejo Mundo fue más marcado en la siguiente fase. Sólo Brasil logró arañar un tercer puesto, al ser escolta de la naranja mecánica, que bailó a Argentina 4-0, derrotó a Alemania Oriental y al scratch y llegó a su primera final. Los brasileños, con Rivelino y Jairzinho como retazos del ballet del 70, también empujaron a una pobre albiceleste. Del otro grupo, Alemania Federal no dejaba dudas al superar a Yugoslavia, Suecia en dramático y emotivo 4-2 y los polacos, para verle la cara a la revelación del torneo, tal vez con temor.
Pero el dueño de casa no tuvo que temer. Después del triunfo de Polonia a Brasil como tercero, el 7 de julio en el precioso Olímpico de Munich se las arregló muy bien para contener a Holanda. A pesar de que al minuto, la naranja se puso arriba de penal tras una jugada donde no dejó tocar la pelota a los germanos, convertido por Johan Neeskens. Los de Helmut Schön fueron al ataque, los holandeses se confiaron y Breitner también de penal empató. Y antes del cierre del primer tiempo, un pase atrás le quedó incómodo a Müller, pero el “Bombardero de la Nación” enganchó una media vuelta y definió ante Jongbloed para el desnivel, que no se movió a pesar de la búsqueda de Cruyff y los suyos, más las atajadas de Sepp Maier. La nueva Copa tenía otra novedad: Alemania, la fuerza, era mejor que la belleza de Holanda, en otro Mundial inolvidable.
El Mundial se consolidaba en su era moderna, en organización, difusión, número de participantes y estrenos. Las eliminatorias cada vez más ordenadas, con zonas más definidas por continente, mostraron sus perlas: Polonia se atrevió a marginar a Inglaterra en Wembley, Yugoslavia a España en desempate y la Unión Soviética a Francia, aunque los soviéticos luego caerían en la novedosa repesca con Chile (ver aparte). Por Sudamérica, además de los trasandinos y el Brasil post-Pelé, iban Argentina y sus líos internos (nuevo Dt cerca del comienzo) y Uruguay con Fernando Morena a la cabeza. En tanto, México sufrió una humillación histórica al dser goleado por Trinidad y Tobago y fue Haití quien tomó su lugar, debutando junto a Zaire, primero de Africa Negra, y Australia.
Si faltaba poco para que fuera el Mundial de las novedades, se hizo el sistema de grupos para los cuartos de final, donde los ocho clasificados de la primera fase se juntarían en dos de cuatro y el ganador iría a la final y el segundo al tercer puesto, con lo que el que avanzaba de la primera fase terminaba jugando siete partidos. Desde el inicio fue evidente el bajón sudamericano en detrimento de la potencia europea. Brasil pasó con dos 0-0 y un gol a Zaire faltando 11 minutos, Argentina debió esperar derrota ajena, Uruguay se fue vapuleado por Suecia y Chile no pudo pasar el muro de Berlín, donde las Alemanias, increíble paradoja del destino, se encontraron y siguieron de la mano a la segunda ronda. También, desde ese momento, se veían quiénes iban a brillar: Johan Cruyff y demás holandeses jugaban fútbol total para arrasar rivales, Beckenbauer, Breitner y Gerd Müller impulsaban a Alemania Federal y Grzegorz Lato a Polonia.
El predominio del Viejo Mundo fue más marcado en la siguiente fase. Sólo Brasil logró arañar un tercer puesto, al ser escolta de la naranja mecánica, que bailó a Argentina 4-0, derrotó a Alemania Oriental y al scratch y llegó a su primera final. Los brasileños, con Rivelino y Jairzinho como retazos del ballet del 70, también empujaron a una pobre albiceleste. Del otro grupo, Alemania Federal no dejaba dudas al superar a Yugoslavia, Suecia en dramático y emotivo 4-2 y los polacos, para verle la cara a la revelación del torneo, tal vez con temor.
Pero el dueño de casa no tuvo que temer. Después del triunfo de Polonia a Brasil como tercero, el 7 de julio en el precioso Olímpico de Munich se las arregló muy bien para contener a Holanda. A pesar de que al minuto, la naranja se puso arriba de penal tras una jugada donde no dejó tocar la pelota a los germanos, convertido por Johan Neeskens. Los de Helmut Schön fueron al ataque, los holandeses se confiaron y Breitner también de penal empató. Y antes del cierre del primer tiempo, un pase atrás le quedó incómodo a Müller, pero el “Bombardero de la Nación” enganchó una media vuelta y definió ante Jongbloed para el desnivel, que no se movió a pesar de la búsqueda de Cruyff y los suyos, más las atajadas de Sepp Maier. La nueva Copa tenía otra novedad: Alemania, la fuerza, era mejor que la belleza de Holanda, en otro Mundial inolvidable.
jueves, 19 de abril de 2018
OJO CON LAS CONDUCTAS QUE PROMOVEMOS
A menudo nos quejamos de cómo somos tratados, tanto como sociedad como cada uno. Y está bien, porque a veces injustamente e injustificadamente recibimos mal trato, en cualquiera de sus formas. Pero, pero, pero, también sería bueno que nos fijemos, de vez en cuando, cómo actuamos nosotros para con los otros. Porque si queremos vivir en sociedad, hacernos amigos de los demás, nuestra conducta debe ir a tono. No estoy diciendo que seamos Dios, que seamos el Papa, estoy diciendo que tengamos cuidado con nuestras palabras, acciones, relaciones, pensamientos. Todo lo que luego le rebota al otro. Si somos buena gente, el otro nos recibe y recibe buenas. Si somos de mentir, histéricos, fastidiosos, insociables, mil cosas, el otro lo percibe, y en consecuencia se aleja. Casi como un boomerang, vos según lo que tires te vuelve. Promovamos buena onda, que el otro la recibirá y, a su vez, la prolongará en otros. Si no, luego no nos quejemos de lo mal que estamos. Si somos nosotros los que tenemos el poder de generar, lo bueno y lo malo. Está en nosotros.
martes, 17 de abril de 2018
LA TRETA DE QUE EL REMISE "AUMENTÓ AYER"
Ya sabemos que la situación económica está pésima, somos varios los que no le creemos nada a estos señores del sinceramiento tarifario. Pero más cierto es que hay especuladores inescrupulosos. Me cuentan de los almacenes y comercios afines, ahí no sé porque todo está tan caro que no sospecho nada raro. Pero sí en los remises, estos autos especiales que te llevan de puerta a puerta, con un tipo amigable, un auto impecable, todo bárbaro, pero que al mismo tiempo buscan cómo sacarte un peso más.
Muchas veces subo a un auto, y cuando termino mi viaje y pregunto el valor, me dicen "tanto", repregunto por qué si antes estaba otro precio, y la respuesta es "aumentó ayer", "ahora hay nueva modalidad" o cosas por el estilo. Yo, ustedes, no nos chupamos el dedo, pero tenemos que pagar igual. Sí, seguro que no son los únicos, y que tal vez lo hacen apremiados por esta locura inflacionaria, luz del 40 por ciento, gas del no sé cuánto por ciento. Pero igual está mal. Consejo: fíjense bien, porque a cada ratito te suben el auto, en lugar de subirte AL auto.
Muchas veces subo a un auto, y cuando termino mi viaje y pregunto el valor, me dicen "tanto", repregunto por qué si antes estaba otro precio, y la respuesta es "aumentó ayer", "ahora hay nueva modalidad" o cosas por el estilo. Yo, ustedes, no nos chupamos el dedo, pero tenemos que pagar igual. Sí, seguro que no son los únicos, y que tal vez lo hacen apremiados por esta locura inflacionaria, luz del 40 por ciento, gas del no sé cuánto por ciento. Pero igual está mal. Consejo: fíjense bien, porque a cada ratito te suben el auto, en lugar de subirte AL auto.
viernes, 13 de abril de 2018
LA ABSURDA GUERRA ENTRE HONDURAS Y EL SALVADOR
Tenía que ser un partido de fútbol, pero fue la mecha de una bomba que explotó días después. Honduras y El Salvador hicieron de su llave eliminatoria para México 70 una serie de incidentes que, a la par de la tensión política que cruzaban ambos países, derivó en una absurda guerra conocida como “la guerr a dEl fútbol”.
Las ideas agrarias de ambos gobiernos llevaron al desplazamiento de muchos campesinos sin tierra a cruzar la frontera y establecerse en suelo vecino. Para no tener sobrepoblación, Honduras expulsó a aquellos salvadoreños indocumentados en su país, lo que agravó la deteriorada relación entre los dos por otras cuestiones, entre ellas limítrofes. Al mismo tiempo, el 8 de junio de 1969, las selecciones jugaban la semifinal de ida de la CONCACAF por un pase a la final regional con Haití, que había vencido a Estados Unidos. Ese día en Tegucigalpa, Honduras ganó 1-0.
Una semana después, la revancha fue en San Salvador y los locales se impusieron 3-0, forzando un tercer partido en México. La gente local se exacerbó y hubo incidentes con hinchas hondureños, mientras la Federación de Honduras reclamó a la FIFA que sus jugadores habían sufrido amenazas de muerte. A todo esto, tropas salvadoreñas expulsaban a campesinos hondureños de su territorio.
Las fronteras se cerraron y la tensión se agudizó, aunque el desempate se jugó en el Azteca y El Salvador, en alargue, ganó 3 a 2 y fue a la final con los haitianos. El fútbol fue una mecha más en la bomba de la guerra, que finalmente se desató el 14 de julio cuando el ejército salvadoreño invadió Honduras, causando una guerra que duró cuatro días y se terminó con la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero que dejó unos 2000 muertos, alrededor de 15.000 heridos, inmigrantes que fueron desplazados de ambos países, rotura de relaciones diplomáticas y del Mercado Común Centroamericano. Y una historia negra, con el fútbol como excusa.
Las ideas agrarias de ambos gobiernos llevaron al desplazamiento de muchos campesinos sin tierra a cruzar la frontera y establecerse en suelo vecino. Para no tener sobrepoblación, Honduras expulsó a aquellos salvadoreños indocumentados en su país, lo que agravó la deteriorada relación entre los dos por otras cuestiones, entre ellas limítrofes. Al mismo tiempo, el 8 de junio de 1969, las selecciones jugaban la semifinal de ida de la CONCACAF por un pase a la final regional con Haití, que había vencido a Estados Unidos. Ese día en Tegucigalpa, Honduras ganó 1-0.
Una semana después, la revancha fue en San Salvador y los locales se impusieron 3-0, forzando un tercer partido en México. La gente local se exacerbó y hubo incidentes con hinchas hondureños, mientras la Federación de Honduras reclamó a la FIFA que sus jugadores habían sufrido amenazas de muerte. A todo esto, tropas salvadoreñas expulsaban a campesinos hondureños de su territorio.
Las fronteras se cerraron y la tensión se agudizó, aunque el desempate se jugó en el Azteca y El Salvador, en alargue, ganó 3 a 2 y fue a la final con los haitianos. El fútbol fue una mecha más en la bomba de la guerra, que finalmente se desató el 14 de julio cuando el ejército salvadoreño invadió Honduras, causando una guerra que duró cuatro días y se terminó con la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero que dejó unos 2000 muertos, alrededor de 15.000 heridos, inmigrantes que fueron desplazados de ambos países, rotura de relaciones diplomáticas y del Mercado Común Centroamericano. Y una historia negra, con el fútbol como excusa.
RAREZAS DEL MUNDIAL 70
Rhodesia en una eliminatoria
La región africana de Rhodesia, actual Zimbabwe, estaba en 1970 colonizada por el Reino Unido, y su presidente Ian Smith comandaba un régimen racista similar al apartheid de Sudáfrica, por lo que la CAF la expulsó de África. Por eso se fue a jugar a la zona Asia, donde enfrentó a Australia y lo tuvo al borde de la eliminación, hasta que en tercer partido en Lourenco Marques, entonces capital de Mozambique, terreno neutral, los australianos ganaron y fueron a jugar contra Israel.
Árbitros africanos y asiáticos
Ya un africano, el egipcio Hussain Kandil, había sido el primer árbitro de ese continente en un Mundial en 1966, lo mismo que el israelí Menahem Ashkenazi por Asia. Para 1970, ambos estuvieron acompañados por Seyoum Terekegn, de Etiopía, y Abraham Klein, otro israelí. Fue una muestra de la importancia que la FIFA le estaba dando a la expansión del fútbol.
Tarjetas y cambios
Una de las novedades que presentó la Copa de México fue la inauguración de sanciones disciplinarias mediante tarjetas, amarilla y roja. Los primeros amonestados fueron los soviéticos Asatiani y Lovchev en el partido inaugural ante el local. También comenzaron a permitirse los cambios, dos por equipo. La URSS también fue la primera, porque en ese encuentro Pusatsch reemplazó al reinicio a Serebriannikov.
Ingleses con agua propia
Inglaterra fue por algunas actitudes blanco de la reprobación de la gente local. No sólo por su título controversial del 66, sino por declaraciones de su técnico Alf Ramsey y porque se llevaron una gran reserva de agua propia, ya que según dijeron no querían contaminarse con el agua de México.
Gol de México con polémica
El 7 de junio en el Azteca, Hussain Kandil fue quien dirigió el México-El Salvador de la fase inicial. Iban sin goles hasta el minuto 44, donde los salvadoreños tenían un tiro libre. Antes de mover la pelota, el mediocampista mexicano Aaron Padilla la robó e inició un contraataque que el delantero Javier Valdivia definió para abrir el marcador. Los visitantes protestaron y el capitán Salvador Mariona movió del punto central y tiró el balón afuera en fastidio, y allí Kandil decidió finalizar el primer tiempo. Luego México haría tres goles más y golearía 4-0.
Error arbitral con Pelé
Otro grueso error arbitral lo padeció Brasil en la final con Italia. Y justo Pelé, que quedó solo frente al arquero Albertosi para desnivelar a diez segundos del cierre del primer tiempo. El árbitro alemán oriental Rudolf Glöckner dio por terminada allí la etapa. En este caso no hubo lío, porque Pelé y sus compañeros dieron cátedra, ganaron 4-1 y se llevaron la Copa Rimet.
Los tres no goles de Pelé
Claro que el Rey fue protagonista excluyente del Mundial. Y no sólo por sus goles, sino por tres intentos extraordinarios que sin embargo no fueron a la red rival. Contra Checoslovaquia, viendo adelantado al arquero Ivo Viktor, le pegó de la mitad de la cancha de emboquillada y el balón dio en la parte exterior de la malla. Con Inglaterra, el gran Gordon Banks le sacó un cabezazo a quemarropa. Y en la semifinal con Uruguay, enfrentó a Mazurkiewicz, le pasó la pelota por un lado y él fue por el otro, recuperó y tiró al arco desviado. En todos los casos, la gente lo ovacionó y quedó para la historia, tanto como sus goles.
Rocha sólo 10 minutos
El genial Pedro Virgilio Rocha era clave en el juego de Uruguay. Pero en el debut con Israel, a los 10 minutos, saltó a buscar un centro, no alcanzó y se desgarró cayendo al suelo, siendo inmediatamente cambiado por Julio César Cortés. Sin él los celestes, dirigidos por Juan Hohberg, el de la hazaña con Hungría en Suiza 54, se las arreglaron para llegar hasta el cuarto puesto.
Marruecos, primer punto para África
Por fin África lograba su plaza propia. Y Marruecos demostró que era merecida. Le hizo fuerza a Alemania y a Perú, y contra Bulgaria, igualó 1 a 1 y conquistó el primer punto para el continente en una Copa del Mundo. El gol fue de Mahjoub Ghazouani a los 60 minutos.
Banks enfermo y afuera contra Alemania
Fue una de las apostillas más recordadas de México 70, tanto como el gran Alemania-Inglaterra de cuartos de final. Minutos antes del comienzo, Gordon Banks se sintió mal luego de beber cerveza. El cuerpo médico determinó que no jugara, una baja más que sensible para los ingleses. Su reemplazante fue un inexpert oPeter Bonetti, que tuvo responsabilidad en dos de los tres goles con que los germanos vencieron 3-2 en alargue, tras ir 0-2, y pasaron a semifinales.
Franz fracturado contra Italia
La mala suerte le volvió a los alemanes cuando en esa semifinal con Italia, promediando el segundo tiempo, Franz Beckenbauer arrancó un pique y fue fouleado, cayó mal y se fracturó en el hombro. Como ya Helmut Schön había hecho los dos cambios permitidos, el Kaiser debió quedarse en la cancha todo ese rato y el alargue, con el brazo colgando de un vendaje y sin poder hacer mucho para evitar la derrota 4-3.
Empujón al técnico
Una más de los teutones, aquí en el tercer puesto contra Uruguay. A los 29 minutos del segundo tiempo, Schön decidió sacar al puntero derecho Stan Libuda por Hennes Lohr. Cuando Libuda se iba y el técnico se le acercó, aquél le propinó un empujón molesto.
La región africana de Rhodesia, actual Zimbabwe, estaba en 1970 colonizada por el Reino Unido, y su presidente Ian Smith comandaba un régimen racista similar al apartheid de Sudáfrica, por lo que la CAF la expulsó de África. Por eso se fue a jugar a la zona Asia, donde enfrentó a Australia y lo tuvo al borde de la eliminación, hasta que en tercer partido en Lourenco Marques, entonces capital de Mozambique, terreno neutral, los australianos ganaron y fueron a jugar contra Israel.
Árbitros africanos y asiáticos
Ya un africano, el egipcio Hussain Kandil, había sido el primer árbitro de ese continente en un Mundial en 1966, lo mismo que el israelí Menahem Ashkenazi por Asia. Para 1970, ambos estuvieron acompañados por Seyoum Terekegn, de Etiopía, y Abraham Klein, otro israelí. Fue una muestra de la importancia que la FIFA le estaba dando a la expansión del fútbol.
Tarjetas y cambios
Una de las novedades que presentó la Copa de México fue la inauguración de sanciones disciplinarias mediante tarjetas, amarilla y roja. Los primeros amonestados fueron los soviéticos Asatiani y Lovchev en el partido inaugural ante el local. También comenzaron a permitirse los cambios, dos por equipo. La URSS también fue la primera, porque en ese encuentro Pusatsch reemplazó al reinicio a Serebriannikov.
Ingleses con agua propia
Inglaterra fue por algunas actitudes blanco de la reprobación de la gente local. No sólo por su título controversial del 66, sino por declaraciones de su técnico Alf Ramsey y porque se llevaron una gran reserva de agua propia, ya que según dijeron no querían contaminarse con el agua de México.
Gol de México con polémica
El 7 de junio en el Azteca, Hussain Kandil fue quien dirigió el México-El Salvador de la fase inicial. Iban sin goles hasta el minuto 44, donde los salvadoreños tenían un tiro libre. Antes de mover la pelota, el mediocampista mexicano Aaron Padilla la robó e inició un contraataque que el delantero Javier Valdivia definió para abrir el marcador. Los visitantes protestaron y el capitán Salvador Mariona movió del punto central y tiró el balón afuera en fastidio, y allí Kandil decidió finalizar el primer tiempo. Luego México haría tres goles más y golearía 4-0.
Error arbitral con Pelé
Otro grueso error arbitral lo padeció Brasil en la final con Italia. Y justo Pelé, que quedó solo frente al arquero Albertosi para desnivelar a diez segundos del cierre del primer tiempo. El árbitro alemán oriental Rudolf Glöckner dio por terminada allí la etapa. En este caso no hubo lío, porque Pelé y sus compañeros dieron cátedra, ganaron 4-1 y se llevaron la Copa Rimet.
Los tres no goles de Pelé
Claro que el Rey fue protagonista excluyente del Mundial. Y no sólo por sus goles, sino por tres intentos extraordinarios que sin embargo no fueron a la red rival. Contra Checoslovaquia, viendo adelantado al arquero Ivo Viktor, le pegó de la mitad de la cancha de emboquillada y el balón dio en la parte exterior de la malla. Con Inglaterra, el gran Gordon Banks le sacó un cabezazo a quemarropa. Y en la semifinal con Uruguay, enfrentó a Mazurkiewicz, le pasó la pelota por un lado y él fue por el otro, recuperó y tiró al arco desviado. En todos los casos, la gente lo ovacionó y quedó para la historia, tanto como sus goles.
Rocha sólo 10 minutos
El genial Pedro Virgilio Rocha era clave en el juego de Uruguay. Pero en el debut con Israel, a los 10 minutos, saltó a buscar un centro, no alcanzó y se desgarró cayendo al suelo, siendo inmediatamente cambiado por Julio César Cortés. Sin él los celestes, dirigidos por Juan Hohberg, el de la hazaña con Hungría en Suiza 54, se las arreglaron para llegar hasta el cuarto puesto.
Marruecos, primer punto para África
Por fin África lograba su plaza propia. Y Marruecos demostró que era merecida. Le hizo fuerza a Alemania y a Perú, y contra Bulgaria, igualó 1 a 1 y conquistó el primer punto para el continente en una Copa del Mundo. El gol fue de Mahjoub Ghazouani a los 60 minutos.
Banks enfermo y afuera contra Alemania
Fue una de las apostillas más recordadas de México 70, tanto como el gran Alemania-Inglaterra de cuartos de final. Minutos antes del comienzo, Gordon Banks se sintió mal luego de beber cerveza. El cuerpo médico determinó que no jugara, una baja más que sensible para los ingleses. Su reemplazante fue un inexpert oPeter Bonetti, que tuvo responsabilidad en dos de los tres goles con que los germanos vencieron 3-2 en alargue, tras ir 0-2, y pasaron a semifinales.
Franz fracturado contra Italia
La mala suerte le volvió a los alemanes cuando en esa semifinal con Italia, promediando el segundo tiempo, Franz Beckenbauer arrancó un pique y fue fouleado, cayó mal y se fracturó en el hombro. Como ya Helmut Schön había hecho los dos cambios permitidos, el Kaiser debió quedarse en la cancha todo ese rato y el alargue, con el brazo colgando de un vendaje y sin poder hacer mucho para evitar la derrota 4-3.
Empujón al técnico
Una más de los teutones, aquí en el tercer puesto contra Uruguay. A los 29 minutos del segundo tiempo, Schön decidió sacar al puntero derecho Stan Libuda por Hennes Lohr. Cuando Libuda se iba y el técnico se le acercó, aquél le propinó un empujón molesto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)