Antes de que entre en vigor la veda electoral, hago un llamado a esta sociedad de cara a las próximas elecciones legislativas, que este 2017 se realizan como cada dos años. Simple: votemos a quien se nos dé la gana, como decía esa frase del 83- 84, "estamos en democracia". Pero…
Pero votemos con la cabeza. Votemos con la mente, con la inteligencia, pensando detenidamente qué es lo mejor para el país. No votemos con ideología, militancia, con el bolsillo, con (mucho menos) el clientelismo, eso de "voto a este o aquel porque me da tal o cual cosa". Sobre todo, votemos con memoria, recordando los que ya subieron, qué hicieron bien y mal, cuál es el balance de su gestión, cómo está el país tras su trabajo. Votemos teniendo en cuenta las cualidades humanas del candidato, su capacidad o no para gobernar, su conocimiento (o desconocimiento) de ciertos problemas que aquejan al ciudadano común.
Por favor, argentinos míos, evolucionemos un poco, no nos dejemos llevar por el palabrerío y la publicidad de estos políticos, en su mayoría más politiqueros que otra cosa. Repito: voten a quien se les dé la reverenda gana, pero que cuando agarren una boleta, que sea con la cabeza más que con la mano. Buena suerte.
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