Entre este jueves a la noche y hoy viernes de gran calor arrancó el llamado "trío pascual", las tres celebraciones más importantes de Semana Santa, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Y en estas dos primeras jornadas hubo dos momentos bíblicos que son muy actuales. Primero, en la adoración (tiempo de oración especial) de anoche, se leía el pasaje donde Jesús ora en el Huerto de los Olivos, antes de ser prisionero de los soldados romanos, y sus discípulos, los apóstoles, no resisten el sueño y se duermen, lo que Jesús les reprocha. Y el otro se leyó hoy durante la hermosa Celebración de la Cruz, donde Poncio Pilato se lava las manos delante del pueblo judío antes de entregar al Señor para que sea crucificado.
Esos dolorosos momentos de Jesús son muy actuales. Pensemos que nosotros también dormimos , cuando alguien sufre y estamos en otra, no lo asistimos como debiéramos, o lo pasamos de largo, y lo dejamos a su suerte, lo "ninguneamos" como se acostubmra decir. Y tantas veces nos lavamos las manos, más o menos en sintonía con lo otro, ante la desgracia, el dolor, el infortunio ajeno. Así está de mal, de desamorado, el mundo de hoy. Pero no en Siria o en Europa, esto puede pasar a metros nuestro. Pensemos, antes de lamentar todo lo que le pasó a Jesús. Porque, como puse una vez, nosotros también crucificamos. También somos Simón, también somos Pilato.
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