Es otra fea, mala, desagradable costumbre de la insociedad argentina últimamente. No entiendo qué tanto molesta que uno, yo en este caso, llame a un teléfono particular por algo, sea trabajo o cualquier otra cuestión necesaria, porque yo no llamo porque sí a nadie. La persona no tiene ganas de atender, entonces cuando uno le habla dice "hola, hola" fingiendo que no escucha, y unos segundos después corta. Lamentable. Mal educado, como tantas acciones de acá. Podría decir "no tengo ganas de hablar" o "llamame en otro momento" y punto, pero no, eligen la comodidad, por supuesto mal entendida. Otra vergüenza, otra falta de respeto más para esta sociedad que parece, gusta de ellas.
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