Hasta 1983, el sistema de los campeonatos en la Argentina, si bien era caótico como hoy, era justo en algunas situaciones. El campeón era el que más puntos sumaba a lo largo de dos ruedas, por ejemplo. Y los descendidos eran los que menos unidades cosechaban. Pero en 1981 San Lorenzo impactó al bajar a la Primera B. Y claro, se debía acomodar el reglamento para el marketing. Una típica de la AFA, que entonces inventó este ridículo sistema de promedios del descenso, favoreciendo la especulación y castigando a quienes hacían las cosas bien en la mayoría de los casos.
El Metro de 1982, ganado brillantemente por Estudiantes de La Plata, fue el último donde los dos peores cayeron a la Segunda. En ese año fueron Sarmiento de Junín, ubicado último de los 19 clubes, y Quilmes, que igualado con Unión de Santa Fe en el puesto 18 jugó un desempate que el "tatengue" se llevó por 1 a 0. A partir del Metro siguiente, se impuso la novedad. Es cierto que Racing Club descendió habiendo finalizado 17 de 19 equipos, pero River, que terminó en el 18, se quedó en la élite a pesar de su pésima campaña.
De allí en más rigió esta ridiculez que no parece en el futuro inmediato ser abolida, y eso que la nueva AFA y demás. Hoy Tigre, noveno e invicto en los últimos siete encuentros, descendió y no podrá jugar la Copa Sudamericana por ello. Así estamos. Así desde hace 36 años.
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