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martes, 28 de abril de 2020

QATAR 95: 25 AÑOS DE LA PRIMERA PROEZA DE PEKERMAN

Después de la conquista en Japón 79 y el subcampeonato en México 83, los juveniles de Argentina cayeron en una oscuridad que parecía no tener detención. La improvisación, la falta de proyectos, el trabajar como se pudiera, las consecuentes bajas actuaciones en los Mundiales y Sudamericanos los llevaron a perderse en un mar profundo. Hasta que la llegada de José Pekerman barrió con todas esas impurezas e hizo grande a los pibes. Fue hace 25 años, un 28 de abril de 1995 en la lejana Qatar. Pero la epopeya nació mucho antes.

Pocos recuerdan el panorama desolador en que el Sub 20 estaba. Primero, las inconductas de algunos futbolistas del equipo de Reinaldo Merlo ante Portugal, en el Mundial de ese país en 1991, le acarrearon una suspensión para el torneo siguiente, en 1993 en Australia. Para 1994, la ida de Alfio Basile y Merlo tras el Mundial de Estados Unidos obligó a buscar técnico a la mayor y a los chicos. Daniel Passarella fue el elegido para la grande, y quería que Jorge Griffa, el legendario sabio rosarino, fuera el de la juvenil. La AFA prefirió confiar en un proyecto presentado por José Pekerman, un entonces casi desconocido, ex futbolista y luego director de divisiones inferiores de Argentinos Juniors y de Colo Colo. El nuevo llegado no tenía mucho respaldo, pero trabajó a conciencia como pocas veces se había hecho en el área y condujo al equipo que en enero de 1995 salió segundo de Brasil en el sudamericano de Bolivia y regresó al Mundial tras cuatro años.

Pocos recuerdan también que antes del torneo con sede en Qatar hubo problemas con cesiones de jugadores, como suele ser en Argentina. River no quiso dejar ir a un joven Marcelo Gallardo y Rosario Central a un chico de 17 años muy bueno, Cristian Colusso, ambos con experiencia en Primera. Aún así, Pekerman formó su once alrededor de la base del Sudamericano, con nombres aún incipientes que luego serían consagrados o al menos interesantes: el arquero Irigoytía, Lombardi, Pena, Sorín, Federico Domínguez, Larrosa, Mariano Juan, Ibagaza, Coyette, Guerrero y un futuro crack, el goleador Leonardo Biagini, entonces en Newell's.

El debut en el Grupo C era el 13 de abril en Doha, sede única del certamen, pero en el estadio Suhaim Bin Hamad, ante Holanda. Como de costumbre, fue más complicado de lo previsto, incluso cuando le atajaron un penal al medio de Racing Germán Arangio. Además, Biagini debió irse lesionado. Hasta que en la última jugada el ingresado Andrés Garrone, de Rosario Central, definió un centro atrás y consiguió una victoria festejada.

El 17 era el segundo ante el fuerte Portugal, campeón europeo y de vasta trayectoria en la categoría. El equipo hizo buen partido hasta que una excelente maniobra de Dani le dio el triunfo a los lusos. Otra vez a remar como en tantas ocasiones de los chicos. Debían vencer a Honduras, disminuido por varios expulsados en el 1-7 escandaloso ante Holanda. Ese 20 de abril parecía sencillo cuando Ibagaza abrió a los 6 minutos y Pena aumentó con dos goles. Pero los catrachos achicaron a 3-2 y Diego Crosa, lateral izquierdo de Newell's, se fracturó. Por suerte, Pena marcó su tercer gol y el 4-2 que puso a la Selección en los cuartos de final por primera vez desde 1989.

El fuerte y técnico Camerún, con Geremi y Wome entre otros, esperaba en esa instancia. Pero el 23 Argentina lo superó 2 a 0 con dos hermosos goles de Francisco Guerrero y Coyette. Y dos días después, la vuelta de Biagini fue clave ante el poderoso España de Raúl, De la Peña y Morientes. El delantero marccó la apertura y el cconjunto de Pekerman dio un baile a los españoles con un 3-0 y dos goles lindos de Coyette y Raúl Chaparro para volver a una final luego de 12 años, la última la del 83.

La cumbre era ese 28 al mediodía argentino, un día lluvioso, y el rival se llamaba nada menos Brasil, el mismo que lo había postergado en la final del Sudamericano. El Khalifa Stadium de Doha estaba con 42.000 personas para el superclásico de la CONMEBOL, justo en semejante momento. Los brasileños empezaron algo mejor, pero en una de las primeras acciones albicelestes, a los 26 minutos, una lindísima combinación entre varios derivó en perfecto pase de Coyette que Biagini definió ante el arquero Fabio. Brasil se sintió herido y fue por el empate sin orden, mientras la frialdad y aplomo argentinos llevaban bien el desarrollo. El toque nacional empezó a enloquecer al rival y a los 78 minutos, el zaguero César pegó y fue expulsado. Y a los 86, en un contraataque perfecto, Ibagaza habilitó a Arangio, que hizo un hermoso cambio de frente dejando solo a Guerrero, que esperó la loca salida de Fabio y se la pasó por arriba para el 2-0, un verdadero broche de oro para un enorme campeón. Enorme al punto de que el ya consagrado Pekerman decidió poner al arquero suplente Gastón Pezzuti en lugar del inmenso Irigoytía, para darle la chance a los 18 jugadores.

Y fue realidad. El título, la vuelta olímpica, 16 años después de la de Maradona y compañía en Japón 79. La revancha esperadísima ante Brasil. La emoción de todos, hasta de Diego Crosa, que en el sanatorio Americano de Rosario recibía por TV la dedicatoria de los demás y un llamado del presidente Carlos Menem en vivo. Todo lo cual contrastaba con la tranquilidad del gran capitán Pekerman. Hasta un grupo de gente de Bangladesh enarboló en el cierre del partido una bandera argentina asociándose al festejo.

Argentina emergía de la oscuridad. Sus chicos se valorizaron, fueron tenidos más en cuenta por sus clubes. Desde ya Pekerman tuvo más respaldo y luego conquistó dos Sudamericanos y dos Mundiales más, además de una brillante generación de jóvenes talentos. Pero la de Qatar fue la piedra fundamental, la menos esperada, y la más hermosa, la de campeón del mundo, para relanzar al fútbol argentino a la gloria.

Fuente: Archivo Tribunero.com

Vea el partidazo de los pibes a Brasil para el título:


lunes, 29 de julio de 2019

GAICH, EL NUEVE QUE SAN LORENZO MENOSPRECIA

Primero, en agosto de 2018 fue uno de los referentes del brillante título de la Sub 20 argentina en el Torneo de L'Alcúdia. Luego debutó en su San Lorenzo con buenas prestaciones y hasta un gol en el cierre del año. Y brilló tanto en el Sudamericano Sub 20 (aquellos tres goles a Venezuela) como en el Mundial de Polonia, más allá de que Argentina quedó afuera en los octavos de final. Adolfo Gaich va cada día en ascenso sostenido. ¿Y su club, qué?

Poco y nada. Este paupérrimo Ciclón 2018 /19 no lo tuvo en cuenta, salvo si hubo que cubrir baches. Jorge Almirón, de estrepitoso fracaso al frente del equipo, prefirió atiborrar de gente de poca valía el once azulgrana, con colombianos de su paso por Nacional de Medellín (Loayza, Gustavo Torres) o futbolistas de bajo nivel (Peruzzi, Damián Pérez, Piris Mota). Y en el puesto de Gaich, sostuvo a Reniero y Blandi o a este Torres, que rindieron casi nada y no le dieron a San Lorenzo la jerarquía que necesitaba para trepar en la Superliga, por la que tanta inversión (o gasto) efectuó.

Mientras tanto, Gaich demuestra cada vez más que está para cosas fuertes. Delantero completo, de físico pero movilidad, marca gol pero intenta ir atrás a generar. Esta tarde, contra Ecuador en los Panamericanos, dio un pase y dos tantos para el 3 a 2 final. Un hombre que con menos de 20 años tiene todo para ingresar a la devaluada Selección mayor, en lugar de Agüero o Matías Suárez, por ejemplo, los nueve de la Copa América. Gaich está para Qatar 2022, o al menos para las eliminatorias. Ojalá en este bendito país alguna vez en la vida los pibes sirvan para algo más que para ir a un Sudamericano.

miércoles, 5 de junio de 2019

LOS DEL SUB 20, CAMPEONES DEL FUTURO

Siempre se pide triunfo, ganar, ganar, goles, resultados. Y está bueno. Pero a veces, un mal resultado, una derrota, no dice nada negativo, al revés, trae su costado positivo. Es el fiel caso de la Selección argentina Sub 20, que este martes quedó afuera del Mundial de Polonia al caer con Malí por penales en octavos de final.

El técnico Fernando Batista tomó al equipo en diciembre, a menos de un mes del Sudamericano clasificatorio. Hasta allí no habían jugado más que un par de amistosos tras su título, impensado, en el Torneo de L'Alcúdia de España. Lo armó, moldeó y clasificó en Chile al Mundial. Pero sobre todo forjó un equipo y un plantel con muy buen material. Que en tierra polaca cosechó dos triunfos, una derrota y un empate con Malí que terminó en caída. Que concluyó entre los 16 pero sin arribar a donde debería, al menos, las semifinales. Pero que hizo un buen trabajo y ratificó sus figuras de aquel torneo de Chile.

Un arquero como Roffo que, salvo alguna falla, apareció en el momento justo. Laterales ofensivos como Mura y Ortega. Un zaguero de la prestancia de Nehuén Pérez, que por algo está en el Atlético Madrid. Lo mismo, aunque sea de Talleres de Córdoba, de Facundo Medina. La nueva camada de River: Ferreira, Sosa, Julián Alvarez. La habilidad del "veterano" Barco, que con 20 años campeonó en Independiente y en Atlanta United de Estados Unidos. El motor del medio de Aníbal Moreno, el del golazo a Uruguay en las finales del Sudamericano. El hambre de gol, y el gol, de este nueve con proyección que es Adolfo Gaich, el chico de San Lorenzo que el Ciclón menospreció y relegó por refuerzos de poco valor.

Y el resto, sin tanto apellido, que igual demuestra que hay futuro. Porque ése es el verdadero título de los juveniles, que por años fueron un montón de elementos desperdiciado, mal usado, ni siquiera conducido. Hoy la cuestión es otra. Estos pibes sí muestran un horizonte. No importa si un tal Sissoko de Malí los dejó afuera, importa su valía. Por eso son campeones. No de hoy, no del Mundial. Sí del futuro. El título más importante.

domingo, 20 de enero de 2019

CUANDO SEGUÍAMOS EL SUB 20 POR LOS DIARIOS

En sus comienzos el Sudamericano Sub 20 no tenía tanta difusión ni importancia como ahora. Y los juveniles argentinos, al parecer, tampoco. Y eso que en 1979 Diego Maradona y su elenco conquistaron brillantemente el Mundial de Japón. Además no existía tanta tecnología, tanto recurso informativo y por ende tanta prensa como ahora. Era otra época de los juveniles, del fútbol y de la vida. Entonces, los diarios traían la mejor información de cada Sub 20.

Así, por ejemplo, en enero y febrero de 1983 el matutino Clarín contaba lo que hacía el equipo de Carlos Pachamé en Bolivia, con Islas, Claudio "el Turco" García, Fabián Basualdo, el "Loco" Carlos Enrique, Jorge Gabrich, el "Monito" Roberto Zárate, Graciani. Así nos enteramos de los triunfos, de la clasificación al Mundial de México y de una escandalosa final con Brasil perdida 3-2. En 1985, la televisión (mediante Canal 13) transmitió un par de partidos del Sudamericano con el cronista paraguayo Julio González Cabello de relator, ya que el torneo se jugaba en suelo guaraní. Los demás los seguimos por el diario, sabiendo así de la eliminación argentina en la primera ronda por un golazo del ex San Lorenzo Paulo Silas para Brasil.

Algo similar pasó para el verano de 1991, cuando los periódicos informaban cada detalle del plantel de Reinaldo Merlo con vistas al Sudamericano de Chile, que luego los vio clasificados para Portugal 91. La derrota 2-3 con Colombia en la primera fase no se transmitió por Canal 9, encargado de la cobertura con el "Bambino" Juan Manuel Pons, y nos enteramos por el diario. Recién en 1995, con la difusión que Canal 13 decidió darle al juvenil, pudimos vivir en directo la acción de nuestro país y del torneo, con los relatos de Walter Nelson y Alejandro Fabbri. Vaya si el canal más popular de Buenos Aires dio suerte, porque fue el inicio allí en Bolivia de la gloriosa era de José Pekerman.

Entonces hubo más facilidad para saber del Sub 20, y ya con el tiempo hasta observamos encuentros por el sitio de videos YouTube. A Pekerman y su constelación pudimos disfrutarlo en toda su dimensión. Pero no olvidamos que antes, y como en aquellos años 30 o 40, cuando la gente iba a la puerta del diario a saber por ejemplo del Mundial de Uruguay, era un poco más difícil. Lindo, pero difícil.

jueves, 9 de agosto de 2018

CAMPEONES SUB 20 DE NOVELA EN L'ALCUDIA



Renace la esperanza en el fútbol argentino. Después del desastre a todo nivel del Mundial de Rusia, ayer la selección Sub 20 ganó el Torneo Internacional COTIF de L'Alcúdia, un tradicional para promesas en esa localidad de Valencia, en España. Los pibes son dirigidos por Lionel Scaloni, aquel campeón mundial con José Pekerman en Malasia 97, junto a Riquelme, Cambiasso y Aimar entre otros. Y en buena tarea, eliminaron a Uruguay en la semifinal por penales y en la final le ganaron a Rusia en alargue, como se ve en el video. Un título de real novela. El equipo que iba por cumplir, que parecía no ir por no tener técnico, que Scaloni agarró sólo diez días antes del inicio tras la ida de Sebastián Beccacece, ahora se consagró por segunda vez en este torneíto, la primera fue en 2012 con Icardi de goleador. Y se abre un nuevo horizonte, con los chicos que siempre dan alegría (¿cómo era que no hay jugadores?) y con su entrenador que ahora se dedicará a la mayor, interinamente, hasta diciembre. Ojalá sea un punto de partida para que Argentina vuelva a ser lo que es, un grande del fútbol.

miércoles, 10 de enero de 2018

AQUELLA NOCHE QUE COMENZÓ LA GLORIA DE PEKERMAN



Los goles del debut Sub 20 95 ante Perú

Como sucede por estos tiempos, la vida de los juveniles argentinos en 1994 era muy triste. La Selección Sub 20 había quedado excluida del Mundial de Australia en 1993 por su mal comportamiento en el de Portugal dos años antes, donde además no pasó la primera ronda. Pero el fracaso de la mayor en el Mundial de Estados Unidos motivó un replanteo integral de la AFA, que incluyó a los hasta entonces menospreciados chicos. Así se contrató a José Pekerman, poco conocido entrenador, y un cuerpo técnico que una noche empezaron a moldear algo grande para esos pibes.

Esa noche fue la del 10 de enero de 1995, exactamente 23 años atrás, en la que Argentina reaparecía en el Sudamericano, el popular Juventud de América, en Bolivia, para intentar clasificarse al Mundial que en ese momento tenía a Nigeria como sede, luego sería Qatar. El debut por el Grupo A fue ante Perú, que contaba con algunos jugadores interesantes. La albiceleste presentaba un conjunto de promesas del fútbol local que ya jugaban en Primera División: Lombardi, Sorín, Larrosa, Ibagaza, Posse y el gran Leonardo Biagini, en 1993 goleador de la Sub 17.

Los desconocidos pibes de José dominaron a voluntad en el primer tiempo, pero no lograron marcar a pesar de algunas chances. Pero en el complemento todo cambió a los 14 minutos. Andrés Grande, el buen medio de Argentinos Juniors, pasó a Biagini, que cedió a Ibagaza y el entonces veinteañero de Lanús cruzó un gran pase para el delantero de Newell´s, que superó al central Guadalupe y al arquero Vegas y definió para la apertura.

De allí en más todo fue más fácil para los argentinos, que a los 31 pusieron la liquidación. Otra buena combinación terminó al revés del primer gol cuando Biagini asistió e Ibagaza, con un derechazo, concretó el 2 a 0 final. Con el correr de las noches en Bolivia, los chicos se fueron afianzando, ganaron más veces y a pesar de perder la final con Brasil, lograron su objetivo de ir al Mundial tras cuatro años. Tres meses y medio después, conocerían la gloria más grande, al tomarse revancha de la verdeamarelha y en Qatar consagrarse campeones del mundo, luego de la gesta de Maradona en Japón 79. Pero cómo olvidar que toda gran empresa tiene un pequeño comienzo. Y esa noche del 10 de enero, fue el punto inicial de la gloria que José Pekerman y sus ayudantes le dieron al fútbol argentino por una década.

domingo, 28 de mayo de 2017

FÚTBOL ARGENTINO JUVENIL: DIEZ AÑOS DE DECADENCIA

El análisis se cae de maduro, pero igual hay que ponerlo sobre la mesa. Los juveniles argentinos andan por la oscuridad desde hace ya 10 años, demasiado tiempo para el prestigio de nuestro fútbol. La eliminación del Sub 20 en el Mundial de Corea del Sur, a quien no le alcanzó un triunfo 5-0 para ser mejor tercero, es el hecho más reciente de una larga y triste novela, no sólo en resultados, sino más aún en su trabajo.

Un gol de Arabia Saudita eliminó a Argentina, aunque parezca risueño. El 1-1 ante Estados Unidos mandó a los de Ubeda, que esperaban algo tras su 5-0 a Guinea del viernes, al quinto lugar de la bendita tabla. Un milagro que se ansiaba repetir no se repitió, ya era mucho el que se había dado en febrero en Ecuador, cuando el increíble 0-0 del gran Brasil con Colombia metió a los chicos en este Mundial. Pero la competencia surcoreana los devolvió a la realidad.

Todo venía mal nacido desde donde debía nacer. El proyecto de juveniles. En esta AFA que nada en un océano de desatinos, no hubo nada de eso, lo que tan bien habían realizado José Pekerman y su gente entre 1995 y 2007. Las 44 carpetas no sirvieron para nada, porque un tal Claudio Ubeda, ex DT de Boca Unidos, Huracán y Racing, sin experiencia suficiente ni en el banco ni en chicos, fue puesto a dedo por la famosa Comisión Normalizadora, ésa que sólo figuró nominalmente. La que acompañó los cambios constantes de técnicos a lo largo de 10 años, tanto en Sub 23 y 20 como en 17. Se ganó una cuarta plaza a los empujones, con un 2-0 a Venezuela y dos 0-3 con Uruguay y Ecuador. La dirigencia de los clubes no colaboró negando jugadores, como el caso de Ezequiel Barco de Independiente, cuya ausencia se notó. Y así, repitiendo aquellos años 70 de improvisación y desorganización, los pibes fueron a Corea del Sur librados a la buena de Dios. Con todo, dieron la cara, jugaron por momentos bien y lucharon hasta el último minuto con una garra envidiable, la que le falta a veces a la mayor, y cayeron de pie en la primera ronda, pero con las manos en la cara de una nueva frustración. Así se llama quedar afuera en primera ronda por segunda vez cvonsecutiva.

Esta es la versión más reciente de un grave abandono en el área, un área muy importante, en un país que tiene al semillero como bandera. Pero desde la inexplicable salida de Pekerman y sus colaboradores, Argentina fue una pelota que picó para todos lados sin ton ni son. Por ejemplo…

Tras el doble campeonato Sub 20 2005 y 2007, con Messi y Agüero como nombres más destacados, los maestros fueron echados y en 2008 asumió Sergio Batista, a quien se consideraba casi un revolucionario (“yo quiero jugar como el Barcelona”, dijo). Llevó a la Selección Sub 23 al oro en los Juegos Olímpicos de Pekín, pero tenía a Messi, Riquelme y Agüero. Pero luego envió al Juvenil al sexto y último lugar de la ronda final del Sudamericano 2009 de Venezuela, quedando afuera de la Copa tras 22 años. Ese mismo año, el Sub 17 que era de Miguel Tojo, un experto, ahora fue de José Luis Brown y se fue en octavos del Mundial con Colombia.

Para 2011 vino Walter Perazzo al Sub 20, y si bien lo metió en el Mundial, no pudo hacerlo para los Juegos Olímpicos Londres 2012, con un plantel mediocre en calidad. Y en Colombia, el equipo llegó hasta los cuartos de final contra Portugal. El Sub 17 ahora de Oscar Garré no pasó los octavos de nuevo en México, mientras Uruguay se consagraba con Fabián Coito subcampeón.

A la par de los cambios constantes en la mayor (Batista, Maradona, Sabella) en 2013 fue designado Marcelo Trobbiani, sin experiencia, para el Sub 20 y Humberto Grondona, hijo del extinto presidente de la AFA, para el Sub 17. Ambos Sudamericanos eran en nuestro país. Sin embargo, el Sub 20 quedó de forma humillante afuer a en la primera ronda, no pudiendo entrar entre tres equipos de cinco al hexagonal final, lo que no había pasado nunca, ni siquiera ese 2009 con Batista. Grondona limpió un poco la cosa sacando campeón regional al 17 y llevándolo cuarto en la Copa de Emiratos Arabes Unidos, con figuras (uno de los pocos buenos tiempos) como Batalla, Mammana o Driussi. Esa base debía servir para el siguiente 20, en 2015. “Humbertito” tomó el mando y parecía haber un resurgimiento con el brillante título sudamericano en Uruguay y el pase directo a los Juegos de Río 2016, pero en Nueva Zelanda no se cedió a tiempo a jugadores, Argentina jugó mal, no pudo con Panamá y Austria y se fue en la primera ronda. A todo esto, un tal Miguel Lemme, otro sin capacidad, se hizo cargo del Sub 17, al que comandó a un papelón en el Mundial de Chile, con tres derrotas y un solo gol, el de penal de Tomás Conechny ante Australia.

Por supuesto, el desastre en el semillero lo sufrió la Sub 23, que padeció además los disparates de la no-AFA, con 9 jugadores para entrenarse y hasta la posibilidad de no presentarse por ese problema. Al final un remendado con camiseta blanca y celeste fue a Río y un tal Honduras lo mandó de nuevo a casa.

Y ahora, la novela contada, conocida, dolorosa, prolongada. El efecto dominó que el fútbol argentino sigue arrastrando a todo nivel y que no parece llamar la atención de los dirigentes, que parecen a su vez no mostrar tal mandato, dirigir. Señores, a ver si se despiertan del mal sueño: Argentina se fue en primera ronda por segunda vez seguida. inédito y triste. El Sub 17 no entró a India 2017, en un torneo que tendrá a Níger, Nueva Caledonia o Irak. Ya no hay tantos talentos, y los que hay se los pisotea así. Los técnicos que hay en el área, como Gabriel Rodríguez o Enrique Borrelli, no son llamados, preferible copar los titulares de la prensa con apellidos sonoros. Entonces, no le caigamos a los chiccos, que han hecho lo que han podido, si desde la base la cuestión viene mal. Tan mal como diez años de decadencia. Demasiado tiempo, demasiado triste. Que el análisis sirva para mejorar.





sábado, 11 de febrero de 2017

AL MUNDIAL: LOS PIBES SE LO MERECEN MÁS QUE NADIE


El 2-0 sobre Venezuela que dio el pase al Sub 20

El empate agónico con Brasil despertó la chance, casi dormida, de la clasificación mundialista para Argentina Sub 20. En ese momento, mientras varios periodistas radiales y televisivos ya estaban haciendo cuentas sobre el futuro de Claudio Ubeda y su cuerpo técnico, Tribunero.com se animó a pensar en una hazaña que los chicos, sólo ellos, los “rehenes del caos” como los llamamos, podían lograr. Y los chicos lo lograron: aunque con ayuda ajena por el 0-0 de Brasil ante Colombia, están entre los cuatro de la CONMEBOL en Corea del Sur.

Y como resaltamos el miércoles y hoy, este milagro, otra palabra no cabe, es fruto de la siembra de los jugadores. Contra todo pronóstico, después del desastre organizativo previo, los veinteañeros ofrecieron un amor propio increíble, extraordinario, y despejaron las nubes negras que hay hace años en los juveniles, dando un poco de aire fresco a tanta malaria en nuestro fútbol. No por eso, obviamente, vamos a olvidar y tapar todo lo sucedido antes del Sudamericano. Y también lo no sucedido: 44 proyectos de entrenador para un banco sin conducción desde hace meses, cuatro proyectos elegidos y, a la hora de escoger, todo a la basura y el nombramiento de Ubeda, sin experiencia ni como técnico ni, menos, en jóvenes. La AFA, acéfala, llena de gente pero vacía de conducción e ideas, peleó por otras cosas no más importantes que ocuparse de la selección juvenil, que es (recordemos) la que más títulos le dio al fútbol nacional, seis mundiales y cinco regionales. Poco trabajo, armado del plantel como se pudo, entrenamientos y a Ecuador a ver qué salía. Y salió, después de tantas piedras, la clasificación.

Pero los que más se lo merecen, sin duda, son los chicos, que con su garra, su entrega infinita, su actitud, esa que a la mayor le falta a veces, remontaron varios partidos. Tres empates agónicos en la primera fase, ese gol de Lautaro Martínez a los 90 con Perú, el autogol de Rogel para el 3-3 con Uruguay y el más relevante, el cabezazo de Lautaro (junto a Mansilla y Ascacíbar los más regulares) para el 2-2 a Brasil. Y no olvidemos el tanto de última del delantero de Racing ante Colombia para un 2-1 tan clave como la proeza ante los braisileños. Y a pesar de sus goleadas en contra, sus muchos goles recibidos, su juego irregular, sus continuos cambios, ellos pusieron lo que hay que poner. Y eso, en el fútbol, muchas veces suple todo lo otro. Que hay que corregir urgente todo lo mal que se viene haciendo y no haciendo en los juveniles, seguro. Pero ellos, los pibes, cargaron con el peso de la culpa de arriba. Y lo bien que lo hicieron, con un pasaje merecidísimo al Mundial. Por eso, las felicitaciones son dobles para ellos.

jueves, 19 de enero de 2017

SUB 20: DE LA TELE CON LLUVIA A VERLO POR YOUTUBE

Esta nota bien la podría poner en Postales de Verano, esta linda nueva sección de Así Es La Vida. Pero es gracioso e increíble cómo la tecnología marca el tiempo de vida de uno. Allá en mis gloriosos 80 en Pinamar, veía este Sudamericano Sub 20 de fútbol que comenzó esta semana con muchos problemas. Generalmente lo veía en el diario Clarín, ya que o no se televisaba o, peor, mi TV blanco y negro Zenith no sintonizaba bien y teníamos que hacer malabares para ver un partido de fútbol.

Muy bien, más de 30 años después, acá estoy viendo por YouTube el encuentro entre Uruguay y Venezuela. Desde mi PC, sin pedirle a mi papá Rafael que me deje ver un toque la tele, estoy siguiendo las alternativas del cotejo cómodamente instalado en mi compu. Y eso que no manejo mucho celular, que si no lo podría ver ahí también. Sí, puede ser que para muchos de ustedes esto no sea novedad, o más bien que yo soy un antiguo. Bueno, soy lo que soy, diría Sandra Mihanovich. Pero no dejo de sorprenderme de cómo el siglo XXI nos toca con su magia. De la tele con lluvia y antenas caseras a verlo por YouTube.