viernes, 8 de mayo de 2015

!FELIZ DÍA DE LA VIRGEN DE LUJÁN!





Video con la bellísima canción de la Virgencita lujanera.

Llegó la medianoche y ya es 8 de mayo. Y en esta Argentina tan convulsionada, hoy debemos recordar todos, cristianos o no, porque la agasajada es para todos, que es el día de la Virgen de Luján, la patrona del país. En realidad, es Nuestra Madre María, la misma, la única, en este caso bajo la figura (advocación) de Nuesstra Señora de Luján.

Por Ella tengo un gran amor desde siempre, especialmente desde los 2000 cuando retomé mi vida creyente y me revelaron que María es mi Madre del Cielo, cosa que yo ni remotamente sabía. Pero especialmente tengo debilidad por su advocación de Luján, localidad a unos 80 kilómetros de la Capital Federal, donde hace siglos se produjo un milagro; pueden ver la historia de su hijo vidente, el Negrito Manuel. Yo quiero contar mi experiencia personal de la infancia, ya que entre el nombre de mi mamá Ana Luján (nacida un día después), la cadenita que me regalaron y nunca me sacaba ni para bañarme y los gloriosos viajes en auto en 1982 a la no menos gloriosa Basílica, me quedé con la preferencia por esta fecha.

Pero María es una, la misma Madre de todos nosotros. La Virgencita, la Madre, María, Madre celestial, mamita, la mami, la Inmaculada, la Dulce, la Purísima, la sin pecado concebida. Por sobre todas las cosas, la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, el que dio la vida por nosotros, para darnos vida eterna allí donde Ella vive, donde mi misma mamá Anita está según mi fe, si no es que ya llegó por su alegría, su amor para con su familia, su sonrisa permanente. María es la Madre de todos, no sólo de los cristianos o los católicos apostólicos romanos. Es la Madre de los que aman, de los que no, de los que creen o no, de los tibios, de los blancos, de los negros, de los religiosos, de los ricos pero sobre todo de los humildes, enfermos y pobres, especialmente del alma.

Para todos mis compatriotas de esta Argentina tan dividida, tan a veces violenta, que Ella bendijo con su amor (según la Virgen, Argentina se salvará del apocalipsis) y para todo el mundo terrenal y celestial, mi saludo y mi oración, la de un tipo con fe, no la de un Papa ni de un consagrado, sólo mi humilde oración. Para los felices, para los que sufren, para esta sociedad tan perdida, María, esa señora tan bonita vestida de blanco que yo conocí en la catequesis pero que ni sabía es mi Madre, viene a rescatarnos con dulzura. Porque Ella es dulce, no es una madre terrenal que nos castiga ni mucho menos. Ella viene a mimarnos y a llevarnos por el camino de su Hijo Jesús, su Niño. Yo, autor de este humilde blog Así Es La Vida, que no sólo habla de fútbol y mujeres sino también de cosas del alma tan perdidas hoy, les mando una bendición (porque entre nosotros lo podemos hacer) y que la Virgen de Luján, la misma Virgen María, los ame, los mime y les marque el camino. !Viva la Virgen de Luján!

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