miércoles, 10 de enero de 2018

CALOR EN BUENOS AIRES, NIEVE EN EL SAHARA

Bueno, bueno. Mientras escribo esto del calor y demás en Buenos Aires, en el Sahara hace frío. Hoy nos enteramos de que el domingo pasado nevó (sí, nevó en Africa) en el tremendamente caluroso y árido desierto, más precisamente en Ain Sefra, en el Norte de Argelia, uno de los varios países que el Sahara integra. Una capa de 38 centímetros produjo el fenómeno, que según informes se debe al frío que azota Estados Unidos y europa. Es la tercer nevada y no se daba desde 1979. Justo el año en que comenzó el Rally Dakar, que todos los eneros lo atravesaba con historias de infiernos de calor y sol. Para la sonrisa, para no creer…

CALOR MALIENSE...

Y sí, como era de prever, el verano 2018 se vino con todo. Tanto, que tras el fresco del 1 de enero, volvió el gran calor de fuerte sol, viento caliente y, lo peor, térmicas de entre 35 y 39 grados, como esta tarde temprano donde anduve por Buenos Aires, con ropa clara y gorra para protegerme, como se indica. Un calor, como digo, maliense, del país africano de Malí, en pleno desierto del Sahara, donde hace mucho más todavía, recuerdo el Rally Dakar en que los pilotos soportaban temperaturas terribles, más de 45 o 50 grados. Bueno, no tanto, pero casi casi, es el calor bonaerense. De Bamako, capital de Malí, para acá. A bancarlo lo mejor posible.

martes, 9 de enero de 2018

HISTORIAS DE VERANO: SEÑORA CARITATIVA

Esta la cuento aparte porque merece aparte. Esto fue en la gloriosa plaza Mitre de Mar del Plata, copadísima con kártings de todo tipo. Andando con el mío, de repente le erré al pedal y se me enganchó el cordón de mi zapatilla, con tanta mala suerte que no podía sacarlo y me quedé ahí parado. De la bronca me puse a llorar. Justo en eso pasó una señora, se acercó y ME DESATO EL CORDON. Menos mal, porque si no me quedaba a vivir ahí...

HISTORIAS DE VERANO: PERDIDO Y PIE QUEMADO

Llegó otro verano, la mejor estación del año por lejos, aunque dure poco. Por eso hay que aprovecharlo a fondo. Por eso, les quiero empezar a comartir historias mías de mis pisadas por el verano, desde mi plena infancia hasta mi adultez. Arranco con historias de aquellos años en Mar del Plata. Como la típica de este tiempo: para leer bajo la sombrilla.

* PERDIDO EN LA PLAYA. Tal cual dice el subtítulo, una tarde ME PERDI EN LA PLAYA y por suerte después me encontraron, siendo aplaudido -como es costumbre en estos casos- por todo el balneario. Y pasando un tremendo verano...

* PIE QUEMADO. Salía de la playa Bristol DESCALZO (¡!) y cuando iba por la rampa de salida, mi pie derecho pisó UNA COLILLA DE CIGARRILLO ENCENDIDA. El resultado: quemadura de quinto grado. Que encima me duró casi una semana...

* INVASION DE CANCHA. Una tarde estaba en la playa marplatense, como se sabe una de las más concurridas. Tanto que en un momento, cuando quise levantarme para jugar a la pelota, NO HABIA ESPACIO Y TUVE QUE QUEDARME...

* NOS TAPO EL AGUA. Un mediodía en la playa hubo baja marea, tanto que de repente el mar LLEGO HASTA DONDE ESTABA LA GENTE, bañándonos a todos...


LOS ARGENTINOS NO SABEMOS ESCUCHAR

Entre tantos defectos que padecemos como sociedad, tenemos uno que, lamentablemente, nos caracteriza: no escuchar. Los argentinos solemos pasárnosla hablando, hablando, hablando. Pero no escuchamos al otro.

Esto lo quise escribir hace tiempo, pero más después de lo que viví el fin de semana en dos lugares: el viernes para sábado de Reyes, mi primer recital de música en La Cueva Bar y el domingo en la misa. En La Cueva,si bien agradezco total el cariño, la gamba, los aplausos, algunas cosas no me gustaron. Por ejemplo, cuando canté el recordado lento Casualidad de Los Rancheros, todo el mundo charloteaba, hablaba, se reía, por lo que quedé bastante desprolijo. Y en la misa, lo que hace años soporto como puedo, los nenitos correteando, jugueteando, haciendo ruido, como esa nena que jugaba y gritaba en plena misa. No es culpable ella, sino los padres que no le enseñan que la casa de Dios no es un parque de diversiones.

Son dos ejemplos claros de que no sabemos escuchar. O, peor, no nos interesa un pepino. Es otra razón de cómo somos y como estamos.


sábado, 6 de enero de 2018

UN JAPONÉS DE 76 EN EL DAKAR


Video Sugawara en el Dakar 2013

Hablando de exóticos en el Dakar, hay un personaje que ya es parte de la historia. El japonés Yoshimasa Sugawara, con 76 (sí, 76) años, es el piloto más longevo de la carrera más famosa y dura del mundo. Participa desde nada menos que 1983, cuando anduviera en moto Honda. En el 85 se pasó a autos, y desde el 92 con su especialidad, los camiones, y su propio equipo, El Hino Ranger. Con él logró siete veces subir al podio, es decir los tres primeros puestos. En este 2018, el "viejo" Sugawara, obvio con inmenso cariño, será una vez más el padre del Dakar.

UNO DE LESOTHO EN EL DAKAR



Video resumen Dakar del año pasado

Hoy empieza, una vez más, la aventura motor más gigante del mundo: el Rally Dakar, como desde 2009 en Sudamérica, en este caso con largada en Lima, Perú, y llegada en Córdoba el 20. Como de costumbre, entre los cientos de corredores, pilotos y navegantes, hay de las más disímiles nacionalidades. De los clásicos, España, Francia, Europa del Este, Japón, los nuestros, pasando por Australia, Perú, Italia, Alemania, Polonia, Estados Unidos, hasta los más exóticos. Entre ellos, un representante de Lesotho, el país del sur de Africa, limítrofe con Sudáfrica, aquél que se hizo famoso por la propaganda de Coca Cola antes del Mundial 2010 en suelo sudafricano. Se trata de Wessel Bosman, que competirá en motos con una KTM, con el número 99. Será la primera vez que esta nación presente un corredor en el que, hasta 2008, era el rally de Africa, pero por amenazas de la guerrilla de Mauritania, con conexión con el grupo terrorista Al Kaeda, se suspendió y al año siguiente vino para estos lares. Bueno, Lesotho, India (que tiene unos cuantos, hasta marcas), Bolivia, China y los clásicos, todos sean bienvenidos a la gran aventura.