¿POR QUÉ NO VIVIR CON ALEGRÍA?

Buen mediodía para todos. Después de la hermosa experiencia del Diario Olímpico, con el que Así Es La Vida transmitió Río 2016 desde el alma, vuelvo al ritmo acostumbrado del blog. Y hoy nuevamente, lo que muchos les gusta: los pensamientos, la especialidad de la casa. En este viernes de agosto caluroso, quiero expresar mi posición con respecto a una de esas cosas que uno experimenta sobre la gente, la sociedad: el vivir o no con alegría.

Todo el tiempo, especialmente por amigos, escucho esos latiguillos, justificados pero remanidos, de que las cosas están mal, que todo está muy difícil, que estamos viviendo tiempos duros, sobre todo, como siempre, el parámetro económico. Eso es muy cierto, no digo que no. Pero, pero, se puede estar bien igual. ¿Por qué no vivir con alegría?Con una sonrisa,con buen humor, con la frente alta, con el ánimo bien arriba, a pesar de todo lo que pasa y nos pasa. Como dice el dicho: “al mal tiempo, buena cara”.

Porque hay que hacer notar trescosas: primero, somos nosotros mismos los que nos dejamos arrastrar por la mala onda, la tristeza, el escepticismo,la pena. Segundo, tal vez somos nosotros quienes la provocamos con esa insoportable histeria, mala cara, mala onda, mal genio del argentino típico. Y tercero, ya sabemos bien que esta vida es de dolores, de problemas, de contratiempos, y también, que un día nos vamos a ir al otro mundo. Entonces, ¿por qué no vivir con alegría? ¿Por qué no vivir bien, vivir en plenitud más allá de lo que nos toque? Porque eso nos hace bien y, sobre todo, le hace bien a los demás.

Para mí, los tiempos duros en que vivimos los generamos mayormente nosotros con nuestras histerias, penas, enojos, arrebatos, mal genio. Me encanta ser atendido en un lugar que te reciben con sonrisa, en cambio no iría de nuevo a uno que tenga mala cara. Creo que ése es uno de los motivos de por qué estamos como estamos como sociedad. Si la única vida que tenemos la vivimos mal, qué nos queda. Si total, todos tenemos y tendremos líos hasta que pasemos a la otra vida. Entonces, pensemos, se puede vivir bien. Aunque los tiempos sean malos. Está en nosotros.