El Mundial de fútbol no es sólo partidos y goles. En su rica historia incluye un puñado de rarezas que vale la pena nota aparte. Así fue por ejemplo en el bautismo del máximo torneo, en Uruguay 1930.
El juez que terminó antes de tiempo
El 15 de julio, Argentina debutó ante Francia en el Parque Central, aún el Centenario no estaba listo. La Selección que dirigiía Francisco Olazar, un jugador de Racing, no un entrenador real, iba ganando 1 a 0 con el tiro libre de Luis Monti, que era blanco de la gente por su choque con el uruguayo Lorenzo Fernández en 1929 y por sus brusquedades. Y, también, por el tanto decisivo. Y para avivar más el clima caliente, faltando seis minutos el árbitro brasileño Gilberto de Almeida Rego finalizó por error el partido. Los franceses se volvieron locos y le reclamaron. Almeida Rego miró su reloj, se dio cuenta del grave error y siguió el encuentro hasta el final.
Ojo con el salame
El técnico adjunto de la Selección era Juan José Tramutola. Según cuentan los memoriosos, una de las poquísimas indicaciones de Tramutola a los futbolistas que disputaban nada menos que el Mundial fue: "Tengan cuidado con el salame, no coman mucho que les puede hacer mal".
Bolivianos con Viva Uruguay
En su partido debut en la Copa, ante Yugoslavia, Bolivia posó de forma singular antes del inicio. Cada uno de los 11 futbolistas llevaba en su camiseta una letra para formar la frase "Viva Uruguay", en lindo gesto de confraternidad. No les sirvió y perdieron sus dos cotejos 4-0.
La primera roja
El 14 de julio se produjo el primer expulsado en un Mundial. Fue en el partido entre Rumania y Perú, donde a los 9 minutos del segundo tiempo el peruano Plácido Galindo vio la tarjeta roja por el árbitro chileno Alberto Warken. Los incaicos igualaron la desventaja inicial, pero sobre el final cayeron 3-1.
Uruguay estrenó el Centenario sin terminar
El gran estadio Centenario aún no estaba listo, pero el 18 de julio, el día de la independencia charrúa, Uruguay lo inauguró ante Perú con ceremonia y todo. El coloso tenía un tramo de tribunas con el cemento aún fresco, por lo que se consideró clausurarlo. El resto del lugar vio el triunfo celeste por 1 a 0.
Final con pelota argentina
Mucho se cuenta de la previa de la superfinal entre Uruguay y Argentina. Una anécdota poco recordada tal vez es nada más ni nada menos que sobre la pelota, el elemento más importante. Los dos equipos llevaron una originaria de cada país. Se deliberó con el árbitro, el belga John Langenus, para ver con cuál se jugaba. Se discutió acaloradamente, casi como en el partido, hasta que Langenus decidió un sorteo para terminar la apostilla. Arggentina ganó el sorteo y jugó con su pelota, sin embargo, con su pelota, Uruguay les dio vuelta el partido por 4 a 2 y fue el primer campeón del mundo.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
martes, 6 de marzo de 2018
lunes, 5 de marzo de 2018
HISTORIA MUNDIAL: URUGUAY 30
Faltan hoy 101 días para el Mundial de Rusia 2018. Sí, otro Mundial. Parece mentira que hayan pasado cuatro años y mucha agua desde aquel Alemania-Argentina del Maracaná. Antes de ese 2014, hubo y hay una historia casi centenaria que no todos recuerdan. Porque el Mundial, nacido en los albores del siglo XX, no era ni por asomo el acontecimiento que es ahora. Por eso, a partir de hoy Así Es La Vida repasa y cuenta la vida de la Copa del Mundo de fútbol, una auténtica novela best-seller.
En los comienzos de los 1900, el fútbol era popular sólo en las islas del Reino Unido, los inventores del deporte. De a poco se expandió y popularizó y así empezó a incluirse en los exclusivos Juegos Olímpicos del momento. En París 1900 y Saint Louis 1904 fue exhibición. Ese 1904 fue fundada la FIFA, que tenía la idea para 1906 de un campeonato internacional en Suiza, su sede, pero no se hizo. Sin embargo, la propuesta se mantuvo y para los Olímpicos de 1908, en Londres, lo declaró deporte oficial. Mientras tanto, el comerciante escocés Sir Thomas Lipton, creador del famoso té, realizó en Turín un certamen mundial para clubes en 1909, que algunos consideran como primera Copa Mundial.
En 1914 la FIFA reconoció el torneo olímpico como un campeonato mundial amateur y decidió organizarlo a partir de 1920, con la inclusión de Egipto y países sudamericanos, entre ellos Uruguay, que así surgió brillantemente como campeón en París 1924 y Amsterdam 1928. En la ciudad neerlandesa, la entidad madre finalmente aprobó en un conbreso la realización del Mundial para 1930, abriendo la invitación a la sede a los países que la formaban. Se presentaron Italia, Hungría, Holanda, España, Suecia y el propio Uruguay, y los títulos celestes y el cercano centenario de su independencia motivaron a su presidente, el francés Jules Rimet, a elegir la tierra charrúa como la casa del primer Campeonato Mundial de Fútbol.
En el país vecino el entusiasmo era enorme. El presidente Juan Campisteguy apoyó la iniciativa y envió a diplomáticos para conseguir el evento. Y para festejar su obtención, se construyó un estadio nuevo, un lujo para la época: el Centenario. En sólo cinco meses, en tres turnos, obreros trabajaron como locos para finalizar el coloso, pero las lluvias cerca del inicio pactado para julio de 1930 postergaron su estreno, y obligaron a buscar otras canchas. Fue así que el nacimiento del Mundial no fue en el Centenario sino en las de Nacional, el Gran Parque Central, y de Peñarol, el desaparecido Pocitos. Superado ese problema, la organización chocó con otro más fuerte: los europeos no querían saber nada de ir a Uruguay, debido a los costos de los viajes en barco, como se usaba entonces. Incluso Francia no quería liberar a sus futbolistas. Debió mediar el mismo Rimet para que su país y otros tres participaran. Franceses, yugoslavos, belgas y rumanos fueron en el "Conte Verde" todos juntos y arribaron al Río de la Plata, donde jugarían junto al local, Argentina, Brasil y otros seis sudamericanos. Y entonces…
El 13 de julio de 1930, a las 15 horas de Uruguay, se largó la modesta primera Copa del Mundo. En Pocitos, por el Grupo 1, fue el francés Lucien Laurent que a los 19 minutos batió al arquero mexicano Bonfiglio y marcó el primer gol de la historia, que inició la goleada de los potentes galos 4 a 1, en el grupo de Argentina y Chile. A la misma hora, en el Central y por el Grupo 4, Estados Unidos, lleno de ingleses, pasaba arriba a Bélgica 3 a 0. Pero el primer gran día fue el 18 de julio, día del centenario, en que se inauguró oficialmente "el templo del fútbol", como lo bautizó Rimet. Y en el coloso, Uruguay debutó en su Mundial por el Grupo 3 ante Perú, que le presentó dura batalla hasta que Héctor "el Manco" Castro marcó a los 15 minutos del segundo tiempo con un remate el gol del triunfo. Días después, el Centenario fue el lugar fijo de los partidos, la celeste dirigida por Alberto Supicci goleó a Rumania y pasó a las semifinales, como los ganadores de los otros grupos: Argentina, Yugoslavia (dejó a Brasil) y los norteamericanos.
Uruguay y Argentina venían enfrentándose desde 1901 y eran,con excepción de Inglaterra, los mejores del mundo. Y lo demostraron arrasando a yugoslavos y americanos con sendos 6-1. Y como se preveía, se vieron una vez más pero por un tremendo motivo: ser campeón mundial. Lamentablemente, un clima hostil se había creado en torno a la final, primero por la conocida rivalidad rioplatense, y porque especialmente había animosidad con Luis Monti, el "Doble Ancho", el centromedio argentino, marcado por un enfrentamiento con su par uruguayo Lorenzo Fernández en un Campeonato Sudamericano en 1929. Una falsa amenaza de muerte hizo a Monti decidir no jugar la final, pero los dirigentes de su San Lorenzo de Almagro, Pedro Bidegain y Larrandart, lo convencieron y actuó con los albicelestes aquel 30 de julio ante casi 93 000 personas.
Argentina, que llegaba a la instancia cumbre a puro gol, dio vuelta la desventaja inicial (Dorado a los 12 minutos) con goles de Peucelle y Guillermo Stábile antes del descanso. Pero, no se sabe si por miedo a represalia o por quedo real, fue superado por Uruguay, que con tantos de Cea, un golazo de Iriarte de lejos y otro de Castro sobre la hora ganó 4-2 y fue el primer campeón. O, mejor dicho, el campeón de la primera Copa del Mundo de la historia. Nada más ni nada menos.
En los comienzos de los 1900, el fútbol era popular sólo en las islas del Reino Unido, los inventores del deporte. De a poco se expandió y popularizó y así empezó a incluirse en los exclusivos Juegos Olímpicos del momento. En París 1900 y Saint Louis 1904 fue exhibición. Ese 1904 fue fundada la FIFA, que tenía la idea para 1906 de un campeonato internacional en Suiza, su sede, pero no se hizo. Sin embargo, la propuesta se mantuvo y para los Olímpicos de 1908, en Londres, lo declaró deporte oficial. Mientras tanto, el comerciante escocés Sir Thomas Lipton, creador del famoso té, realizó en Turín un certamen mundial para clubes en 1909, que algunos consideran como primera Copa Mundial.
En 1914 la FIFA reconoció el torneo olímpico como un campeonato mundial amateur y decidió organizarlo a partir de 1920, con la inclusión de Egipto y países sudamericanos, entre ellos Uruguay, que así surgió brillantemente como campeón en París 1924 y Amsterdam 1928. En la ciudad neerlandesa, la entidad madre finalmente aprobó en un conbreso la realización del Mundial para 1930, abriendo la invitación a la sede a los países que la formaban. Se presentaron Italia, Hungría, Holanda, España, Suecia y el propio Uruguay, y los títulos celestes y el cercano centenario de su independencia motivaron a su presidente, el francés Jules Rimet, a elegir la tierra charrúa como la casa del primer Campeonato Mundial de Fútbol.
En el país vecino el entusiasmo era enorme. El presidente Juan Campisteguy apoyó la iniciativa y envió a diplomáticos para conseguir el evento. Y para festejar su obtención, se construyó un estadio nuevo, un lujo para la época: el Centenario. En sólo cinco meses, en tres turnos, obreros trabajaron como locos para finalizar el coloso, pero las lluvias cerca del inicio pactado para julio de 1930 postergaron su estreno, y obligaron a buscar otras canchas. Fue así que el nacimiento del Mundial no fue en el Centenario sino en las de Nacional, el Gran Parque Central, y de Peñarol, el desaparecido Pocitos. Superado ese problema, la organización chocó con otro más fuerte: los europeos no querían saber nada de ir a Uruguay, debido a los costos de los viajes en barco, como se usaba entonces. Incluso Francia no quería liberar a sus futbolistas. Debió mediar el mismo Rimet para que su país y otros tres participaran. Franceses, yugoslavos, belgas y rumanos fueron en el "Conte Verde" todos juntos y arribaron al Río de la Plata, donde jugarían junto al local, Argentina, Brasil y otros seis sudamericanos. Y entonces…
El 13 de julio de 1930, a las 15 horas de Uruguay, se largó la modesta primera Copa del Mundo. En Pocitos, por el Grupo 1, fue el francés Lucien Laurent que a los 19 minutos batió al arquero mexicano Bonfiglio y marcó el primer gol de la historia, que inició la goleada de los potentes galos 4 a 1, en el grupo de Argentina y Chile. A la misma hora, en el Central y por el Grupo 4, Estados Unidos, lleno de ingleses, pasaba arriba a Bélgica 3 a 0. Pero el primer gran día fue el 18 de julio, día del centenario, en que se inauguró oficialmente "el templo del fútbol", como lo bautizó Rimet. Y en el coloso, Uruguay debutó en su Mundial por el Grupo 3 ante Perú, que le presentó dura batalla hasta que Héctor "el Manco" Castro marcó a los 15 minutos del segundo tiempo con un remate el gol del triunfo. Días después, el Centenario fue el lugar fijo de los partidos, la celeste dirigida por Alberto Supicci goleó a Rumania y pasó a las semifinales, como los ganadores de los otros grupos: Argentina, Yugoslavia (dejó a Brasil) y los norteamericanos.
Uruguay y Argentina venían enfrentándose desde 1901 y eran,con excepción de Inglaterra, los mejores del mundo. Y lo demostraron arrasando a yugoslavos y americanos con sendos 6-1. Y como se preveía, se vieron una vez más pero por un tremendo motivo: ser campeón mundial. Lamentablemente, un clima hostil se había creado en torno a la final, primero por la conocida rivalidad rioplatense, y porque especialmente había animosidad con Luis Monti, el "Doble Ancho", el centromedio argentino, marcado por un enfrentamiento con su par uruguayo Lorenzo Fernández en un Campeonato Sudamericano en 1929. Una falsa amenaza de muerte hizo a Monti decidir no jugar la final, pero los dirigentes de su San Lorenzo de Almagro, Pedro Bidegain y Larrandart, lo convencieron y actuó con los albicelestes aquel 30 de julio ante casi 93 000 personas.
Argentina, que llegaba a la instancia cumbre a puro gol, dio vuelta la desventaja inicial (Dorado a los 12 minutos) con goles de Peucelle y Guillermo Stábile antes del descanso. Pero, no se sabe si por miedo a represalia o por quedo real, fue superado por Uruguay, que con tantos de Cea, un golazo de Iriarte de lejos y otro de Castro sobre la hora ganó 4-2 y fue el primer campeón. O, mejor dicho, el campeón de la primera Copa del Mundo de la historia. Nada más ni nada menos.
DESUBICADO DE RACING INSULTÓ A BOCA EN RADIO
El domingo por la noche se produjo un desagradable momento en radio. Fue en el reconocido programa partidario de Boca Juniors Pintado de Azul y Oro, en La 990.
Los integrantes tienen por costumbre poner al aire oyentes por teléfono para que hablen lo que quieran de la actualidad boquense. Pero tras la presentación del conductor principal Daniel Campos, un desubicado fanático de Racing salió einsultó con palabras soeces a Boca y sus hinchas. Pero rato después, no conforme, por otro número el mismo salió de nuevo y volvió con su mala educación. Los conductores, sorprendidos ingratamente, decidieron publicar los números de celular en la cuenta de Facebook del programa para que el fulano no molestara más.
Repudiable. Una más de la intolerancia que genera el fútbol. Y, por qué no, de la incultura y mala educación de una parte de nuestra sociedad.
Los integrantes tienen por costumbre poner al aire oyentes por teléfono para que hablen lo que quieran de la actualidad boquense. Pero tras la presentación del conductor principal Daniel Campos, un desubicado fanático de Racing salió einsultó con palabras soeces a Boca y sus hinchas. Pero rato después, no conforme, por otro número el mismo salió de nuevo y volvió con su mala educación. Los conductores, sorprendidos ingratamente, decidieron publicar los números de celular en la cuenta de Facebook del programa para que el fulano no molestara más.
Repudiable. Una más de la intolerancia que genera el fútbol. Y, por qué no, de la incultura y mala educación de una parte de nuestra sociedad.
domingo, 4 de marzo de 2018
GRAN MOMENTO EN MISA POR MAMÁ ANITA
Y como mamá Anita siempre está, ayer viví un momento hermoso y curioso al mismo tiempo, dentro del recogimiento lógico del día. Fui a misa, como cada sábado, en la parroquia San Andrés Avelino de Villa Adelina, y había ofrecido oración pública por ella, como acostumbramos los católicos a modo de homenaje. Entonces, como se hace siempre, su nombre sonó en la lista de difuntos por quienes se ofrecía la ceremonia. Sin embargo, justo antes del cierre, el sacerdote, el Padre Juan Ignacio, volvió a nombrarla, sin recordar que es mi madre. Yo estaba casi desconcentrado porque él estaba bendiciendo un matrimonio de 58 años, y les confieso que reaccioné tarde. Tarde pero con felicidad. Un regalo de Jesús, que siempre me hace, incluso en un día tan amargo. Y sí, comprobado científicamente,y comprobado por la fe, mamá Anita siempre está. Aunque, insisto, no la veamos.
sábado, 3 de marzo de 2018
AUNQUE NO LA VEAMOS, ANITA SIEMPRE ESTÁ
Video canción Estás tan Presente para mamá
Hoy recuerdo con pena, pero también con amor, otro aniversario de la partida de mi madre Anita al cielo. Es cierto, un vacío semejante no se llena, al menos físicamente. Porque en el espíritu, creo yo lo más importante de un ser humano, ella siempre está. Como escribí en su momento, la siento siempre alrededor, incluso siento que se reencarnó en mí, bueno, al fin y al cabo es un ángel nuevo. Por eso la sigo teniendo. Aunque no se ve, como el sol, como la canción, siempre existe.
viernes, 2 de marzo de 2018
HISTORIAS DE VERANO: MALA RACHA CON HAMBURGUESAS
Érase el lindo verano del 94 en Pinamar. Una noche mi vieja compró unas hamburguesas para cenar. Pero cuando abrió la caja, las mismas ESTABAN EN MAL ESTADO. Por eso directamente NO PUDE CENAR. Qué bajón. Pero eso no fue todo, amigos…
Mirá la mala suerte que tuve que casi un mes después, en el otro departamento, comí un mediodía unas hamburguesas tan picantes que las debí dejar. Estas TAMBIEN ESTABAN FEAS...
Mirá la mala suerte que tuve que casi un mes después, en el otro departamento, comí un mediodía unas hamburguesas tan picantes que las debí dejar. Estas TAMBIEN ESTABAN FEAS...
miércoles, 28 de febrero de 2018
LAUTARO SE VA CALZANDO LA ALBICELESTE MUNDIAL
Ya fue figura hace un año en el Sub 20, cuando entre otras cosas, su gol agónico con Brasil y su doblete ante Venezuela metieron a la pobre Argentina de Claudio Ubeda en el Mundial de Corea del Sur. Ahora, Lautaro Martínez está muy cerca de volver a ponerse la camiseta albiceleste, pero la más grande, tras un nuevo triplete de goles y una tremenda actuación este martes ante Cruzeiro para el 4-2 por la Copa Libertadores.
Poco hace falta para que el centrodelantero, a quien algunos comparan a Gabriel Batistuta, tenga un lugar en los próximos amistosos del equipo de Jorge Sampaoli, ante España e Italia. Y más aún, para que el técnico, justo presente esta gran noche en el estadio Presidente Perón, lo meta entre los 23 futbolistas que defenderán a Argentina en el Mundial de Rusia 2018. Lautaro, sus goles, sus cualidades, es más que otros con demasiado nombre y poco rendimiento. No lo estamos poniendo, se pone solo. El tiempo dirá si estamos en lo cierto.
Poco hace falta para que el centrodelantero, a quien algunos comparan a Gabriel Batistuta, tenga un lugar en los próximos amistosos del equipo de Jorge Sampaoli, ante España e Italia. Y más aún, para que el técnico, justo presente esta gran noche en el estadio Presidente Perón, lo meta entre los 23 futbolistas que defenderán a Argentina en el Mundial de Rusia 2018. Lautaro, sus goles, sus cualidades, es más que otros con demasiado nombre y poco rendimiento. No lo estamos poniendo, se pone solo. El tiempo dirá si estamos en lo cierto.
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