El sensacional juego de mesa fue uno de los regalos que recibí en la Navidad del 85, última de mi infancia. El juego era un recorrido por las distintas edades de la historia sobre un tablero plegable de cartón muy bien ilustrado, con cuatro fichas de colores, un cubilete azul con un dado y tarjetas de paso a la siguiente edad. Con su ficha y tirando el dado, el participante iba avanzando casilleros según el número del dado. Pero además podía avanzar más o retroceder mucho si caía en las casillas que marcaban acontecimientos históricos, por ejemplo 6 para adelante con “Descubrimiento del fuego” o 3 para atrás con “Pozo Negro de la Historia”.
Así llegaba a la zona de pasaje a la próxima era, donde debía caer en esas flechas que llevaban allá, y sacaba una tarjeta que podía conducirlo a la siguiente (Pasaporte a la Historia) o dejarlo en la que estaba (Barrera Cerrada). De esa forma, el que arribaba primero al Año 2000 ganaba. Era fascinante y emotivo, ya que uno podía llevar mucha ventaja y de pronto, no pasar de edad o caer en nada menos que Descenso a la Prehistoria desde la Edad Moderna. Aparte del verano 1986, me divertí con él esos primeros meses ya de adolescencia. Fantástico.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
viernes, 20 de marzo de 2020
AUSTRALIA, UNA MÚSICA MEJOR QUE OTRA
Uno viaja por la vida de la m´música y sólo disfruta, se deja llevar, no reppara en pequeños grandes detalles. Pero de repente se le ocurre hacerlo. Y descubre cosas como ésta. Es hermosa e increíble coincidencia que toda música proveniente de Australia es de una calidad grandiosa, excelsa, incluso superior a los gigantes Estados Unidos o Gran Bretaña. Es verdad que sobre gustos no hay nada escrito, pero quienes tenemos oído y además escuchamos nos maravillamos con todo australiano/a. Gente como INXS, Air Supply, Kylie Minogue, Icehouse, John Farnham, Crowded House, Midnight Oil, AC/DC o Men at Work nos deleitan más según pasa el tiempo. Lástima que algunos hayan dejado de tocar por diversas razones. Pero desde Australia, allá lejos en la otra punta del mapa, la música se escucha perfecta.
LOS SUEÑOS SON DESEOS DEL INCONSCIENTE
No soy psicólogo, pero sí periodista. Y como periodista soy curioso. Este viernes tuve un sueño que por supuesto no voy a revelar, tranquilos que no es nada grave. Pero sí puedo contar que tiene que ver con mi vida personal. Entonces consulté a especialistas amigos, en eso de lo que me gusta conversar con gente superior. Conté mi experiencia y consulté qué representa determinado sueño, a favor o en contra. Y me respondieron algo interesante: cada sueño es un deseo de algo que uno querría que pase en la realidad. Por ejemplo, si yo soñé que estaba en un casamiento bailando el vals con la novia, aunque allí no fuera el novio, en el inconsciente deseo una mujer, que incluso puede ser alguien que quiero recuperar. Y así se pueden interpretar las pesadillas también: las mismas marcan un deseo de algo que debemos evitar o corregir. Soñar no cuesta nada, dormir es lindo, y analizarlo, por qué no, mejor.
¿CÓMO COMPARAR EL CORONAVIRUS CON LOS FEMICIDIOS?
Frente a este flagelo terrible del coronavirus, Argentina sigue demostrando su mediocridad mundial. Aparte de los insectos estos que se van a Pinamar o los que ni saben del tema, aparte están los tarados de siempre en las redes sociales o entre la calle. Algunos comparan el virus, que arrasa en los cinco continentes y unos 120 países con unos 9000 fallecidos, con el dengue, que es cierto una enfermedad preocupante pero más sudamericana y local. Pero paren: ahora salen estas mujeres feministas a decir que los femicidios son más que los muertos en el país por el flagelo. Señora, señorita, ¿cómo vas a esbozar semejante barbaridad? Ojo, yo también quiero fervientemente el Ni Una Menos. Pero no se pasen para el lado de la estupidez, por favor. Esto está arrasando el planeta como pocas veces se ha visto.
ARGENTINA, ¿CUÁNTO MAS TENÉS QUE APRENDER?
Es ya sabido que el argentino en general es de mediocre reputación. Repito, en general, no todos. La terrible desgracia que es el coronavirus parece no entrarles en la cabeza a muchos. No sólo los imbéciles citados en la entrada anterior, sino otro grupo de gente a quien hay que repetirle las cosas como los niños. ¿Cuánta más campaña pública hace falta para que uno entienda cómo debe actuar frente a este flagelo? Muchos tienen dudas, no entienden, a algunos (como tantas cuestiones) ni les importa, otros ni siquiera (lo comprobé el jueves en un banco) lo conocen. Lamentablemente, Argentina sigue siendo del Tercer Mundo, de preescolar, de tontos. Falta que le den un chocolate de premio si sabe alg o tan fácil como cuidarse y cuidar ante una pandemia.
CORONAVIRUS EN ARGENTINA: UNOS RESPONSABLES, OTROS IMBÉCILES
Hasta el coronavirus llega la desunión, la maldita grieta, en Argentina. Por un lado, un grupo de gente que sabe que es una terrible pandemia mundial, no argentina solamente, y entonces es responsable, se cuida, cuida al otro, obedece las órdenes públicas, es humilde. Hasta se toma el bello trabajo de un aplauso popular con bocinazos y todo como este jueves a la noche. Por el otro, un enjambre (porque son insectos, no personas) de imbéciles que saben que esto es un desastre y sin embargo, salen a la calle sin motivo más que a tontear, estornudan o tosen y no se cubren, se amontonan en público, se van alegremente a la costa de fin de semana largo. Y lo peor de lo último, si viene un guardia le pegan. Este viernes fueron detenidos 25 de esta gentuza por la Policía. Excelente el trabajo (!por fin!) del Gobierno de Alberto Fernández y su gabinete, de los controles, de las autoridades sanitarias. Y de la Justicia, que ojalá les dé un buen escarmiento a estos tipos. O colaboramos todos o esto va a ser Italia. Pero a algunos pobrecitos no les interesa entenderlo.
martes, 17 de marzo de 2020
EL MUNDO DEL NEGOCIADO
En este mundo terrenal en que vivimos, hermoso y desolado a la vez, justamente la falta de valores morales y la preeminencia de los materiales genera una locura por éstos, con el maldito dinero a la cabeza. Y entonces prolifera la especulación, la coima, los manejos ilícitos. Y entonces viva el negociado, que a diferencia de un negocio es aquél donde no se tiene en cuenta al otro, no se tiene la mínima ética. Pasa en la política, si los argentinos lo sabremos. Pasa, lo padezco con frecuencia, en la música. Porque sigo sossteniendo que eso de que si no llevás gente, o "metés gente" como dicen esos ordinarios, no cantás, eso es lo último. Ni hablar de cobrarte de más un remise o comida en un lugar y en otro más caro. Es decir que según el mundo de hoy, sos un cajero, no una persona, un ser humano. Cuanto me das es cuanto valés, me importa cero si sos bueno o malo. Eso sí que es una pandemia, y me parece peor que el coronavirus, porque quién sabe cuándo se va a cortar.
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