sábado, 25 de junio de 2016

¿VOLVEREMOS A SER CAMPEONES COMO EN EL 93?

Este domingo puede ser un gran día para la rica historia de la selección de Argentina. Uno de los ocho campeones del mundo, aunque parezca irreal, no gana un título mayor desde hace 23 años, justamente la Copa América, la que ahora intentará volver a alzar ante Chile, su verdugo en la última en 2015.

Y aunque sea un torneo continental, que no tiene por estas latitudes tanta relevancia como en otras, no dejaría de ser un regalo grande para la albiceleste. No sólo por regar la sequía de títulos, también porque la tercera final en tres años (tras el Mundial 2014 y la citada Copa 2015) sea la vencida y nuestros compatriotas puedan gritar campeones. Y, sobre todo, porque sería el primer halago para la generación Messi, no solamente compuesta por el crack sino por veteranos de selección como Romero, Rojo, Mascherano, Di María, Higuaín, Agüero. Astros errantes, reyes aún sin corona, jugadores que necesitan una consagración de este tipo, con la camiseta de su país, para terminar de grabar sus nombres en la historia.

También sería la frutilla que le falta a esta torta de grandes victorias, actuaciones y golazos. El team del Tata Martino, tan castigado hasta no mucho tiempo atrás, ha mostrado una jerarquía y contundencia como hacía mucho no se veía, volviendo a enamorar al siempre exigente hincha argentino. Y en ese camino se incluye el rotundo 2-1 del inicio del certamen a Chile, su rival en la final en New Jersey. Sin duda, aunque el plantel no quiera decirlo o diga lo contrario, es la revancha esperada, siempre hablando sobre fútbol. La amarga derrota por penales en Santiago hace casi un año se podría revertir con un triunfo ante un equipazo como la roja.

Sin duda que los dos mejores del torneo han arribado al partido cumbre. Con semejanzas: figuras, goles, contundencia, solidez, buen juego. Quizá Chile tiene la ventaja de disponer de más jugadores, debido a las lesiones argentinas que han acortado el banco de suplentes. Será un partidazo más allá de las preferencias, un choque de dos potencias hoy por hoy del subcontinente. Y Argentina viene con buen pie ante su vecino, habiéndole ganado en Santiago en marzo por las eliminatorias y el citado 2-1 de la primera ronda. Pero en una final poco cuentan los antecedentes. Igual, justo en los 30 años de aquella epopeya de México, Argentina tiene pasta para volver a ganar un campeonato, algo que debería ser normal y que por tanto tiempo es muy valioso. Para que volvamos a ser campeones como en el 93.

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