martes, 17 de diciembre de 2019

¿QUÉ LE PASA A CIERTA GENTE RARA EN DICIEMBRE?

Diciembre, sabemos muchos, es mes de líos, de trabajo copioso, de superposición de actividades, de eventos, de pensamientos. Que las fiestas, en primer lugar, que las despedidas, que el cumple de tal o cual que capaz ni conocemos pero vamos porque hay que ir. El estudio, los actos finales de colegios. El gentío, el calor, el tráfico, los ruidos. Pero nada justifica que cierta gente es tan rara que no ayuda en nada. Gente con la que uno no parece poder contar, y si se puede, es casi por medio de una audiencia solicitada de antemano, como si fuera el Presidente. No te atienden el teléfono (bha, ni teléfono, hay que ver si te contestan los whatsapp), no te cumplen con promesas, ni amigos ni profesionales o vinculados a servicios, tenés que andar llamándolos permanentemente, perdiendo tu tiempo, y encima se te enojan. Todos qieren mandar, todos quieren hacer lo suyo, nadie parece estar interesado en colaborar con el otro. Sí, es cierto, es lo que sucede en nuestra Argentina tan egoísta todo el año. Pero se ve que particularmente diciembre es tiempo de puertas cerradas, de "no" antes que jugársela y decir sí. El ego nos puede cada vez más, y más en diciembre. Será por eso que todos lo odiamos. Pero no hacemos nada para mejorarlo.

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