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viernes, 14 de octubre de 2016

HASTA SIEMPRE, PROFE DIEGO BONADEO


Dice la famosa canción de Alberto Cortés que “cuando un amigo se va, queda un vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo”. Más si ese amigo es un gran profesional, un trabajador, un hombre amable, divertido y noble por donde se lo mire. Ese fue, ese es Diego Bonadeo, padre de Gonzalo pero poseedor de su propio nombre e historia, que este viernes falleció a los 77 años. Y que también dejó un vacío en nuestro amado periodismo, no sólo el deportivo.

Su partida, como todo ser querido, toca de cerca a quienes compartimos con él, en el caso de este cronista las imborrables clases de rugby del primer semestre de 1992 en la escuela DeporTEA, en la que fue uno de sus destacados referentes con su sabiduría y profundidad entre otras bondades. Por eso a continuación perpetuamos parte de su obra, la que quienes estuvimos cerca suyo y lo disfrutamos vivimos: la radiografía y algunas anécdotas de un verdadero grande.

RADIOGRAFÍA

Otro genial de TEA y del periodismo deportivo. El padre de Gonzalo puso su sello distinto a las clases de los martes en 1992 con sus locuras y humoradas, haciendo que las mismas no tuvieran desperdicio. Y lo suyo no era sólo humor: nos hablaba de la vida, recalcaba que éramos periodistas antes que periodistas deportivos y mucho más. Se encargaba de cuidar los valores, algo raro en este ambiente, y dedicaba la clase a grandes o a gente que sufría; aparte era muy crítico.

Fue tan diferente que hasta los trabajos eran muy particulares, como escribir durante 10 minutos de lo que él hablaba en clase o la prueba de la materia, mitad de rugby y mitad de conocimientos de deportes. O hacía pasar al frente a alguno para una demostración de una jugada, una risa. Por todo esto y por su permanente sonrisa, el gordo y semicalvo de anteojos fue muy querido por los chicos y los directores (Jorge Búsico lo elogió en la fiesta de fin de curso). Uno de los pocos que logró que el estudio fuera un placer y que no todo fuera periodismo y rugby frío. Y dejó grandes enseñanzas y recuerdos.

LAS LOCURAS DE BONADEO

LINE OUT DE BONADEO. Aquí comienza el minishow de Diego Bonadeo. Estábamos repasando táctica, para lo cual él siempre traía una pelota. En un momento, cuando uno de los alumnos le dijo algo, por respuesta el hombre, al mejor estilo ‘’line out’’, LE TIRÓ LA PELOTA A LA CARA en broma...

GRAN PERIODISTA DE RUGBY. Una típica de Bonadeo era que escribiéramos 10 minutos sobre lo hablado en clase, libremente, lo que nos saliera de la cabeza. Yo había empezado a escribir sin mucha esperanza de que fuera algo coherente; sin embargo, me empezó a salir un comentario de primera. Tanto que Bonadeo miró mi hoja y me pidió que se la entregara. Yo le dije que no había terminado. El gordo insistió: ‘’No importa, DÁMELO ASÍ COMO ESTÁ QUE ESTÁ EXCELENTE...’’.

ODA A BONADEO. Los famosos 10 minutos daban para todo, hasta para la literatura. En efecto, Martín Maladesky (sobrino de Adrián, el recordado cronista de El Gráfico) se creyó Gustavo Bécquer por un rato y LE ESCRIBIÓ UN POEMA A BONADEO. El mismo decía así: ‘’Francisco Ocampo hablaba del empuje coordinado / y hoy muchos están pensando en su café y su tostado / al profesor le gusta el rugby francés / y por supuesto él fuma cigarrillos Parisiennes...’’. Un FENÓMENO. Desde ya las carcajadas de la clase y el mismo Bonadeo, que hasta lo presentó: ‘’DURANTE 5 MINUTOS ESTO VA A SER UN TALLER LITERARIO...’’.

Así lo tenemos y tendremos en la memoria, con ese buen humor incorporado a su ser. Ahora debe andar por alguna nube junto a su colega Enrique Escande, otro glorioso del periodismo y de la cultura, ésa que hoy por hoy está en peligro de extinción. Tribunero.com se solidariza con el genial Gonzalo y su familia en este momento. Hasta siempre, profe Bonadeo.