miércoles, 3 de febrero de 2016

LOS PEQUEÑOS ENCANTOS DE LA PLAYA

Ya que estamos en la playa, si duda el lugar epicentro de un verano de puro sol y calor, hablemos de pequeños tesoros que uno recoge en su andar diario por la inmensidad de arena y agua. Quizá esperan que escriba de mujeres, y sí, son tesoros, no lo niego, pero hay otras cositas a las que me refiero, y que no son necesariamente deportes o paseos superorganizados.

Caminar descalzo en la playa o fuera de ella por calles de arena que la rodean, hacer trote en los médanos, zona ideal para un asoleo íntimo o romántico, o simplemente para descansar lejos del bullicio playero. Caminar, también, por las primeras aguas del mar, lo que es muy buena gimnasia ya que uno tiene las olas y el agua marina como escollo de sus piernas y tiene que moverse con fuerza para ir derecho. Barrenar, como dije, es bárbaro y una forma genial de bañarse. Pisar las conchillas, caminar por la arena mojada y ensuciarse los pies de ella en la orilla, y luego enjuagarse los mismos con el agua marina. Claro que ver el paisaje, aunque mucho más estático, también es un gran momento para la mente. Tomar sol escuchando radio o alguna música veraniega con los murmullos playeros de fondo. Esas caminatas largas al atardecer, cuando uno debe ponerse aunque sea una remera para que el viento no lo enfríe, y pasear hasta varios kilómetros y volver. Los muelles por donde uno avista toda la playa y el mar, otro lindo paseo que yo disfruté en mi juventud. El buscar almejas, los juegos ya descriptos, el viento fuerte, el suave, poner la sombrilla inclinada para guarecerse de una fuerte corriente, la marea baja, el sol fuerte, el sol tibio, las nubes, hasta la misma lluvia. El cielo azul sólo cortado por pájaros o esos parapentes multicolores. Las olas que a uno lo revolean para todos lados y por qué no el agua salina que es buena para el organismo, dicen. La playa tiene muchos más encantos escondidos de lo que muchos creen. Sólo hay que descubrirlos.

DEPORTE EN LA ARENA

Mientras disfruto de este verano 2016, quiero recordar momentos y tradiciones de este tiempo mágico. Uno de ellos es practicar deportes en la playa, no sólo en el mar (como se suele pensar si se habla de deportes estivales al aire libre) sino también sobre la arena. Cuántas mañanas y tardes he y hemos pasado jugando desde los más típicos fútbol, tenis o vóley (sinónimos de playa) hasta juegos más sencillos u hogareños como el tejo, las carreras de autos o el “hoyo” en mi caso, una especie de golf playero. No sólo daba gusto jugar, también “construir” las canchas demarcando con el pie las líneas de juego. Las paletas de madera, las pelotas coloridas de plástico o los juguetes de niños han formado parte indisoluble de nuestras vacaciones, sin tener que pagar costo adicional como otras diversiones. Y sin límite de tiempo ni horario, salvo que la romántica lluvia playera nos haga salir corriendo o refugiarnos en la carpa. Y en el mar, el barrenador de telgopor, simple y práctico, fue y es el compañero justo de días y tardes de baño. No viene nada mal, en este tiempo hipertecnológico, recordar y traer al presente aquellas tradiciones y elementos que nos acompañaron y acompañan en nuestro caminar por cada verano.

domingo, 31 de enero de 2016

CUENTO FANTÁSTICO DE VERANO: UNA MUJER CONTRA TODOS

Fue un verano como cualquiera, en esa belleza llamada Santa Lucía del Mar, a más de 200 km de Ciudad Luz. Hasta sus paradisíacas playas llegaron ese grupo de amigos para pasar unas vacaciones como cualquier alma que busca reponer energías del cuerpo. Y también, claro, del alma. Uno de ellos, Diego, estaba mal de ánimo por esos días tras una nefasta experiencia de amores, la cual trataba de superar apoyado en las lindas vivencias con sus amigos. Como ese día de pleno sol en la playa Las Rocas, donde la naturaleza esplendorosa le hacía bien y se mezclaba con la compañía de los chicos. Pero ellos eran muy locos, les gustaba la superaventura y en alguún caso hasta se pasaban del límite. Diego no aceptaba esa vida, era diferente a los demás en su forma de vivir. Eso también a veces lo alejaba de ellos, por eso también se sentía apenado.

Tras ese intenso día de playa, con mar, fútbol, pesca y caminata del grupo, todos se iban a volver a la casa que ocupaban para esperar la noche, un atractivo importante en Santa Lucía. Diego estaba solitario, ensimismado en sus pensamientos, y en un momento le volvió la tristeza a la cara. Fue entonces que una jovencita rubia se acercó a él preguntándole si le pasaba algo. “No, nada, nada”, respondió con timidez. Como ella insistió, él se quebró y le contó de sus dolores. La joven quedó conmovida y le dijo que ella también había tenido una relación muy mala y que acababa de romperla. Mientras el viento de las 7 arreciaba en Las Rocas y la charla empezaba a ser más amigable, uno de los chicos lo llamó impertinentemente: “Diego, dejá las minitas y dale que nos vamos, man”. El chico se sintió avergonzado, una vez más expuesto al loco modo de los otros, y tras despedirse de la chica con timidez se fue con ellos. “¿Qué pasa pibe, te enganchaste una minita?”, se le reía uno. Diego frunció el ceño y no le hizo caso, molesto por su pena y porque le habían frustrado uno de los pocos momentos de alegría que tenía. Mal predispuesto y con bronca, volvió a la casa, pero no habló ahí ni tampoco cuando el grupo se juntó, ya cambiado, para salir a disfrutar la vida nocturna de Santa Lucía. Y menos cuando todos se reunieron en el bar Las Perlas a cenar. Él sólo comía y miraba a su alrededor sin decir palabra, sólo pensaba en su pena y en esa joven, lamentando no haberle preguntado ni su nombre.

De pronto, Diego se fue a otra mesa, molesto porque nadie le hablaba, otro golpe en su alma. Una camarera lo atendió y él pidió un café simple. Mientras tomaba el café y miraba con melancolía el mar con la noche estrellada de fondo, una bellísima vista de Santa Lucía, de repente sintió que alguien le tocaba suave la espalda. Giró apensa el cuerpo y vio a la jovencita con quien charló al atardecer en Las Rocas, y que desde ese momento había ocupado su mente. Muy bonita, con un vestido blanco con flores y su largo cabello húmedo, ella se sentó a su lado y, muy amigablemente, le empezó a charlar y a preguntar más sobre él. Diego, entusiasmado, recuperó la alegría y al mismo tiempo lagrimeó, siempre con contrastes. La preciosa chica lo consoló y lo invitó con otro café con unas deliciosas masas. Los dos disfrutaron el menú y Diego se dispuso a pagar. Sin embargo, la jovencita lo frenó y le dijo que ella pagaría, lo que hizo enseguida. “Quedate tranquilo, no tengo ningún problema en invitarte, me encanta la gente agradable como vos”, le susurró con su dulce voz. Diego se puso muy feliz, volvió a su alegre modo de ser y se quedó catuivado por la rubia, con quien charló largo rato. Cuando uno de sus amigos fue a avisarle que se iban, Diego dijo que estaba enojado con ellos y no volvería. La chica intercedió y se ofreció: “Dejen chicos, yo me quedo con él”, evidentemente enamorada de él. Pasó la noche, la madrugada y ella lo acompañó a su caasa por la noche silenciosa de Santa Lucía. Al llegar, y atrapado por la dulzura de la mujer, Diego salió de su alma tímida y se animó a decir dulcemente: “Gracias amor, nunca había visto una chica tan dulce como vos”. La joven se sonrió y, atrapada por él y por su forma de ser, le pidió un beso. Él asintió pensando en un beso normal, pero ella lo besó suavemente en la boca. “Perdón, es que me enamoré de vos”, le dijo haciéndolo temblar. Al notarlo así, le tocóel hombro y lo tranquilizó: “No te preocupes, no tenés que amarme ni nada, sólo quise decirte lo que siento”. Diego no se quedó y arreglaron para verse. Por una vez, Dios le había dado una mano a su alma. Ella le pasó su nombre, teléfono y dirección y quedaron en verse al día siguiente.

La chica, llamada Priscilla, era distinta a las locas mujeres que invaden cada verano Santa Lucía con sus minifaldas, sus locuras y sus gritos. Ella era correcta, tranquila, dulce, derecha, amorosa. La persona que Diego buscaba. Y él creyó que había encontrado el sol en su alma. Pero sus amigos se opusieron a que él saliera con ella. “Qué, ¿ahora te vas con la mina y nos dejás en banda?” “No seas boludo, esa mina no sirve, no te va a dar sexo, ahora te quiere y después te larga”, le espetó otro cruelmente. Diego, pasional y herido de antemano, no le contestó y cada vez más se apartó del grupo. Los demás lo siguieron tirando abajo con sus ilusiones, pero él estaba convencido de que Priscilla era la persona que él necesitaba. Y cuanto más sus amigos le estaban en contra, él más quería estar con ella. Tuvo peleas con un par de los chicos, los demás se aliaron con éstos y lo dejaron de costado más de lo que ya lo habían hecho.

Diego se puso triste otra vez. Tenía que optar entre sus amigos o una mujer que, si bien buena, era desconocida y no sabía para dónde podía ir. Mientras tanto, los otros seguían en sus locuras, su música a todo volumen, su alcohol y su vida agitada. De pronto sonó su celular, atendió sin muchas ganas y se sintió muy bien cuando la voz de Priscilla lo llamaba. “Dieguito, te paso a buscar y nos vamos a pasear esta noche, ¿Querés?” Por supuesto dijo que sí. Y tras otro intenso día de playa y sol, se vistió muy bien y se fue con Priscilla. Pasearon, cenaron y consolidaron su flamante noviazgo. Pero él tenía una inquietud: “Mis amigos no te quieren”, dijo muy triste. Priscilla, muy dulce, lo acarició y le dijo: “Amor, si vos me amás nada importa”. “Sí, claro que sí, nunca vi una chica como vos”, repitió sincero. La joven le tomó la mano y lo besó en la boca suavemente, y él la besó con amor. Justo aparecieron un par de sus amigos y le dijeron desubicadamente “esa mina no te da sexo, largá hermano”. Diego no se inmutó por el lenguaje y las locuras de ellos y siguió al lado de Priscilla. Y juntos pasaron el verano en la dulce Santa Lucía del Mar, amándose y disfrutando su amor. Los demás siguieron su vida, lo apartaron pero también sufrieron problemas con otras mujeres y hasta uno fue demorado por un incidente en una discoteca. El verdadero amor había triunfado. El alma pura de Diego y de Priscilla, era mucho más fuerte e importante que la vida loca del mundo. Y así los dos vivieron un verano de real ensueño.

jueves, 28 de enero de 2016

A 30 AÑOS DEL CHALLENGER

Hoy se cumplen 30 años de la explosión del transbordador espacial Challenger, que colapsó un minuto después de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennegy de Estados Unidos y donde no hubo sobrevivientes. Recuerdo que yo pasaba mis vacaciones placenteras en Pinamar cuando, leyendo el diario como cada mañana antes de ir a la playa, me enteré de la impactante noticia. La negligencia de la NASA en la falta de control de cierttas partes del transbordador y haber desoído recomendaciones de seguridad fueron las principales culpables de un hecho tan penoso como trascendente. Tras el accidente se suspendieron todos los vuelos y misiones espaciales. El recuerdo para esos aventureros que, como dijo luego el presidente Ronald Reagan, querían ver la cara a Dios.

martes, 26 de enero de 2016

la abuela ana, una grande del verano

Como siempre, Así Es La Vida recuerda esas almas buenas, esa gente sana que no está pero que está igual. Mi abuela Ana, madre de mi mamá Anita, a quien todos llamamos “la lela”, cumpliría hoy 97 años. Recuerdo aquel 26 de enero del 89 que la saludé en el famoso y glorioso departamento de Pinamar y la cena en el clásico Il Garda. Y así como ése, compartimos tantos veranos y tantas aventuras y desventuras también, pero al fin y al cabo parte de una persona llena de vida que me dejó su hermosa alma. Así que en medio de cada verano, siempre la veo con sus mallas coloridas paseando por el muelle de Pinamar o haciendo algún almuerzo en la cocinita del Bosque II. Un gran alma, un ángel del verano.

domingo, 24 de enero de 2016

BOCA-RIVER: OTRO ESCANDALETE



Las expulsiones y el escándalo del superclásico

Lamentable. Preocupante. Vergonzoso. De mediocres, bien de la mediocridad argentina. Una vez más, como hace tiempo biene pasando de forma alarmante, Boca y River dieron un espectáculo que de superclásico no tuvo nada y sí de violencia, de esa maldita mentalidad de “jugarse la vida en los clásicos” tan enraizada entre nosotros. Para qué, digo yo, escribí tanta previa, con historia, videos, estadísticas, en definitiva, destilé la misma pasión que cada protagonista del clásico. Para qué si después, uno y otro llevaron a cabo una velada de boxeo o de kick boxing que de fútbol, que dicho sea de paso deja mucho que desear más allá del argumento pretemporada. Cinco expulsados, tres de ellos de un Boca lastimoso en su presencia, que ya lleva cinco en dos partidos; muchas faltas, prepotencia, pelea y el lío faltando unos minutos entre Maidana y Carlos Tévez que derivó en ese escandalete con un elenco estelar y grandes actuaciones, por supuesto muy lejos del lindo teatro en Mar del Plata. Como en los duelos de la Copa Sudamericana 2014, como el escándalo de la Libertadores 2015, como los partidos locales, Boca y River dieron otra pésima imagen, que de “machos” no tiene nada, más bien todo lo contrario. Jugadores de pésima conducta, que se creen reyes por ser futbolistas, que ponen en aprietos al mejor árbitro del mundo, y eso que anoche Patricio Loustau los tuvo a rienda corta. Qué fácil es criticar al juez si los protagonistas parecen niños peleándose en un potrero o en un patio de colegio. Y además, para qué hablar de violencia en los estadios, si la violencia la ponen los de adentro. Si no se comportan ellos, qué esperar de la sociedad que los rodea. Fuimos a ver fútbol, debuts, goles, tensión y emoción bien pensada. Fuimos, por ejemplo, a ver cómo volvía Daniel Osvaldo, cómo debutaban Jara y Silva, lo de Nacho Fernández en River. Terminamos viendo golpes, fricciones, poco fútbol y malo y otro escandalete vergonzoso para dos clubes de semejante categoría. Ah: era un amistoso.

viernes, 22 de enero de 2016

RECUERDOS DE BOCA Y RIVER DE VERANO

Mañana a la noche, Boca y River, River y Boca, jugarán un nuevo superclásico de los habituales amistosos (muy poco amistosos) de verano. Será el número 77 y tendrá lugar en Mar del Plata, el clásico marco de estos grandes partidos, que a pesar de ser de verano encierran tanta o más expectativa y presión que los oficiales. Y entonces, al ser un superclásico, tenemos que contar los mejores recuerdos que los dos más grandes dieron desde aquel 10 de febrero de 1975, el primero, empate 2 a 2 por la famosa Copa de Oro con goles de Potente, Tarantini, Alonso y Más. Estas son algunas historias que dejaron huella en cada verano.

1979: PRIMER TRIUNFO DE RIVER

El primer triunfo de la historia veraniega aconteció el 21 de febrero de 1979, cuando por el torneo de Mar del Plata River se impuso 1 a 0, con gol de Galetti a los 78 minutos, en partido arbitrado por Roberto Barreiro. Con ese 1-0, el millonario se llevó el título.


Video Boca 2 River 1 1983

1983: PRIMER TRIUNFO DE BOCA

Fue el 26 de febrero en la Feliz, con Abel Gnecco como juez y goles de Krasouski y Berta, empatando Nieto para un 2-1 que cerró aquel verano donde eltorneo se mezcló con el final del Metro 82 ganado por Estudiantes de La Plata. Fue la primera victoria xeneize, un triunfo que le serviría para llevarse el título.



Video segundo gol de Gareca 1984

1984: TODAS PARA BOCA

El 16 de febrero de 1984, los colosos jugaron por la Copa de Oro. Boca, que venía mostrando gran fútbol y goles, arrasó con River 3 a 0 con tres de Ricardo Gareca. Todas le salieron al equipo de la Ribera, ya que River terminó con 9 hombres y Hugo Gatti le atajó un penal al uruguayo Alberto Bica. Como en el 83, el triunfo sirvió para otro título veraniego.



Video Boca 3 River 3 1987

1987: REMONTADA AZUL Y ORO Y TÍTULO

Junto al River-Polonia del 86, el mejor recuerdo de un verano. Corría el 28 de enero y el Boca de Menotti necesitaba un empate para llevarse el Ciudad de Mar del Plata. Tras la apertura de Jorge Rinaldi para los boquenses, los de Veira remontaron y se pusieron 3-1 por Patricio Hernández, Funes y Alzamendi. Al rato descontó Comas, y Boca estaba a tiro del punto que quería. Faltando cinco minutos, Torres remató de afuera, la pelota dio en el ángulo y Enrique Hrabina llegó para cabecear y darle el 3-3 heroico. Y más, el título soñado.

1993: RIVER ROMPE LA RACHA

En 1993, el River de Daniel Passarella venía de una larga racha sin ganarle al Boca de Oscar Tabárez, tanto amistosos como oficiales. Pero ese 14 de febrero por la Copa Revancha, con dos goles del aún activo Ramón Díaz, ganó 2-1 (Sergio Martínez para Boca) y cortó una racha de 13 encuentros sin saber lo que era vencer a su clásico rival.



Video Boca 2 River 1 2000

2000: LOS SUPLENTES ECHARON A RAMÓN

Ya se habían jugado dos clásicos en el nuevo milenio, uno para cada uno. El 9 de febrero era tiempo de cerrar la serie en Mar del Plata. Para eso, el Boca de Carlos Bianchi presentó suplentes y juveniles, y el River de Ramón Díaz, que llegaba algo cuestionado, lo aprovechó y se puso en ventaja por Juan Pablo Angel. Pero en pocos minutos, los entonces jóvenes Alfredo Moreno y Sebastián Battaglia dieron vuelta el resultado y Boca
ganó 2 a 1 contra todo lo pensado. El lunes siguiente, Ramón Díaz presentó la renuncia y fue reemplazado por Américo Gallego.



Video River Boca 2002

2002: FONSECA, HÉROE DE RIVER

El uruguayo Daniel Fonseca había llegado como refuerzo a River para el cierre de la temporada 2001/02. Y en su primer superclásico, el de la Copa Desafío en Mendoza, fue el héroe total de la noche. Cuando Boca ganaba 1 a 0 por Riquelme, Fonseca empató en el desscuento de penal.Y como había que definir un ganador se ejecutaron penales. Roberto Bonano le atajó a Sergio Martínez y… Fonseca definió el 5-4 final para los de Ramón Díaz.



Video Boca 3 River 3 2003

2003: OTRO 3-3 PARA BOCA

Como pasó en 1987, en 2003 en Mendoza River ganaba 3-2 y conseguía la Copa Revancha en Mendoza. Pero en el último minuto, César “Beto” González definió tras un rebote y le dio a Boca, en plena vuelta de Carlos Bianchi, otro 3-3 y otro título de verano.



Video River 3 Boca 0 2006

2006: RIVER GOLEA EN SALTA

La mayor goleada para River fue en enero de 2006, cuando por la Copa Desafío en Salta venció 3-0 con goles de Santana, Montenegro y Oberman.



Video definición River Boca 2007

2007: NUEVE DE RIVER LE GANARON A 11 DE BOCA

Otro recordado fue en febrero de 2007, nuevamente en Mendoza. Boca empató con River 1-1, con goles de Palermo y Ferrari. La banda había sufrido dos expulsiones, pero aún así los de Miguel Russo no lograron ganar, y en la definición por penales, River venció 6-5.



Video Boca River en la B 2012

2012: BOCA LE GANA AL RIVER DE LA B NACIONAL

Un momento tan caliente como recordado. River se había ido a la B por primera vez en su historia, y se hablaba de que el superclásico del verano 2012, el 25 de enero en Chaco no se jugaría para evitar incidentes. Se llevó a cabo, no hubo problemas, Boca humilló a su archirrival 2-0 con un doblete de Nicolás Blandi y Alejandro “Chori” Domínguez fue expulsado.



Video River 2 Boca 0 2013

2013: RIVER REY DEL TRÍO

Para 2013 se programaron tres superclásicos en el mismo verano, lo que Carlos Bianchi, en su tercera vuelta en Boca, calificó de “estupidez”. Así fue malo para su equipo, ya que River ganó dos y empató uno del trío de aquel verano.



Video Boca 5 River 0 2015

2015: MÁXIMA GOLEADA DE BOCA

El 31 de enero pasado se produjo en Mendoza un resultado histórico, ya que el 5-0 que Boca le endilgó a River (Cristaldo, Palacios, Chávez, Calleri y Bentancur) fue el máximo marcador en un clásico de verano. Tras aquel triunfazo, el plantel de Rodolfo Arruabarrena subió a Twitter una foto mostrando cinco dedos, cargando a su rival por el resultado.

Presentadas las historias del pasado, esperamos otro Boca-River, más que un partido de prueba, y aunque sea de verano, otro superclásico del fútbol argentino.