Justo una semana después de mamá Anita, su hermano, mi inigualable tío Omar, cumpliría hoy años, nada menos que 66. Recuerdo de chicquito, cuando ya no estaba, siempre iba con mi familia a la misa por su nacimiento a la linda iglesia San Ambrosio, ubicada en Capital. Mi abuela, su madre, solía hacer esos homenajes. Como ella tampoco está en este mundo, yo tomo con alegría la posta y lo traigo al presente.
Cómo no recordarlo, un personaje personaje. El de la sonrisa y el buen humor permanente, el de su voz potente y su fuerte personalidad, su bigote, su buena pinta, su rosario de malas palabras (un especialista, por algo le decían "Kelo"), animador de reuniones y cumpleaños en casa o en lo de mi abuela. También, claro, el gran corredor de motociclismo (su gran pasión) subcampeón nacional en 1980, el de las motos o autos de lujo, el del departamento El Atlántico de Pinamar o la bellísima casa en la isla del Tigre, el que fue a las Bahamas o Miami, el de las mil mujeres que lo seguían por sus cualidades físicas y espirituales, el de la famosa lancha o el gran crucero, el de los crayones que me regaló y con los que yo pintaba, el de la estación de servicio de juguete, el de los ricos perfumes, el de las noches en las discotecas, especialmente la famosa New York City. El que me llevaba en su Yamaha negra por Pinamar enseñándome a manejar, un riesgo que yo no quería. O que me ayudaba a pasar los cambios en su auto, no recuerdo cuál era. El que les ganaba a todos por amplio margen con su Kawasaki en el Autódromo de Buenos Aires. En suma, y aunque lo disfruté sólo 8 años, fue y será un grande de mi historia.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
lunes, 16 de mayo de 2016
domingo, 15 de mayo de 2016
FÚTBOL: TWITTER ES PARA INTERACTUAR, NO PARA AGREDIR
Comentarios irónicos, malintencionados, desubicados, agresiones de todo calibre. Sí, claro, el fútbol es pasión de multitudes. Es cierto, en esta parte del mundo los hinchas son demasiado pasionales. Pero no por eso se tiene que armar una guerra mediática como las que lamentablemente se ve muchas veces en las redes sociales, especialmente Twitter. Muchos acusan a estas redes de generar conflictos sociales tales como el aislamiento o el mal trato. La verdad es que los conflictos los generan estos usuarios desubicados, mal educados, que piensan que ser fanáticos no es interactuar sino denigrar o mofarse del otro. Y peor es notar que los medios reproducen su contenido sin ponerse colorados, más allá de que algunos aclaran sobre el tema, pero eso no alcanza, es más, se puede considerar como una paradoja. Para qué advertir sobre el mal uso de las redes si luego se muestran barbaridades del más bajo nivel al más alto. Incluso hasta pecan de falta de intelecto, algunos escriben sólo para molestar y nada más, muy pocas cosas allí son realmente sanas y futboleras. Twitter, lamentablemente, se ha convertido en otro caldo de cultivo para la violencia, sin llegar a aquellos locos holandesses que se citaron por la web y se mataron en una carretera. Pero acá también ha habido casos, y preocupa y fastidia ver que el más hermoso de los deportes sea sinónimo de intolerancia y no de sana discusión. Ojalá este mal se revierta.
Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar
martes, 10 de mayo de 2016
MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: VILLA MARISTA DE LUJÁN
En esta semana de Luján quiero contarles de un lugar casi celestial. Bueno, no es casual que un lugar de oración, de peregrinación, sea tan hermoso. Me refiero a la Villa Marista de Luján, un increíble espacio verde que tuve el gusto de visitar el 12 de diciembre de 2004, en un viaje con la parroquia Sagrada Familia de Carapachay, cuando fuimos en excursión a la gloriosa Basílica. Más o menos cerca de la gran iglesia, está el recreo lleno de verde y arboleda, con instalaciones y espacio para pasar un día al sol como lo fue aquél. Y más bello todavía, allí se encuentra un puentecito de asfalto sobre el río Luján, que conduce a otro enorme campo y a un par de salas donde vimos la película del negrito Manuel, el protagonista de la hermosa historia de la aparición de la Virgen. Una jornada preciosa pasé gracias a un sitio maravilloso, donde la naturaleza y Dios se dan perfectamente la mano.
lunes, 9 de mayo de 2016
!FELICES 75, MAMÁ ANITA!
Y hablando de mamás, justamente hoy me refiero a la mía propia, bueno, la de carne y hueso, o mejor dicho la que me trajo al mundo. Un día como hoy mamá Anita nacía en algún rincón de Buenos Aires, hace nada menos que 75 años. Es cierto, me invade la nostalgia, se siente su ausencia. Pero también por suerte, ella me dejó tanto durante 37 años que para mí está siempre presente. Ana Luján, justamente con ese nombre por haber nacido un día después de la Virgen, es un ángel más del cielo, pero su presencia es tan fuerte que sigue siendo desde la esfera celestial esa mamá alegre, dulce, cálida. Por supuesto, lectora del blog tanto como cada uno de ustedes. Hoy quiero, con estas líneas, regalarle una flor espiritual en su cumpleaños 75 y pedirles a todos ustedes oración por ella, que seguro, como cada cosa del mundo que habitó, lo va avalorar.
domingo, 8 de mayo de 2016
FELIZ DÍA, MAMÁ MARÍA
La bellísima, increíble, celestial canción a la Mami lujanera
Llegó el 8 de mayo, otro día de nuestra divina Virgen de Luján, la cuidadora de los argentinos. En realidad, María, la Madre de Jesús, Nuestro Dios y Señor, es la mamá de todos los hombres, más allá de la fe y la religión. Y como mamá, es dulce, tierna, amante y está bien pegadita a todas nuestras cosas, no sólo las estrictamente religiosas. Una mamá sencillita, cariñosa, hogareña, la mejor del mundo ya que al no tener pecado es perfecta, irreprochable, aunque como hijos suyos a veces le reprochamos (me incluyo) cosas. María, la Madre de Dios, podría mirarnos desde arriba con aire de superioridad, bien como las jerarquías de este mundo. Y sin embargo, la Virgen se pone a nuestro ladito, se ocupa de nuestra vida, nos mima. Y con alegría, y con nuestros errores. Para todos los argentinos, para este país cada día más caótico a pesar del cambio de mando, pero sobre todo para el mundo entero, mis saludos y bendiciones de la Mami para que los guíe y acaricie en vuestras vidas.
sábado, 30 de abril de 2016
UN TESTEADOR DE AUTOS DIVERTIDÍSIMO
El domingo pasado iba a misa a San Antonio con mi amigote Leandro, ya de tres décadas. Y en el viaje en su linda camioneta, el castaño ex ayudante de materias del Güemes me contaba de los distintos modelos de autos, recordando que por el tiempo que me conoció yo era fanático de los mismos. Y charlando del tema me dijo que leyera un sitio llamado Autoblog, en el cual aparte de temas automotrices hay críticas sobre tests de autos. Y una de ellas es escrita por Jerónimo Chemes, un tipo que sinceramente no tiene desperdicio. Más allá de las cuestiones técnicas que se me escapan de la cabeza, les comparto la desopilante forma de redacción del hombre. Estos son los mejores párrafos; especialmente para los que gustan de pasar un rato agradable con buen humor, que es más importante que lo material y físico, seguro se van a reír como yo.
CRÍTICA DE JERO CHEMES A LA TOYOTA HILUX 2016
Nuevamente agradezco a Autoblog la posibilidad de probar una chata y transmitir mi parecer. En este caso, es nada menos que la Toyota Hilux 2016, recién “salidita del horno”.
El resultado es que, al final, la realidad demuele nuevamente al marketing. Reponer los plásticos de los autos aventureros es carísimo comparado con las versiones “normales”. Y la cantidad de chatas volcadas es abrumadora, aún con ESP, porque tienen prestaciones maravillosas, pero no son a prueba de estúpidos.
Mientras tanto, las automotrices siguen vendiendo productos y convencen con sus estrategias de comunicación: lo importante es que sientas que, en vez de comprar un hatchback del Mercosur, con plásticos de mala calidad, te estás comprando “la chata” para cruzar el Himalaya.
A su vez, el que pagó una cantidad sideral de dinero por una chata de 2.200 kilos con ruedas de 17 y sin caja reductora (que el nuevo usuario ni sabe para qué sirve) siente que pueda tomar curvas a 170 km/h y subir videos a internet donde adelantan a una chata de la competencia a casi 190 km/h. Lo filman en la ruta y lo festejan. Paremos la mano. Una chata de 2.2 toneladas, lanzada a 190 km/h, si choca contra un auto común lo desintegra. Ya se lastimó mucha gente.
Ah, lo más denigrante: que tu foto de perfil sea la del tablero de tu chata a fondo (o el GPS) para mostrarle al mundo lo “machote” que sos porque circulás a 200 km/h luego de “chipearla”. No hay nada que certifique con más elocuencia que no estás preparado para manejar a esa velocidad. Ni en tu chata ni en un Porsche 911.
Disculpen, no soy una Carmelita Decalza y puedo cometer errores, pero se está viviendo una locura que debemos parar. Estar alto y tener cientos de CV no te hacen mejor. Te deberían hacer aún más responsable. Un gran poder implica una gran responsabilidad. Es algo que la mayor parte de los usuarios nuevos de chatas no parece entender. Además, la infraestructura vial del país tampoco acompaña para hacerse el Superman.
Otro ejemplo sería el inexplicable, inentendible, anacrónico, demodée e insufrible relojito con números de calculadora Casio de los ‘80 del centro del tablero. En todas las unidades que tuve, todas sin excepción, andaba perfecto y ningún dígito estaba quemado. Hay unidades volcadas para desguace que, si le conectás la batería, lo primero que prende es… ¡el relojito! Chapeau.
Reconozco que soy particularmente sensible en este tema, ya que como usuario de Ranger de generación anterior el tema de la perilla de conexión de la doble es enfermante. Para conectar la baja necesitás un rito umbanda y, para sacarla, tiene que venir el Papa Francisco con la plana mayor del Vaticano a realizar un exorcismo. En la Ranger nueva eso mejoró, pero en la vieja me volvió loco y a todos los que conozco con Ranger de generación anterior les ha pasado lo mismo.
En una hipotética reunión en un bar, están los cinco motores de chatas tomando unas cervezas después del trabajo: el Demonio de Tasmania (Duramax), Bebé Godzilla (Puma 3.2), Oogway, la tortuga maestro invencible (3.0 viejo de Toyota), su discípulo Kung Fu Panda (el actual 2.8 de esta Hilux) y el 2.0 Biturbodiesel de Amarok.
Luego de unos tragos de más, se pudre todo, ya que los americanos están borrachos y sacan su testosterona, producto de un chiste mal interpretado. Se entran a dar…
El Demonio y Godzilla apelan a su fuerza irracional y se dan piñas, cabezazos, se parten sillas en la cabeza, haciendo alarde de su poder y resistencia. Oogway y Kung Fu Panda, bien orientales, se corren a un lado y se ponen en alerta, para terminar el conflicto sin hacer fuerza, con la milenaria paciencia oriental de quien sabe que tiene poder y el tiempo es su aliado. Por último el 2.0BT se corre hacia un rincón pensando “yo estaba muy cómodo en un Golf y me metieron en este despelote” mientras whatsapea a su hermano mayor (el V6), que venga pronto a rescatarlo, lo antes posible.
Es evidente que Toyota tiene varios caballos guardados en el corral, que todavía no van a soltar. Al igual que Ford, que “duerme” a bebé Godzilla a las 2.800/3.000 rpm. ¿Estarán esperando al temible V6 de VW para mostrar sus cartas?
Además, por 630 lucas, te dan el relojito ochentoso arriba de todo, con el cual tus bisnietos van a poder ver la hora. Porque vos te vas a morir, pero él va a seguir andando.
Amigos, es la nueva Hilux. Corran a comprarla, se agota.
Señores de Toyota: gracias por el préstamo, perdón por la arena.
Click en la foto para ver la cara de alegría del Niño Chemes.
El problema fue conseguir que la devolviera.
Fuente: Autoblog
CRÍTICA DE JERO CHEMES A LA TOYOTA HILUX 2016
Nuevamente agradezco a Autoblog la posibilidad de probar una chata y transmitir mi parecer. En este caso, es nada menos que la Toyota Hilux 2016, recién “salidita del horno”.
El resultado es que, al final, la realidad demuele nuevamente al marketing. Reponer los plásticos de los autos aventureros es carísimo comparado con las versiones “normales”. Y la cantidad de chatas volcadas es abrumadora, aún con ESP, porque tienen prestaciones maravillosas, pero no son a prueba de estúpidos.
Mientras tanto, las automotrices siguen vendiendo productos y convencen con sus estrategias de comunicación: lo importante es que sientas que, en vez de comprar un hatchback del Mercosur, con plásticos de mala calidad, te estás comprando “la chata” para cruzar el Himalaya.
A su vez, el que pagó una cantidad sideral de dinero por una chata de 2.200 kilos con ruedas de 17 y sin caja reductora (que el nuevo usuario ni sabe para qué sirve) siente que pueda tomar curvas a 170 km/h y subir videos a internet donde adelantan a una chata de la competencia a casi 190 km/h. Lo filman en la ruta y lo festejan. Paremos la mano. Una chata de 2.2 toneladas, lanzada a 190 km/h, si choca contra un auto común lo desintegra. Ya se lastimó mucha gente.
Ah, lo más denigrante: que tu foto de perfil sea la del tablero de tu chata a fondo (o el GPS) para mostrarle al mundo lo “machote” que sos porque circulás a 200 km/h luego de “chipearla”. No hay nada que certifique con más elocuencia que no estás preparado para manejar a esa velocidad. Ni en tu chata ni en un Porsche 911.
Disculpen, no soy una Carmelita Decalza y puedo cometer errores, pero se está viviendo una locura que debemos parar. Estar alto y tener cientos de CV no te hacen mejor. Te deberían hacer aún más responsable. Un gran poder implica una gran responsabilidad. Es algo que la mayor parte de los usuarios nuevos de chatas no parece entender. Además, la infraestructura vial del país tampoco acompaña para hacerse el Superman.
Otro ejemplo sería el inexplicable, inentendible, anacrónico, demodée e insufrible relojito con números de calculadora Casio de los ‘80 del centro del tablero. En todas las unidades que tuve, todas sin excepción, andaba perfecto y ningún dígito estaba quemado. Hay unidades volcadas para desguace que, si le conectás la batería, lo primero que prende es… ¡el relojito! Chapeau.
Reconozco que soy particularmente sensible en este tema, ya que como usuario de Ranger de generación anterior el tema de la perilla de conexión de la doble es enfermante. Para conectar la baja necesitás un rito umbanda y, para sacarla, tiene que venir el Papa Francisco con la plana mayor del Vaticano a realizar un exorcismo. En la Ranger nueva eso mejoró, pero en la vieja me volvió loco y a todos los que conozco con Ranger de generación anterior les ha pasado lo mismo.
En una hipotética reunión en un bar, están los cinco motores de chatas tomando unas cervezas después del trabajo: el Demonio de Tasmania (Duramax), Bebé Godzilla (Puma 3.2), Oogway, la tortuga maestro invencible (3.0 viejo de Toyota), su discípulo Kung Fu Panda (el actual 2.8 de esta Hilux) y el 2.0 Biturbodiesel de Amarok.
Luego de unos tragos de más, se pudre todo, ya que los americanos están borrachos y sacan su testosterona, producto de un chiste mal interpretado. Se entran a dar…
El Demonio y Godzilla apelan a su fuerza irracional y se dan piñas, cabezazos, se parten sillas en la cabeza, haciendo alarde de su poder y resistencia. Oogway y Kung Fu Panda, bien orientales, se corren a un lado y se ponen en alerta, para terminar el conflicto sin hacer fuerza, con la milenaria paciencia oriental de quien sabe que tiene poder y el tiempo es su aliado. Por último el 2.0BT se corre hacia un rincón pensando “yo estaba muy cómodo en un Golf y me metieron en este despelote” mientras whatsapea a su hermano mayor (el V6), que venga pronto a rescatarlo, lo antes posible.
Es evidente que Toyota tiene varios caballos guardados en el corral, que todavía no van a soltar. Al igual que Ford, que “duerme” a bebé Godzilla a las 2.800/3.000 rpm. ¿Estarán esperando al temible V6 de VW para mostrar sus cartas?
Además, por 630 lucas, te dan el relojito ochentoso arriba de todo, con el cual tus bisnietos van a poder ver la hora. Porque vos te vas a morir, pero él va a seguir andando.
Amigos, es la nueva Hilux. Corran a comprarla, se agota.
Señores de Toyota: gracias por el préstamo, perdón por la arena.
Click en la foto para ver la cara de alegría del Niño Chemes.
El problema fue conseguir que la devolviera.
Fuente: Autoblog
sábado, 23 de abril de 2016
RALLY DE ARGENTINA, TODA UNA PASIÓN A FONDO
Dentro de un apasionante espectáculo como el rally mundial, el Rally De Argentina es una de las espresiones más pasionales de nuestro automovilismo. Con ya 36 años de historia, permanece a través del tiempo como la prueba motor más importante que pasa en el país. Y como el TC, TC 2000, la Fórmula 1 o el Moto GP, es una verdadera fiebre cada año que nos visita. Y una fiebre del deporte todo. Otro sinónimo de nuestras tradiciones, en este fin de semana que se disputa la edición 36, vale la pena recorrer y recordar su hoja de ruta desde 1980.
El precedente del nacimiento del Rally de Argentina se encuentra en dos eventos organizados por el AutomóvilClub Argentino que fueron fiscalizados por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA): el Rally Vuelta a América del Sur en 1978 y el Rally Codasur, en 1979. Los resultados obtenidos impulsaron el nacimiento del Rally de Argentina en 1980, el cual tuvo como primer ganador al alemán Walter Röhrl, a bordo de un Fiat 131 Abarth. Hannu Mikkola y Carlos Reutemann completaron el podio del rally corrido en la región de Tucumán y Catamarca ascendiendo la famosa Cuesta del Portezuelo en tierras catamarqueñas.
La carrera no se corrió en 1982, según se dice por la guerra de las islas Malvinas, y se retomó en 1983 pero en Bariloche. En 1984 se pasó a Córdoba, que desde entonces es la casa de la competencia, una tierra madre del rally en nuestro suelo. Era la época de los Audi Quattro, Hannu Mikkola y Stig Blomqvist. Luego llegó la era Lancia con el italiano Massimo “Miki” Biasion ganando en 1986 y 1987, el grandioso Jorge Recalde que ttras su segundo puesto del 87 venció en 1988, el sueco Mikael Ericsson y de nuevo Biasion en 1990. El del 86 fue el último del famoso y no muy bien recordado Grupo B, con una definición de 24 segundos entre Biasion y el finlandés Markku Alen, también con Lancia.
En 1992 la prueba volvió a Tucumán y fue muy desorganizada, incluso con incidentes. Una década de cambios, otros autos, otros apellidos y mucha más paridad: Célica, Lancer Evolution, Subaru Impreza, Sainz, Auriol, Makinen, Kankkunen. Recalde igualmente se dio el gusto de volver a ganar en 1995, en una edición rara ya que se computó sólo para el Campeonato 2 Litros paralelo.
Los 2000 vieron la lucha de Ford y Peugeot, Sainz, McRae y Gronholm, y también a Richard Burns con el Impreza. Hasta la mitad de la década hubo atracción, hasta que llegó el huracán Sebastien Loeb y se llevó todas las carreras hasta 2013 con Citroen Xsara, el C4 y el DS 3. Salvo la de 2010, puntuable para el Desafío Intercontinental donde no corrieron los grandes. La primera decena del nuevo milenio también tuvo la novedad del superespecial en estadios de fútbol, en 2006 en el Olímpico de Córdoba y en 2007 en River, una carrera con lío ya que una tormenta eléctrica hizo suspender la primera etapa y postergó el viaje de los pilotos a Córdoba. Las últimas dos ediciones fueron para el finlandés Jari-Matti Latvala (VW Polo) en 2014 y el inblés Chris Meeke (DS 3) en 2015. Veremos quién sube a la rampa del Kempes este domingo, cuando el Rally de Argentina cumpla 36 años de vida. Una vida tan pasional y a fondo como el mismo rally.
El precedente del nacimiento del Rally de Argentina se encuentra en dos eventos organizados por el AutomóvilClub Argentino que fueron fiscalizados por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA): el Rally Vuelta a América del Sur en 1978 y el Rally Codasur, en 1979. Los resultados obtenidos impulsaron el nacimiento del Rally de Argentina en 1980, el cual tuvo como primer ganador al alemán Walter Röhrl, a bordo de un Fiat 131 Abarth. Hannu Mikkola y Carlos Reutemann completaron el podio del rally corrido en la región de Tucumán y Catamarca ascendiendo la famosa Cuesta del Portezuelo en tierras catamarqueñas.
La carrera no se corrió en 1982, según se dice por la guerra de las islas Malvinas, y se retomó en 1983 pero en Bariloche. En 1984 se pasó a Córdoba, que desde entonces es la casa de la competencia, una tierra madre del rally en nuestro suelo. Era la época de los Audi Quattro, Hannu Mikkola y Stig Blomqvist. Luego llegó la era Lancia con el italiano Massimo “Miki” Biasion ganando en 1986 y 1987, el grandioso Jorge Recalde que ttras su segundo puesto del 87 venció en 1988, el sueco Mikael Ericsson y de nuevo Biasion en 1990. El del 86 fue el último del famoso y no muy bien recordado Grupo B, con una definición de 24 segundos entre Biasion y el finlandés Markku Alen, también con Lancia.
En 1992 la prueba volvió a Tucumán y fue muy desorganizada, incluso con incidentes. Una década de cambios, otros autos, otros apellidos y mucha más paridad: Célica, Lancer Evolution, Subaru Impreza, Sainz, Auriol, Makinen, Kankkunen. Recalde igualmente se dio el gusto de volver a ganar en 1995, en una edición rara ya que se computó sólo para el Campeonato 2 Litros paralelo.
Los 2000 vieron la lucha de Ford y Peugeot, Sainz, McRae y Gronholm, y también a Richard Burns con el Impreza. Hasta la mitad de la década hubo atracción, hasta que llegó el huracán Sebastien Loeb y se llevó todas las carreras hasta 2013 con Citroen Xsara, el C4 y el DS 3. Salvo la de 2010, puntuable para el Desafío Intercontinental donde no corrieron los grandes. La primera decena del nuevo milenio también tuvo la novedad del superespecial en estadios de fútbol, en 2006 en el Olímpico de Córdoba y en 2007 en River, una carrera con lío ya que una tormenta eléctrica hizo suspender la primera etapa y postergó el viaje de los pilotos a Córdoba. Las últimas dos ediciones fueron para el finlandés Jari-Matti Latvala (VW Polo) en 2014 y el inblés Chris Meeke (DS 3) en 2015. Veremos quién sube a la rampa del Kempes este domingo, cuando el Rally de Argentina cumpla 36 años de vida. Una vida tan pasional y a fondo como el mismo rally.
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