Ése soy yo, no tengo barrera en admitirlo. Un día como hoy, mamá Anita me trajo con esfuerzo al mundo, así que estoy cumpliendo 45 años, es decir, parafraseando al tema de Ricardo Arjona, soy un "señor de las cuatro décadas". Y agrego media, o un lustro si prefieren. Gracias a los que me están saludando, a los que me van a saludar, y por qué no, a las mujeres que me desean buenos augurios. Ah, me olvidaba: gracias a Dios, porque aún con los líos de un ser humano en este loco mundo, estoy vivo. Hace 45 años.
Bienvenidos a Así Es La Vida, un blog de todo un poco, una charla con un amigo, sin tiempo ni espacio, sin intereses, sin estructuras. El caminar de un ciudadano por la vida. Dedicado a mi madre Anita.
lunes, 2 de abril de 2018
domingo, 1 de abril de 2018
MI HOMENAJE MUSICAL A JESÚS (PASCUA)
Y como hice el viernes con Cristo Calla, hoy vuelvo a cantarle a Jesús en el Día de su Resurrección. Una alegría enorme interior me da poner el talento que Él me dio para hacer música, pop rock, The Police y demás y trasladarlo a la fe. Aquí pueden escuchar Suenen Campanas, canción típica de alabanza pascual, que solía interpretar con el coro de Sagrada Familia en Carapachay una década atrás. Homenajeando esos momentos hermosísimos con los chicos, a quienes extraño y recuerdo, y por supuesto a Dios, mi capacidad para la música que Jesús me dio se la devuelvo. Como sólo Él se merece. Como Dios manda.
MARAVILLAS ASÍ ES LA VIDA: MISA DE SÁBADO DE GLORIA
Felices Pascuas, gente amada, crean o no, porque Jesús es de todos. Y hoy, en esta maravillosa sección que Él creó, escribo sobre la mejor misa de todo el año litúrgico, la de Sábado Santo, también llamado de Gloria o vigilia pascual, llena de momentos que más allá de lo religioso, llaman a los sentidos.
La misa de Sábado Santo, que pregona la resurrección de Jesús tras su entrega y muerte en cruz por nosotros, se divide en cuatro partes: liturgia de la luz, de la palabra, del agua y de la eucaristía. Para hacerlo sencillo, la primera es el símbolo de su resurrección: se enciende fuego en el cirio pascual, un recipiente grande, con el que se prenden velas con el templo a oscuras, mientras el sacerdote canta el Pregón Pascual. La segunda empieza enseguida, aún con el templo a oscuras, y es una serie de cinco lecturas de hazañas de Dios, entre ellas el Éxodo del pueblo de Israel, acompañada por salmos (cantos de alabanza) y oraciones de los fieles. Llega el momento cumbre de la celebración, cuando las luces por fin se encienden y el Gloria sonoriza el gran momento. Y tras la lectura del Evangelio de la salida de Jesús del sepulcro, viene la parte del agua, donde se renuevan las promesas de nuestro bautismo y se nos rocía con un poco de ella. Y finalmente, la de la eucaristía, la parte normal final de cada misa, donde recibimos a Jesús resucitado en el pan consagrado.
Pero lo que quiero compartir son las sensaciones que la misa deja, que seguro al menos creyente y más frío lo conmueve. Increíble es escuchar el Pregón con sólo la llamita viboreante de una vela en medio de la negrura, todo un símbolo, al mismo tiempo toca y llena la mente. Hermoso es oír las lecturas con cantos y demás con el templo a oscuras, muy especial. Y qué decir del encendido de las luces y el Gloria, parece un casamiento, un momento de emoción súbita incomparable con nada. Esto más allá de lo estrictamente religioso, no quiero hacer hincapié en eso, más bien lo hago en la belleza y espiritualidad que cada instante produce. Recomendable, sean creyentes o no. Como Jesús, como su resurrección. una real maravilla del mundo.
La misa de Sábado Santo, que pregona la resurrección de Jesús tras su entrega y muerte en cruz por nosotros, se divide en cuatro partes: liturgia de la luz, de la palabra, del agua y de la eucaristía. Para hacerlo sencillo, la primera es el símbolo de su resurrección: se enciende fuego en el cirio pascual, un recipiente grande, con el que se prenden velas con el templo a oscuras, mientras el sacerdote canta el Pregón Pascual. La segunda empieza enseguida, aún con el templo a oscuras, y es una serie de cinco lecturas de hazañas de Dios, entre ellas el Éxodo del pueblo de Israel, acompañada por salmos (cantos de alabanza) y oraciones de los fieles. Llega el momento cumbre de la celebración, cuando las luces por fin se encienden y el Gloria sonoriza el gran momento. Y tras la lectura del Evangelio de la salida de Jesús del sepulcro, viene la parte del agua, donde se renuevan las promesas de nuestro bautismo y se nos rocía con un poco de ella. Y finalmente, la de la eucaristía, la parte normal final de cada misa, donde recibimos a Jesús resucitado en el pan consagrado.
Pero lo que quiero compartir son las sensaciones que la misa deja, que seguro al menos creyente y más frío lo conmueve. Increíble es escuchar el Pregón con sólo la llamita viboreante de una vela en medio de la negrura, todo un símbolo, al mismo tiempo toca y llena la mente. Hermoso es oír las lecturas con cantos y demás con el templo a oscuras, muy especial. Y qué decir del encendido de las luces y el Gloria, parece un casamiento, un momento de emoción súbita incomparable con nada. Esto más allá de lo estrictamente religioso, no quiero hacer hincapié en eso, más bien lo hago en la belleza y espiritualidad que cada instante produce. Recomendable, sean creyentes o no. Como Jesús, como su resurrección. una real maravilla del mundo.
sábado, 31 de marzo de 2018
SEMANA SANTA: DESAYUNO EL SÁBADO A LAS 0
Como se sabe, el Viernes Santo es para nosotros los católicos día de abstinencia (no comer carne) y ayuno. Como pasa en otras religiones, sólo se puede comer una vez al día y de forma frugal, liviana, y el resto beber líquidos. Para mí es bastante complicado, según mamá Anita de bebé fui de comer bien. Por lo que ayunar es subir el Aconcagua más o menos. Entonces seguí el consejo del divino Padre José, de la parroquia Sagrada Familia de mi Carapachay, que dijo un Viernes santo: "A las 12 y un minuto abran la heladera". Pues bien, eso hice aquel día. Y este sábado repetí la operación y me bajé media pizza pasadas las 12 de la noche, es decir, ya en Sábado Santo. Hecha la ley, hecha la trampa. En realidad no es trampa, es lo que es: desayuno el sábado a la medianoche. Y con el Señor, qué más.
viernes, 30 de marzo de 2018
MI HOMENAJE MUSICAL A JESÚS (VIERNES SANTO)
Por último por hoy, el Espíritu Santo me inspiró y decidí algo lindo: cantarle a Jesús en esta Semana Santa. Pero no en el coro parroquial como antiguamente en Carapachay o Villa Adelina, sino que hice y subí a mi canal de YouTube un par de canciones católicas alusivas. Es lo más lógico, si Jesús, Dios, es el responsable de mi música, el que me dio el don de tan lindo arte. Entonces, con la misma dedicación con que canto The Police, Soda Stereo y demás, cómo no hacer lo mismo con Él y su vida. Así hice aquel sentido tema "Cristo Calla" (video),reflexión sobre su entrega y muerte, que cantaba con los chicos de Carapachay en la parroquia Sagrada Familia en los 2000. Y entre el sábado y domingo subiré Suenen Campanas, himno de la resurrección. Buena iniciativa, porque Jesús no es el hombre de la cruz, Él está en todo. También, en mi música.
LA VIRGEN ES NUESTRA MADRE EN SU PEOR MOMENTO
Muchos no le llevan el mínimo apunte, pero María, la Madre de Jesús, es Nuestra Madre del cielo. Está con nosotros día y noche, mejor que e una madre Siempre la recuerdo y la pongo en superficie, no sólo en mi vida de fe sino acá en el blog. Que el 15 de agosto, que el día de Luján, que el 8 de diciembre. Pero hoy es un día de alabanza para quienes la amamos tanto, justo el de la Muerte de Jesús, terrenal. Porque María es quien es debido a que aceptó ser nuestra Madre en el peor momento de su vida: al perder a su único Hijo. Ella estuvo junto a la Cruz de Jesús, y cuando alguien le propuso, en criollo, ser nuestra mamá, dijo sí sin vacilar, como cuando dijo sí al anuncio de su maternidad por el ángel Gabriel. Valiente,perfecta, grandiosa, María se ocupó de nosotros, crucificadores de su Hijo, con amor. Gracias a su sí, hoy la tenemos como Mamá.
SEMANA SANTA: NOSOTROS TAMBIÉN DORMIMOS Y NOS LAVAMOS LAS MANOS
Entre este jueves a la noche y hoy viernes de gran calor arrancó el llamado "trío pascual", las tres celebraciones más importantes de Semana Santa, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Y en estas dos primeras jornadas hubo dos momentos bíblicos que son muy actuales. Primero, en la adoración (tiempo de oración especial) de anoche, se leía el pasaje donde Jesús ora en el Huerto de los Olivos, antes de ser prisionero de los soldados romanos, y sus discípulos, los apóstoles, no resisten el sueño y se duermen, lo que Jesús les reprocha. Y el otro se leyó hoy durante la hermosa Celebración de la Cruz, donde Poncio Pilato se lava las manos delante del pueblo judío antes de entregar al Señor para que sea crucificado.
Esos dolorosos momentos de Jesús son muy actuales. Pensemos que nosotros también dormimos , cuando alguien sufre y estamos en otra, no lo asistimos como debiéramos, o lo pasamos de largo, y lo dejamos a su suerte, lo "ninguneamos" como se acostubmra decir. Y tantas veces nos lavamos las manos, más o menos en sintonía con lo otro, ante la desgracia, el dolor, el infortunio ajeno. Así está de mal, de desamorado, el mundo de hoy. Pero no en Siria o en Europa, esto puede pasar a metros nuestro. Pensemos, antes de lamentar todo lo que le pasó a Jesús. Porque, como puse una vez, nosotros también crucificamos. También somos Simón, también somos Pilato.
Esos dolorosos momentos de Jesús son muy actuales. Pensemos que nosotros también dormimos , cuando alguien sufre y estamos en otra, no lo asistimos como debiéramos, o lo pasamos de largo, y lo dejamos a su suerte, lo "ninguneamos" como se acostubmra decir. Y tantas veces nos lavamos las manos, más o menos en sintonía con lo otro, ante la desgracia, el dolor, el infortunio ajeno. Así está de mal, de desamorado, el mundo de hoy. Pero no en Siria o en Europa, esto puede pasar a metros nuestro. Pensemos, antes de lamentar todo lo que le pasó a Jesús. Porque, como puse una vez, nosotros también crucificamos. También somos Simón, también somos Pilato.
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