Señoras y señores, no todo es Boca-River en la vida (gracias a Dios). Es que la Selección argentina de básquetbol consiguió anoche una histórica clasificación para el Mundial que se hará en China en 2019. No por ser la primera, claro, ya fue campeona en 1950 y subcampeona en 2002. Pero primero que se le ganó a Estados Unidos, por más que no hayan estado los jugadores de la todopoderosa NBA. Y segundo, es el primer logro grande de esta generación de deportistas que intenta seguir la huella de la dorada, la de Ginóbili, la de la gloria en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Luis Scola es el único referente que queda de ellos, y con sus casi 40 guió al equipo comandado por el legendario Sergio Hernández a este triunfo de local en La Rioja, y en un marco particular, el de la nueva eliminatoria a lo largo de casi dos años, cuando antes se definía en un mes en un Premundial. Felicitaciones a los nuevos, y que en China puedan ser, más allá de un título, los nuevos dorados.
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